Siempre

Siempre

lunes, 22 de marzo de 2010

Primaveralmente

¡Oh! -dije al abrir la ventana- ¡la primavera está aquí!
Llegó y se metió todita a mi casa, a mi jardín y a mi cama, a la cual tuve que quitar uno que otro cobertor. Ya se estaba asomando, no muy tímida, en forma de sol, flores, cantos pajariles y huevos de canario. Creo que hasta a mis hijos les están dando ataques de correteos primaverales como al Mogwly. Yo como que quise hacer la gringa spring cleaning, pero con el trabajo y lo demás, creo que al terminaré en otoño. De cualquier manera sí hice lavar algunos vidrios y he tirado dos que tres cosas inútiles y guardadoras de polvo. Lo malo de tirar algo es que años más tarde se le ofrece a uno la porquería esa, y heme aquí buscando un volante que según yo no tiré pero que tal vez haya ido a parar a la basura o al ropavejero en la última mudanza. Lo necesitaba para ponérselo a un mugrero de carro y que se vea menos peor al venderlo.
Total, el 21, tras una noche de no dormir, fuimos el ruco y yo al Estado de México a ver un terreno en Metepec, desyunamos en la plaza del pueblo, en unos portales que acaban de hacer. Da una sensación rara el pueblo, se ve que no era nada y como a su alededor han crecido fraccionamientos y condominios, han tratado de arreglarlo. El resultado va siendo (aún no es) raro: mezcla de nuevo con viejo remendado; lo viejo era poco. Por ejemplo los portales de la plaza, tan obviamente nuevos, a una calle de un templo colonial muy lindo: se sienten falsos. De ahí nos fuimos hasta Villa Victoria a un evento de autos antiguos en uan ex-hacienda hecha hotel. Elegante, según, pero también con sabor a nuevo rico, a que hicieron mucho nuevo donde había poco viejo. Nada que ver con la hacienda Galindo, por ejemplo. El sol estaba en su máximo volumen y hacía brillar más los coches. Me enamoré, lo confieso, de un Oldsmobile 1959: tenía que ser.
Acabé al fin el cuadro de patas de pollo, al que llamo "naturaleza muy muerta" y me decidí a pintar algo más sustancioso: milanesa de cara, o sea un tema taurino. Mis patas de pollo (las del cuadro, que de eso yo nada) han levantado comentarios muy distintos que van desde el modesto ¿Juat? hasta el no mames, pasando por el qué original. También terminé el Rabo del Perro de San Roque, y me da mucha emoción porque rara vez termino algo. Tal vez esté superando al fin mi déficit de atención. ¡Welcome to Beautiful Menopauseland!
Y tras de terminar un trabajototototote agotador y pesado como lápida, me dedico a mis otras cosas mientras viene el que sigue, que espero sea menos pesadote y más remuneradote, ya puesta a pedir. Así es mi diario acontecer, en rachas: rachas de trabajo, rachas del otro trabajo, del creador que me gusta más, es como mi círculo de la vida. Así debe ser la vida, para que no sea plana e igual siempre y nos matemos de aburrimiento.
La encuesta pasada la llevé a la ONU para ver si les da por abolir el día de la mujer. Para que vean que sí les hago caso.
Sabiduría primaveral: nadie sabe lo que pesa la alergia más que el que respira el polen.
Mantra para la quincena: Sobreviviré a la Semana Santa.
Si se van a la playa, avísenme.

lunes, 8 de marzo de 2010

Día de la mujer y demás tarugadas

Hoy es el Día de la Mujer.
Cómo si nos hiciera falta otra fecha comercial en el calendario, convierten la conmemoración de que unas personas (conste que pongo personas, sin hacer énfasis en su género) fueron atacadas por exigir sus derechos, en regalar florecitas, hacer actos babosos como el que se echó mi mamá antier con la Márgara (léase la primera dama de este país) llevando harta gente hasta Puebla; arreglar escaparates para que la gente entre al Sanborn's y le compre a su novia, a su mamá o a sus hermanas el disco de "mujeres divinas" o alguna nacada del estilo, o ya de perdis la lleven a merendar al Vips donde le obsequiarán una rosa a la entrada.
No creo, siento, ni quiero que me "festejen". No me parece lógico que me feliciten por el accidente biológico que hizo que naciera yo mujer, como tampoco me gusta que lo hagan por el otro accidente fisiológico que me hizo parir chamacos. Felicítenme cuando logre algo por mí misma, como lo hicieron cuando me recibí, cuando junté mis fierros para un viaje o para cambiar al fin mi carcacha por un carro nuevo. O cuando lograba que el Manny se comportara en algún sitio; o cuando vean mi pasto muy verde y parejito; o cuando me quede de rechupete la comida o entregue el trabajo a tiempo.
Tal vez lo que pasa es que están todos acostumbrados a que yo haga las cosas bien y ya no les llame la atención. Como a Manny, al que como era tan tragón nadie le decía "qué bien comiste", como a los niños ñengos que cuando comen dos cucharadas de sopa los alaban, mientras que él ya llevaba tres platos. No hay que ser, hay que apreciar las cosas y no darlas por hecho, que si no, Manny dejará de comer y se pondrá flaco esmirriado y feo, y yo dejaré de cumplir mis deadlines a ver si me preguntan los clientes como a las niñas aplicadas cuando reprueban: "¿qué te pasó? ¿Tienes problemas?". Y mis asiduos comensales, ¿se procuparán si notan un desmérito en sus sagrados alimentos?
Y sí, diré, tengo el problema de que me congratulan por taradeces en las que nada tuve que ver y no por lo que con tanto trabajo logro, aunque se piensen mis parientes, nunca me he explicado por qué, que me la paso rascándome las destas.
Hoy me invitaron a un festejo del día de la mujer, organizado por nuestro delegado en Coyoacán, el otentote. Iré, cómo no, nada más para ver si agarro el micrófono y les digo lo que en este texto está en color azul, para que se caguen y me digan como mi amigo Pancho de los Fernández de Asturias: "Ay, Lore, qué rara eres"
A lo que yo respondo, tan mona: "Gracias".

Por fa. (nunca les pido nada no sean gachos) Dejen su opinión y respondan la encuesta que va directo a la O.N.U.