Siempre

Siempre

lunes, 5 de mayo de 2008

Hoy yo, que soy tan mona, les paso un poema de Sylvia Plath. Se llama Lorelei...casi casi como yo.
Desde anoche me estoy preocupando por mis tres ositos. No es que yo pueda ocuparme de sus cosas y componérselas, ¿verdad? así que mientras me preocupo, que ya saben que es mi chamba.

Lorelei
It is no night to drown in: A full moon, river lapsing Black beneath bland mirror-sheen, The blue water-mists dropping Scrim after scrim like fishnets Though fishermen are sleeping, The massive castle turrets Doubling themselves in a glass All stillness. Yet these shapes float Up toward me, troubling the face Of quiet. From the nadir They rise, their limbs ponderous With richness, hair heavier Than sculptured marble. They sing Of a world more full and clear Than can be. Sisters, your song Bears a burden too weighty For the whorled ear's listening Here, in a well-steered country, Under a balanced ruler. Deranging by harmony Beyond the mundane order, Your voices lay siege. You lodge On the pitched reefs of nightmare, Promising sure harborage; By day, descant from borders Of hebetude, from the ledge Also of high windows. Worse Even than your maddening Song, your silence. At the source Of your ice-hearted calling- Drunkenness of the great depths. O river, I see drifting Deep in your flux of silver Those great goddesses of peace. Stone, stone, ferry me down there.

Aquí la traducción al español, a petición del público
Lorelei
Sylvia Plath

No es una noche para ahogarse:
luna llena, río negro
bajo un suave brillo de espejo

la azul neblina cae
lienzo a lienzo como redes
aunque los pescadores están durmiendo;

las macizas torres del castillo
se duplican en el cristal
todo quietud. Pero estas formas flotan

subiendo hacia mí, perturban el rostro
de la calma. Desde el nadir
se alzan, sus poderosos miembros

pesados, el cabello más recargado
que el mármol esculpido. Cantan
un mundo más pleno y claro

que el posible. Hermanas, vuestra canción
lleva una carga insoportable
para el oído cansado de escuchar

aquí en este país bien guiado
por un gobernante equilibrado.
Trastornando con armonía

más allá del orden mundano,
vuestras voces cercan. Os alojáis
en los altos arrecifes de las pesadillas,

y prometéis un puerto seguro;
durante el día disertáis desde las fronteras
de la pereza, desde el alféizar

de las altas ventanas. Peor
aún que vuestro canto
enloquecedor, vuestro silencio. En el origen

de la llamada de vuestros corazones helados-
la embriaguez de las profundidades.
Oh río, veo transcurrir

en tu profundo flujo de plata
a esas grandes diosas de paz.
Piedra, piedra, llévame al fondo

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