Siempre

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domingo, 10 de enero de 2010

Mal de ojo

¡Ah Jijo!
¡Y yo que pensé que en Texas hacía frío! En esta nuestra ciudad y en casi todo el país el enfriamiento global (calientamiento mis calzones) se ha dejado sentir con gran enjundia. He y hemos, todos, sacado ropa que no nos poníamos desde la última glaciación. Yo al menos, con gorro tejido, bufanda y una chamarra de piel con forro borregoso que compré alguna vez que en tierras lejanas me nevó y que pensé jamás usar aquí. Yo, que soy de camisetitas sin mangas; yo que siempre fui regañada por mi abuelita por salir tan "en cuerpo"; yo que siempre andaba descalza, parezco ahora un esquimal perdido en busca de algún mamut para quitarle la piel.
El año lleva diez días y sólo vi el sol, tímido y en forma de resolana tibia, media hora hoy.
Incluso traté de hacer las cabañuelas pero nadie me las va a creer si digo que en julio y agosto estaremos congeladosy sin sol, solamente me creerán la parte de la lluvia.
Mal de ojo: Tras de toda mi vida haber sido famosa por tener una súper visión de súper héroe, de ser la que veía el letrero del autobús ocho calles antes y distinguía de qué color tenía los ojos la mosca que se paraba en la copa de un pino, comencé con mal de ojo. Todo empezó porque sentía a veces una mini molestia, como si tuviera una fibra de algodón que me estorbaba en el ojo izquierdo y me ponía colirio. Luego me di cuenta de que en España no leía con claridad los letreros de los nombres de los pueblos en la carretera a lo lejos, y entendía groserías lo cual era muy divertido para mí pero preocupante para mi salud visual. Me comenzó a pasar en carreteras mexicanas y nos preocupamos más porque como quiera están en mi idioma, pensaba yo.
Total: el análisis y estudio del ojólogo arrojó que tengo miopía en el ojo izquierdo, de menos uno, lo que sea que eso signifique. Tanto leer, trabajar en la pantalla esta, coser, haber hecho mini repellos en las muelas ajenas durante doce años. Tal vez debí quedarme con el hobby del volley-ball en lugar de la lectoescritura, a saber. Ahora a usar gafas, verde militar obviamente. Quería unas como las de la Miss Feldman, la directira de mi primaria, de forma de mariposa con pedrería pero creo que no las hacen desde 1964. Si alguien tiene unas en el cajón de la abuela, las heredaría yo feliz, gracias.
Es horrible perder los súper poderes. He perdido mi vista de águila para siempre. ¿Qué seguirá?
Así comenzó el año, congelada y medio tuerta. Pueden llamarme Casimira alias la Venadita, que no me ofenderé, y he de mudarme al noveno B.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No te azotes Lore, o sea, yo tengo mucho más dioptrías y eso en ambos ojales
Aun asi te entiendo, pero tienes muchos mas poderes.
laura (beso)

Manuel Menéndez dijo...

Ps no hace tanto frío. Lo que pasa es que todos nos hacemos más viejos; yo ya no salgo en camiseta a las 7 de la mañana, ya uso una sudadera, obvio que te iba a dar más frío ahora. Y por el cambio climático (que no es nuestra culpa pero existe) la temperatura se va a los extremos, espera a sentir el calor del verano... te acordarás de mí (aunque principalmente de la mamá del clima)

El mal de ojo te lo habrá hecho tu suegra... ya se que no vuela en escoba y no te ha convertido en sapo(a pesar de los, seguro, multiples intentos) pero esta sí le salió