Siempre

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domingo, 10 de mayo de 2009

Madrecitas santas

Ya se sabe desde tiempos inmemoriales que odio el día de las madres. De valerme ídem pasé a odiarlo de manera paulatina. Cuando era pequeña porque me hacían hacer cosas para las cuales mi capacidad era muy dudosa como tablas gimnásticas y tarugadas del estilo, y fabricar con mis sucias manitas alguna plasta informe que quería ser una base para poner ollas calientes o una carpetita, y obsequiarla a mi pobre madre que, año tras año, recibía tres iguales. Ella tenía que peinarse de salón, desmañanarse para arreglarse mucho y acudir al festivalito a chuparse los churros de shows de sus hijos y tragarse los de los otros grados, donde no tenía niños. Iba echando tiros para no ser menos que las demás madres que llevaban sus mejores vestidos.
De grande me tocó ser la mamá y era, creo, peor que ser la hijita. Trataba de sonreir al recibir dos trapos de cocina iguales (nótese lo sutil del ragalazo, para que lave los trastos con estilo) bordados por mis retoños, y me salía una mueca extraña parecida a la sonrisa de Largo, el de los locos Addams. Me moría de risa y de pena ajena al ver a las demás mamás, en su mayoría jóvenes, caer en la cursilería y llorar de la emoción al recibir su canastita de plástico forrada de tul verde perico que sirve, se supone, para colocar sus rulos en el baño.
Luego fui descubriendo el aspecto machista del asunto y más me cayó gordo: "Oh madre santa abnegadísima, te veneramos con la condición de que sigas planchándonos la ropa y haciéndonos chilorio aunque midamos 1.90 y seamos capaces de hacerlo nostros mismos" "Oh madre admirabilísima te adoraremos en este altar siempre y cuando no te salgas del huacal y sigas perpetuando el rol de mujer criada" . Ya lo cursi del asunto era lo de menos.
Durante 5 años seguidos me salvé del festivalín por un viaje que se hacía justo en estas fechas, y que me caía de perlas: cuatro o cinco días en destinos maravillosos, hoteles de lujo y pretexto para decirles a las maestras que mis hijos no participarían en la fiesta, no yo gastáría en un disfraz de bello durmiente ni de hado padrino. Se creerían que éramos testigos de Jehová. Cuando acabaron esos viajes mis hijos ya estaban más creciditos y entendieron que no me gustaban los cuadritos de monitos recortados de la revistas y pegados con resistol, ni colocarlos en la sala para lucirlos. Creo que fue un alivio para ellos saber que no sólo no esperaba sino que no quería mariachis, restaurante y perfume nuevo el diez de mayo.
Por eso y más, no recibo regalos ni felicidades, ni los doy. No felicito ni llamo ni obsequio a mi mamá, menos la saco a orear, y cuantísimo menos felicito a mi suegra. Sé que ella es de las que anhelaría que todos le llevaran mañanitas, flores y presentes y me doy este día, eso sí, la satisfacción egoísta de que de este lado no los recibirá. ¡En casa el NO al 10 de mayo es para todos(as)!
Sabiduría gratis: madre sólo hay una.... no molesten a ninguna.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

ta el dia de las madres, pero a mi mamá sí...qué le hago!
Pausi

Manuel Menéndez dijo...

No festejo el día de la madres, del padre, san Valentín, del niño, del abuelo, de la secretaria (debería haber uno del burócrata para que tanpoco lo festeje), el día del Pipope o 5 de mayo, de la bandera, de la revolución, de la mujer (fecha que encuentro aún más machista que el día de la madre) ni festejo el día de la Guadalupana, semana santa y navidad. Próximamente dejaré de festejar cumpleaños.

Que suerte tengo de tener una madre que deteste el 10 de mayo, darle un ragalo no me molesta, pero todo lo que implica la cursilería me parece nefasto.

Ninia Chef dijo...

Lorecita!! tienes razón, a mi siempre me ha parecido un dia mas de consumismo, donde mi ma me dice hablale a tus tias, a tu ex suegra no seas maleducada.. .haha les hablo cuando me nace.. y no necesito un dia para regalarle algo a mi madre o decirle cuanto signfica para mi, es triste que los panteones se llenen un 10 de mayo.. pudiendo ir cualquier otro dia del año o todos los dias o que se yo.. en fin.. es la sociedad consumista donde nos tocó vivir y ahora globalizado! un beso lorecita chula

Crispy dijo...

A mi me harta el 10 de mayo porque es mi cumpleaños. No puedo hacer nada ese día sino estar con mi venerable madre y aunque me cae bien, no tanto como para pasar mi cumpleaños encerrada con ella o peleando en algún restaurante porque hay mucha gente y no puede comer lo que quiere porque la mosca vuela.....


¡¡¡¡NO AL DIA DE LAS MADRES!!!!