Siempre

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viernes, 30 de mayo de 2008

Nadie sabe, nadie supo.

Nadie sabe, deveras, lo que tiene, hasta que se va a Chicago. Nadie sabe quizá cómo tratar al que está (elija la opción aquí: triste, histérico, raro, desesperado, enojado), y entonces viene un enfriamiento, un no séquedecirergonohablomucho, o un nosésimepongoamorosaylotomesamal. De ahí mi ambigüedad actual, mi no saber cómo tratar a mi media toronja.
Cuando murió mi padre y yo me encontraba en estado triste-gacho-caca, tampoco se sabía cómo tratarme, si ser amoroso, paternal, si consolar o fingir normalidad para que, de tanto fingir, las cosas volvieran a ser normales. Así me siento.
Intentaré la técnica de fingir normalidad. No sé si sirva pero no se me ocurre más. El que sepa, que arroje la primera piedra.
Mi consejo de hoy: ¡No sean como era yo antes! (taruga)

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