Siempre

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jueves, 20 de diciembre de 2012

Coincidencias del fin del mundo

Quise escribir esto antes de que el mundo se acabe, así que me quedan, si acaso, unas horas.
En paz estoy, ya me tomé mi café con mi postre y eso es un estado muy cercano al Nirvana y al Edén.
Cayó mi cumpleaños el día dieciséis. Siempre coincide, nunca cae un día antes ni uno después. Ya si eso no es una de esas coincidencias que vaticinan el apocalipsis, no sé yo. Los trámites para que se me canonice se verán interrumpidos por el fin del mundo, es una lástima, porque hacía falta una Santa Lorena en el calendario. El Papa que es tan lento para algunas cosas. En fin,
Para despedirme he atendido muchos borlotes, ágapes y relajitos como debe ser. Es que si no, la verdad, me aburro, me aburro muchísimo últimamente y el alma me pide distracción. Uno de ellos, ayer, fue la presentación del libro de mi hermano. Si alguien le quiere echar ojal, al final pongo el link, sólo que está en formato de Blog de manera que hay que ir de atrás-adelante, buscando el capítulo primero al final,. Bueno, de una vez pongo la dirección:

http://medicinamayamisterios.blogspot.mx/

El fin del mundo maya no nos librará de los yucatecos, por el contrario, se sentirán orgullosos de ser la sede de tan magno evento y nos venderán más caros los panuchos y la cochinita pibil. Yo, por si se acaba el mundo, invertí en la cosecha de achiote a futuro. Total, si se acaba no pierdo nada, y si no se acaba estará a la alza total. Líbranos de la Casta Divina, amén.
¿Qué será peor? ¿Que el fin del mundo me agarre ocupada o descansando? Como creo que al fin de cuentas da igual, así que haré lo que surja en el momento. No sé qué ponerme para el acto porque si es tsunami tendría que ponerme bañador; si es lluvia de fuego ropa fresquita; si es glaciación abrigo... Creo que va a ser en forma de ventarrón porque todo el día ha soplado el viento como loco arrancando toneladas de hojas a los fresnos. Parece una constante lluvia. Pachita cree que son pájaros y las persigue; Chicha se queda echada y va siendo cubierta por ellas; Chica se quita porque le dan comezón. El marido se aloca sacando su aspiradora/sopladora y la asistenta barre y barre. A mí me gusta el jardín cubierto de hojarasca. Yo mejor hoy no hago nada, no vaya a trabajar de oquis (en balde, pa ná).
En fin, que si sigue el mundo vivo mando deseos de feliz Navidad y Año Nuevo y me iré de viaje. Si se acaba espero nos veamos en el Más Allá para seguir chiroteando.
Amén.



domingo, 2 de diciembre de 2012

Pos ahí tienen que fui y volví de Guadalajara, La ciudad, con ese tamañazo que ya tiene, aún conserva sus rincones, sus tradiciones, sus recuerdos de toda la vida mezclados con el desmadre de ser tan grande. El tráfico horroroso, los marchantes ilegales exigiendo sus lugares de "trabajo", en fin. Pero yo fui a lo que iba; a un bodón. Todo bellísimo pero más la compañía. Recupera una primas que ya parecían lejanas y que son hermanas. Eso es una felicidad. Todas de un guapo que da miedo.
Y estuve más de cerca de mi mamá. No es lo mismo llevarla al banco, a las tiendas, que estar con ella veinticuatro horas/día y darse cuenta de que pregunta doce veces lo mismo o hay que decirle la misma información setenta y dos. Eso sí, con más paciencia que la del santo Job. Mariana, mi sobrina, me tiene asombrada con la calma y cariño con que le aclara las cosas y se las repite, igual que yo, como si fuera la primera vez tranquilizándola: "no te preocupes Meche..." Pero me mortifica -para usar la palabra abuelesca y maternal- horriblemente su olvidadez. Qué duro. Se queja (cien veces) de las inyecciones que le ponen, que no son inyecciones sino parches que dizque para la osteoporosis, porque le dejan unos magullones como chipotes levantados que le producen comezón y ardor y me dice que son inventos de los laboratorios para sacarles el dinero a las viejitas.
En la FIL de Guadalajara se presentó "La otra historia clínica", libro que, como todos mis fans saben, incluye un texto mío. Good.
Y otras broncas se me aparecen. No son mías pero como si lo fueran. Cuando los que amamos se meten en problemas son nuestros, ni hablar. Crucen dedos, prendan veladoras, cepíllense los dientes (perdón, deformación profesional). Si es que nunca acaba una, de verdad. Noche en blanco.
Pero viene la Navidad y ya si eso no nos alegra aunque sea el ratito en que vemos al Santa Claus o un arbolito lleno de bolas doradas es que estamos muy reteamargotes. Trataremos de sonreír, de cantar, de envolver algún regalete y de abrazar a los cuates.
También viene mi cumpleaños, no hago fiesta porque se creen que es posada y pos no. Pa festejos estamos. Por lo pronto hoy domingo me aplasté a ver Casablanca enterita pa mí sola. Conste que antes lavé mis sneakers, hice algo de jardín y fui con mi muñecazo al pan. Digo, tampoco se crean que me quedo en bata, crema y tubos.
Al mal tiempo buena cara, aunque me salga toda fingidota. Aunque haya entrado de presidente ayer el Peñanieto, que al oír un pedazo de su discurso inaugural me puse chinita; hagan de cuenta que oía al GDO, LEA o JLP. Sálvese quien pueda, echen paja, avienten una piola.
Sabiduría del mes: No tengo, me quedé atontada. Lo siento.