Siempre

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lunes, 25 de enero de 2010

Enojos y Gran descubrimiento

Enojos. Dícese de encabronamientos, enfados y rabias en general excluyendo la hidrofobia como patología. Me siento enojada, para donde volteo veo razones para enojarme más. Pura caca. Buscaré en el vademécum a ver si aparte de antidepresivos, ansiolíticos y demás drogas apendejantes hay algún anticabreo de administración oral porque lo último que apetece es una pinchaculina o inyección. Creo que sería mejor que manden trabajo, antes de que arroje a alguien por la ventana o lo que es peor, los mande a Veracruz.
Al fin terminó el invierno, que este año duró casi cuatro semanas. Es mucho para estos lares. Ahora lo que procede es prepararse para mejores climas:
1. Preparar la tierra para la siembra del dos de febrero. es tradición cuyo origen ignoro ese día arreglar jardín, poner tierra, plantas y sembrar semillas. Yo pondré este año mis consabidos tomates que todo mundo vilipendia en esta casa diciendo que las plantas son feas, pero bien que se los zampan cuando salen. Los pondré en orillas poco visibles, no worry.
2. Ponerse la ropa de calor, siempre y cuando aún nos quede. Si no, pues hacer dieta, ejercicio, o resignarse y adquirirla en tallas más grandes.
3. Retacar las cobijotas, colchas gruesas y chamarrotas en el clóset previa lavada.
4. Y el más importante, salir más.
5. Asolearse un poco las piernas que para estas alturas tienen una tonalidad blanco azulado nada sana y bastante cadavérica que puede asustar a los niños por la calle y ya no digamos en la playa o piscina.
Podemos a su vez, los más vagatranes, ir planeando las vacaciones que siguen, o sea las de Semana Santa, antes de que todo se retaque y no hallemos cuarto ni en el Hotel Cucaracha. Y los menos vagatranes cruzando los dedos para que caiga trabajo (ayudarme en eso, por favor, jamás sobran las cruzadas de dedos).
También son estas fechas propicias para tachar los propósitos del año nuevo, los que los hicieron, porque ya se notó que no harán nada de eso.
Gran descubrimiento: ¡El perro de San Roque tiene rabo! Tras de exahustiva documentación e investigación en el Vaticano llegué a esa conclusión. Además es un chuchote tipo borrego flaco que haciendo gala de la fidelidad canina acompañaba al Santo Varón en sus peregrinaciones a los lugares santos. Ya os haré llegar la foto de la época. ¿Por qué no lo canonizarán?
Mantra de la quincena: Que el chucho de San Roque me proteja.
Consejo de la quincena (muy sabio como siempre): El que corre en la escalera se le sume la mollera.

domingo, 10 de enero de 2010

Mal de ojo

¡Ah Jijo!
¡Y yo que pensé que en Texas hacía frío! En esta nuestra ciudad y en casi todo el país el enfriamiento global (calientamiento mis calzones) se ha dejado sentir con gran enjundia. He y hemos, todos, sacado ropa que no nos poníamos desde la última glaciación. Yo al menos, con gorro tejido, bufanda y una chamarra de piel con forro borregoso que compré alguna vez que en tierras lejanas me nevó y que pensé jamás usar aquí. Yo, que soy de camisetitas sin mangas; yo que siempre fui regañada por mi abuelita por salir tan "en cuerpo"; yo que siempre andaba descalza, parezco ahora un esquimal perdido en busca de algún mamut para quitarle la piel.
El año lleva diez días y sólo vi el sol, tímido y en forma de resolana tibia, media hora hoy.
Incluso traté de hacer las cabañuelas pero nadie me las va a creer si digo que en julio y agosto estaremos congeladosy sin sol, solamente me creerán la parte de la lluvia.
Mal de ojo: Tras de toda mi vida haber sido famosa por tener una súper visión de súper héroe, de ser la que veía el letrero del autobús ocho calles antes y distinguía de qué color tenía los ojos la mosca que se paraba en la copa de un pino, comencé con mal de ojo. Todo empezó porque sentía a veces una mini molestia, como si tuviera una fibra de algodón que me estorbaba en el ojo izquierdo y me ponía colirio. Luego me di cuenta de que en España no leía con claridad los letreros de los nombres de los pueblos en la carretera a lo lejos, y entendía groserías lo cual era muy divertido para mí pero preocupante para mi salud visual. Me comenzó a pasar en carreteras mexicanas y nos preocupamos más porque como quiera están en mi idioma, pensaba yo.
Total: el análisis y estudio del ojólogo arrojó que tengo miopía en el ojo izquierdo, de menos uno, lo que sea que eso signifique. Tanto leer, trabajar en la pantalla esta, coser, haber hecho mini repellos en las muelas ajenas durante doce años. Tal vez debí quedarme con el hobby del volley-ball en lugar de la lectoescritura, a saber. Ahora a usar gafas, verde militar obviamente. Quería unas como las de la Miss Feldman, la directira de mi primaria, de forma de mariposa con pedrería pero creo que no las hacen desde 1964. Si alguien tiene unas en el cajón de la abuela, las heredaría yo feliz, gracias.
Es horrible perder los súper poderes. He perdido mi vista de águila para siempre. ¿Qué seguirá?
Así comenzó el año, congelada y medio tuerta. Pueden llamarme Casimira alias la Venadita, que no me ofenderé, y he de mudarme al noveno B.