La vida da más vueltas que la rueda de la fortuna, dicen, pero estos días han sido algo estancados. Y estos últimos meses, también.
Comenzamos la semana con mariscos surtidos y más frescos que mi tío Nacho (era un fresco, no modo). Lo mejor de la semana junto con mis percebes (y del mes) fueron los chiles en nogada de María, no tienen madre y para mi suerte siempre me toca el que no pica, qué felicidad. En segundo lugar quedó el cobro de un trabajo el jueves. En tercero la inspiración que ahora sí me agarró trabajando.
Ayer: anuncio de más chamba -qué bueno: una niña ocupada no piensa tarugadas- harto cocinamiento y apendejamiento.
Hoy: para la una ya había lavado, bañado chuchos, podado bugambilias y estoy muerta de hambre. Espero que alguien note la hora y me sirva un trago y que no llueva para ir a la mini marcha de Coyoacán que de todas maneras, sinceramente, no le miro el objetivo ni le hallo el caso, pero así no seré tan vilipendiada por no ir a la principal al centro. Sigo esperando algún voluntario aunque no sea de la cruz roja para que vaya por pan, cuento inocentemente con mis scouts.
Mañana: seguramente igual que ayer y hoy.
Cita del mes (se lleva las palmas): "A mí me gustaban mucho los hombres hasta que viví con uno" (Therese Phillips).
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