Siempre

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domingo, 25 de octubre de 2009

¡Nadie se dio cuenta!

Nadie se dio cuenta, ni yo, que la entrada pasada de este fino y tres veces H blog fue la número cien. No sé si cantar aquello de "la mujer que en mi vidaaaaaaa fue la número cieeen" o autofelicitarme por tener una cabecita loca tan llena de palabras y decires. En fin, que me da mucho gusto como todos los aniversarios de la vida que son rete cotorros y sirven como pretexto para una copichuela, yo por mi parte tengo mi cuba, sola porque el marido tuvo un ataque de gastritis y está a dieta y pastillitas. ¡Salud!
Idea Jalowinesca: ¿Y si, en lugar de celebrar la navidad como todas las familias, celebramos el jalogüin? Me refiero a esa noche cenar, abrazarnos, felicitarnos y repartirnos regalos. hasta podemos poner un arbolito con calaquitas y calabazas, sus vampiritos y moños negros. Digo, es buena idea porque en navidad hay vacaciones y le da a una remordimiento salir porque la santa madrecita Naborita se queda con su pavo horneado y su mandil puesto. Así podríamos salir esos días a una playita o a algún lindo lugar con los hijos, cuyas escuelas y chambas no les dejan muchas opciones. Este año ya no se hizo, ya está todo listo para un jalogüin normal, pero para el próximo... hasta pavo y villancicos, ¡cómo no! A ver qué cara pone mi santa y diminuta madre.
Mientras, bastante tengo esta semana con el jalogüin normal, una traducción medicamentosa, dos talleres más lo normal o sea dos hijos, dos perros, dos pericos, un canarito copetón y un marido descopetón.
Oferta de la quincena: Regalo dos lindas y bellas tortugas, ya logradas y grandecitas, guapísimas. No son chorrillentas ni gritonas, la mascota ideal. (NO purchase required).
Mantra de la quincena: No por mucho madrugar amaneceré peinada.
Feliz cambio de horario, lo siento por los que, como yo, odian que anochezca temprano. Lo bueno es que el Dieguito, el más pequeño de mis hijos, ya no saldrá tan a oscuras a la escuela. (Otra de las veces que le tengo que decir: "¿No estoy yo aquí, que soy tu madre?" Le puedo recitar el Nican Mopohua completo que no se entera, el nene.

domingo, 18 de octubre de 2009

No es lo duro sino lo tupido

Eso, que a veces no es lo duro sino lo tupido lo que duele, esto es, que la cruz no pesa, lo que calan son los filos.
Y se nos juntan las calamidades como a la lavandera la ropa. Y tenemos que hacer de tripas corazón y tirar para adelante sin rajarnos. Porque eso no, rajarnos no. Del cada lado de la balanza ponemos:
- Calamidades: La delincuencia que nos atosigó; que se enfermó el marido por abusos alimenticios y le dio el ataque gastrítico; que si bien me zafé de la mastografía no me escapé del ultrasonido; que este estudio no vio nada horrible pero sí unos quistes latosos. Sea por Dios. Que es día de San Lucas y los del mentado barrio vecino han echado cohetones todo el uto día.
- Bondamidades: que me pasé el domingo como hace años no lo hacía, en pijama y viendo el frío desde lo calientito. Cenita con gente querida, reuniones del tipo la próxima semana. Trabajo a la vista.
Así, si hacemos trampita inclinando un poco la balanza a la de a fuerzas, ganarán los ratos buenos.
O podemos dejarnos llevar por el pensamiento negativo y pesimista hasta que el platillo de las calamidades nos aplaste y nos exprima. No crean, a veces apetece dejarse aplastar.
Y ahora viene el famoso halloween. Haremos dulces de estricnina o compraremos la bolsa de paletitas Herodes que traen laxante, para obsequiar a los niños que piden por la calle, tan gringos ellos. Les diré que pidan en buen inglés o nada.
Sabiduría de la quincena: ahorren agua, beban cerveza o báñense de dos en dos, altamente recomendable.
Para meditar: "la caca sólo atrae moscas"

lunes, 5 de octubre de 2009

Buaaaaaaaa

BuaAAAaaaAAAaaa se me acabaron las vacaciones.
Si bien es verdad que decidí dividir el tiempo en periodos de 15 días, también lo es que dejé esto todo un mes, entre peparativos y paseo.
Pero una nunca sabe cuánto crecen las uñas en 15 días sin lavar trastos ni podar rosales; o cuanto se puede engordar en esos días comiendo sabroso y echando la copa todos y cada uno de ellos. Eso nos dice que una quincena es bastante tiempo.
Por eso ahora que regresé a mi "normalidad" estoy buscando otra manera de repartir mi tiempo -suena egoísta, mi tiempo, porque el tiempo debería ser de todos como el aire, como el sol- y no sé si la encontraré. Tal vez en tiempo bueno y tiempo malo, con la subdivisión de tiempo regular, que si bien no lo mide sí lo califica. Quizá en tiempo muerto, ese escaso bien que se toma una para pensar tarugadas o ver el techo sin siquiera pensar en que tiene alguna mancha o una mosca, y tiempo vivo, el que dedicamos a hacer mil cosas. Pero las dos cosas son vivir, que se vive también cuando estamos inactivos. No sirven mis divisiones.
No encuentro: un recibo que me pide un cliente. Me lleva pifas.
Salvé: de morir a unas lombrices que hallé debajo de una maceta. Las cogí y las arrojé al pasto, para que ellas mismas se enterraran, que tampoco voy a hacer todo yo.
Puse a dieta: a mis perras que parecen cochinitos las pobres. Creo que mis nenos trataron de suplirles mi ausencia retacándolas de comida. Yo no me puse, simplemente me uní al grupo. También hay que ver que los viajes ilustran pero también extriñen y si las publicidades de la tele tienen algo de razón, para adelgazar solamente hay que hacer kilos de popó. Sin embargo, a esta teoría la tira por tierra el hecho de que mis perras zurran por toneladas y siguen gordas. Otro engaño del marketing.
Quiero: irme otra vez.
Abur.