Siempre

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lunes, 25 de mayo de 2009

¡Santa Catarina!

No, no nos referimos a una catarina o mariquita enorme que haya salido en mi jardín. Tampoco es una expresión tipo Robin a Batman. Es que donde vivo hay varios pueblos a distancia peatonal y este fin de semana fue la fiesta de uno de ellos: Santa Catarina (pinpiririm pompom). No sé si era la hija de un rey pero hubo hartos antojitos, juegos mecánicos, bailongo y un castillo de cohetes que nos dejó más que azorados ciegos, sordos y anósmicos por varias horas. De todas formas los cohetones me hubieran asustado en casa así que mejor fui a asustarme a Santa Catarina (pimpiririm pompom) en persona. Muy lindo. Me solazo.
El temblor: me asustó mucho. Mis perras lloraron, los loros gritaban. Yo estaba escribiendo muy mona hasta atrás de mi casa, en el espacio llamado la pulquería, y sólo atiné a ir al centro del jardín diciendo "no mamen no mamen". Esta pérdida de compostura me lleva a pensar que en realidad toda la gente se muere, como la viejita aquella, de lépera y no de lepra. Cuando algo me duele horrible, cuando sucede algo feo, es lo primero que digo. Será que los peligros de la vida me sacan lo pelado. A ver si esas van a ser mis últimas palabras en lugar de algunas más sabias que apantallen a mis deudos. Me mortifico. Le rezaré a la Santa catarina (pimpiririm pompom).
El incendio: ya entrados en desgracias y fenómenos naturales y artificiales, se le quemó su casa a mi tía Guille en Durango. No estaba ahí, menos mal, que con andadera capaz que hubiera querido correr y se cae. Perdió todos sus papeles, cosas, cuadros, su amado piano. Conduélome.
El calentador solar: Por fin lo puse y se supone que da para 5 duchas, sólo que a los dos últimos de los 4 que somos nos tocó helada. A ver si cogemos reumas. Total, lo que no te mata te hace más fuerte. Brrrr. Espero que sea por ser nuevo y que vaya cogiendo calor o quemo al proveedor (con gas, obviamente).
Acapulco: allá sí hace sol, el agua está caliente (hasta la que llueve) y las cubas frías, como debe ser.
Sabiduría de hoy: Nace una nueva semana, habrá que aprovecharla.

lunes, 18 de mayo de 2009

¡Girl's weekend!
Como Iberia no vuela a Querétaro (¿veees?), nos fuimos en un autobús que es el único que sale de la terminal Sur hacia allá. Buena opción para irnos un día a las chulas fronteras del norte. Salimos, eso sí, con 50 minutos de retraso, lo cual como Lili dijo, citando a nuestra santa madrecita, "entra dentro de la diversión".
Llegamos más que a una ciudad, a un abrazo largamente contenido.
Las tres primas hicimos nuestro el centro, que está bellísima y turísticamente arreglado, hasta que la lluvia nos interrumpió el bronceado. Comimos, echamos copa, cantamos, recordamos y hasta chillamos un poquín, que de todo debe haber. Y fue como si nos hubiéramos visto por última vez hace veintisiete días y no veintisiete años, que aquella vez casi ni nos pelamos porque estaba yo casándome y ya se sabe que en tal circunstancia una como que no está.
Hay dos señores en el cielo que seguramente están felices de que seamos amigas, de que estemos tan guapas y de que nos querramos un montón.
Hoy, Lunes. Los lunes son rete lindos porque siempre son un renacer, como si la vida comenzara de nuevo tras un pequeño letargo y algunos partidos de futbol (guácala). Este lunes es nublado y fresco, como de "norte", nostálgico y romaticoso.
No sabría, definitivamente, poner unas palabras tan bien empleadas como lo hacía Benedetti, sólo puedo escribir "que le vaya bien".
Sabiduría del día fresquito: Úsenlo como pretexto para no lavar.
Propósito para todos: Como diría el Piporro: acérquesen a su familia extendida. Primos, tíos viejitos, sobrinos. Son fuente de felicidad, recuerdos en común e identidad.
Mantra antidepresivo: Palabra que soy feliz, palabra que soy feliz, palabra que soy feliz... Este mantra nos quita un poco lo amargado y las preocupaciones por la fiebre aftosa y la gripe canina; por la cotización del Euro y los intereses bancarios; por los exámenes de los hijos y las chambas de los maridos; por los trabajos propios y la ancianidad de nuestros progenitores; por la carestía y los impuestos. No prometo que sirva para alejar la nefasta sombra del perredé.

domingo, 10 de mayo de 2009

Madrecitas santas

Ya se sabe desde tiempos inmemoriales que odio el día de las madres. De valerme ídem pasé a odiarlo de manera paulatina. Cuando era pequeña porque me hacían hacer cosas para las cuales mi capacidad era muy dudosa como tablas gimnásticas y tarugadas del estilo, y fabricar con mis sucias manitas alguna plasta informe que quería ser una base para poner ollas calientes o una carpetita, y obsequiarla a mi pobre madre que, año tras año, recibía tres iguales. Ella tenía que peinarse de salón, desmañanarse para arreglarse mucho y acudir al festivalito a chuparse los churros de shows de sus hijos y tragarse los de los otros grados, donde no tenía niños. Iba echando tiros para no ser menos que las demás madres que llevaban sus mejores vestidos.
De grande me tocó ser la mamá y era, creo, peor que ser la hijita. Trataba de sonreir al recibir dos trapos de cocina iguales (nótese lo sutil del ragalazo, para que lave los trastos con estilo) bordados por mis retoños, y me salía una mueca extraña parecida a la sonrisa de Largo, el de los locos Addams. Me moría de risa y de pena ajena al ver a las demás mamás, en su mayoría jóvenes, caer en la cursilería y llorar de la emoción al recibir su canastita de plástico forrada de tul verde perico que sirve, se supone, para colocar sus rulos en el baño.
Luego fui descubriendo el aspecto machista del asunto y más me cayó gordo: "Oh madre santa abnegadísima, te veneramos con la condición de que sigas planchándonos la ropa y haciéndonos chilorio aunque midamos 1.90 y seamos capaces de hacerlo nostros mismos" "Oh madre admirabilísima te adoraremos en este altar siempre y cuando no te salgas del huacal y sigas perpetuando el rol de mujer criada" . Ya lo cursi del asunto era lo de menos.
Durante 5 años seguidos me salvé del festivalín por un viaje que se hacía justo en estas fechas, y que me caía de perlas: cuatro o cinco días en destinos maravillosos, hoteles de lujo y pretexto para decirles a las maestras que mis hijos no participarían en la fiesta, no yo gastáría en un disfraz de bello durmiente ni de hado padrino. Se creerían que éramos testigos de Jehová. Cuando acabaron esos viajes mis hijos ya estaban más creciditos y entendieron que no me gustaban los cuadritos de monitos recortados de la revistas y pegados con resistol, ni colocarlos en la sala para lucirlos. Creo que fue un alivio para ellos saber que no sólo no esperaba sino que no quería mariachis, restaurante y perfume nuevo el diez de mayo.
Por eso y más, no recibo regalos ni felicidades, ni los doy. No felicito ni llamo ni obsequio a mi mamá, menos la saco a orear, y cuantísimo menos felicito a mi suegra. Sé que ella es de las que anhelaría que todos le llevaran mañanitas, flores y presentes y me doy este día, eso sí, la satisfacción egoísta de que de este lado no los recibirá. ¡En casa el NO al 10 de mayo es para todos(as)!
Sabiduría gratis: madre sólo hay una.... no molesten a ninguna.

domingo, 3 de mayo de 2009

¡O sea!

¡¡¡O sea!!!!!
Que en el colmo de la epidemia y los rumores que han surgido, la Chicha estuvo muy amolada de su operación y todavía se arrancó los puntos de manera que hubo que reseccionar y resuturar previa reanestesiada. Ya se le puso un cuello Isabelino, o sea su disfraz de lámpara o lo que llamo yo cuello uternino, más largo porque como es perro hormiguero saca la lengua veinte centímetros y así se carcomió la sutura.
Y yo en el colmo de la locura me trepé al fin en el avión de mi primo. En cuanto me vi atada con un arnés y dentro del aparato dije el mantra sagrado "San Cayetano, llévame de tu mano" y ¡zaz!, ya estábamos en el aire. Me dejé llevar y lo disfruté harto. Un pueblito acá, otro más allá, y el camino largo que baja y se pierde: el lago, las lanchas, las piscinas, los cañaverales tiernos y la zafra a pleno. Es bonito estar cerca de las nubes cuando realmente las puede uno ver y tocar, no como en los avionsotes. Creo que sí lo vuelvo a hacer. Me porté bien, tranquilaza, y no le escupí a la gente a pesar de que les pasamos a ras bien padre para volver a subir. Me sulibeyé.
Rumores más comunes: Obama firmó algo sospechoso cuando vino, seguro era soltar la gripe; inventaron la epidemia para salvar a los laboratorios farmacéuticos de las quiebras y de paso a esas gentes que traducen la literatura médica y que están en el complot; Ebrard mandó huestes perredistas a estornudar en las verduras del mercado sobre ruedas; van a soltar el virus de la flatulencia porcina; en Mérida ya hallaron los jerogíficos de la maldición maya e incluyen la influenza escritos en un chac-mol; el antiviral que dan en los hospitales es agua de Tlacote porque la gripa esa no existe y la gente que va tiene simple y vil catarrete.
Por si las dudas: Rezarle a San Caralampio, que evitó que la peste negra llegara a Comitán.
Lávense las manos: pero no por la mentada gripe sino porque lo dicen, siempre, las mamás.