Siempre

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lunes, 30 de marzo de 2009

El hábito no hace al monje...

En la novela La vida inútil de Pito Pérez, el protagonista se disfraza de cura para pedir limosnas para las misiones en China y la gente le da dinero. Esto es, al verle vestido de monje le pensaron uno. ¿No nos vestimos nosotros a manera de disfraz? ¿Cuántas (y cuántos) nos disfrazamos para conseguir nuestros objetivos de señoras formales, de ejecutivas, de maestras, de informales? Para pensarlo.
Ayer vi a el más pequeño de mis retoños vestido de señor. ¡Santo cambiazo, Batman! Me acordé de cuando vi a todos mis compis de la universidad muy de traje y corbata para ir a un congreso. La bola de fetos que se supone que eran se convirtió en racimo de jóvenes guapetones; hasta "el Virus" lucía mucho mejor. La ventaja económica que tiene mi pequeñajo es que los trajes de su padre le van pintaditos, saco talla 42, extra largo, camisa manga 5.
Me quedé pensando... (aunque usted no lo crea): ¿De qué diablos me disfrazo yo? ¿Cambio de disfraces? ¿O es uniforme lo mío? ¿Es anti disfraz para que nadie sepa quién o qué soy en realidad? ¿Lo hago conscientemente? ¡Cuántas preguntas sin respuesta para estas horas!
Sabiduría de la semana (gratis por tiempo limitado): A todo se acostumbra uno menos a no comer. Esta frase es desmentida por la moda de las flacas, que son peor que el caballo de aquel que ya que se había acostumbrado a no comer se le murió. A lo que no se acostumbra uno es a verlas, por Dios, dan ganas de meterlas al hospital y ponerles suero.

4 comentarios:

Chateau Demex dijo...

Yo cada vez que toco tengo que disfrazarme, en los diferentes grupos en los que he estado he tenido un papel distinto que depende del estilo de la banda. Al tocar música pesada hay que verse agresivo, en el caso del pop hay que vestirse de "fresa" pero siempre de una manera personalizada (pues aunque todos se vean como rockeros o fresas cada uno tiene una personalidad que con ropa se da la distinción) y es únicamente para el escenario, una vez abajo hay que vestirse de uno mismo de nuevo.

Saludos!

Anónimo dijo...

Yo me disafrazo de lo que soy, lo cual sale mas caro que nada ajajjaja
Pau

Des dijo...

Si ya lo dije yo alguna vez (en mi blog), la vida bien podría parecer un carnaval (de cualquier lado del mundo) por la cantidad de máscaras y disfraces que nos podemos encontrar en cada persona... el problema está en distinguirlas o aprender a vivir con ellas, sin saber exactamente qué está detrás.

Manuel Menéndez dijo...

YO no me disfrazo de nada. Al menos no mas. Que se ponga el mundo un disfrz si no le gusto. COmo dices tu "que se lo piquen"