Siempre

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sábado, 3 de octubre de 2015

He vuelto

¿Qué dijeron, esta se murió? Pues no. ¿Ya dejó las letras para pasársela pintarrajeando monigotes? Pues tampoco. ¿Ya se largó a una isla desierta y no nos dejó la dirección? Menos.
Resúltase ser que la vida da de vueltas, unas más rápidas y otras más lentas. Yo, que soy tan sabia, me adapto a esas volteretas y manchincuepas circenses, aunque me maree, me aguanto como las machas.
Pero al fin las cosas (y las vueltas) se van asentando y yo me desmareo con la misma técnica que usaba de pequeña: dando giros en sentido contrario. A que soy sabia, ¿eh?
Y a pesar de que los dolores sean los mismos, los amores sigan en pie, los odios no se apaguen, vuelve a salir el sol, vuelve a brillar la luna con su carota de campechana para recordarnos que aquí seguimos dando la batalla porque la rama, manque cruja, no se quebra.
Y me sigo apuntando a todos los desmadres a que gusten invitar.
Hoy vi un coche muy re bonito. Venía yo con mi madrecita -cada vez más ita porque se ha encogido por ser de antes de la época del sanforizado, creo- por la calle y lo vi. Me detuve a observarlo pasar: Ford 1936 Coupé, negro, brillante, hermoso. Brand new. ¿Por qué te gusta tanto ese automóvil?, me preguntarán mis fans, y yo respondo tan campante: es que el primer coche que compré con mi propio peculio fue uno de esos. Estaba sin llantas, en primer, y sobre una puerta tenía pintarrajeado "se vende completo". Entré pues, al taller en la colonia Roma Sur y me mostraron unas cajas con un fierrerío que obviamente no reconocía yo. Claro que mi carita de diecisiete años hacía expresiones de ah sí, claro, desde luego, como si supiera yo de mecánica automotriz siendo que no distinguía un cardán de unas aspas de licuadora. Total me amarchanté, pagué cuatro mil quinientos pesotes que había juntado no sé cómo y llegué a mi casa muy feliz a decirle a mi papá que me ayudara a recoger el coche que había comprado. El pobre hombre, con esa cara de resignación que me dedicaba tan a menudo, me llevó, vio la  bola de chatarra y de regreso me dijo: "¿Qué vas a hacer con la carcacha? Yo, extasiadísima le dije que pintarla de amarillo con unas flamas padrísimas, achaparrarlo de adelante y levantarlo de atrás.... pero me interrumpió: ¿Cuánto te costó? Le dije y me soltó cinco mil pesos agregando: "no vas a deformar ese coche, es un clásico, mejor yo lo arreglo para que quede original".
Sobra decir que se divirtió como enano, con trabajos porque era muy alto mi pá, y lo dejó divino, azul marino, como nuevo pidiéndole las partes faltantes a su hermano el Gûero a San Diego. Yo sufrí.
Pero aprendí la lección. No estropear las cosas bellas de la vida, al menos los autos clásicos.
Y así vuelvo a la vida, espero que de mi modelo sí haya refacciones.



8 comentarios:

Fred dijo...

¡¡¡Salmonaaaaa!!! paso de vez en cuando por tu casa por si has vuelto de tu retiro espiritual en lo alto de la pirámide y....¡chachachachán! aquí está la pequeña Lorena.
Cuéntame, si quieres palique en el futuro, cuenta.
Beso de reencuentro.

Anónimo dijo...

palique claro que sí!
Pues resulta que el retiro en la pirámide no fue como lo esperaba. Tras de ocho días (y noches, of course) sin comer ni beber me di cuenta de que el camión había partido de regreso a la civilización. Me tuve que arriesgar, débil como estaba, a bajar sola toda esa estructura de piedra. Has de saber que los que las construyeron deben haber tenido pies pequeñísimos, porque los escalones de todas son de unos 10 cm de profundidad, o caminaban con palitos en los juanetes o vete a saber, la cosa es que con nuestros pies es difícil subir y bajar por esos peldaños para enanitos verdes. Quizá sí sean ciertas esas teorías mafufas de que las construyeron extraterrestres como señales para regresar.
La debilidad tras de la forzada dieta enflacadora fue otro factor que hizo que me tardara mucho en bajar mientras unos emplumados folclóricos tocaban sus tamborcitos y danzaban allá abajo esperando recoger propinas, pero se llevaron un chasco porque unos 235 turistas japonésidos me divisaron y voltearon sus 235 cámaras hacia mi. No me dieron propina al llegar al suelo pero me aplaudieron. Los emplumados me echaron mentadas en náhuatl y yo les contesté en el idioma de los sordomudos, o sea a señas.
Gracias por pasar por casa, me lo dijo el perico, y que te invitó una caña.
Beso
Lorena

Fred dijo...

Hola, Lorena; ¿te acuerdas de que en tiempos de "Coses míes", de M. Mingotes, escribí un relatillo en el que figuraba una sacerdotisa mexica que, en lo alto de la pirámide, abría manzanas con el cuchillo de obsidiana, las rellenaba de pulque y las echaba escaleras abajo? Fue cuando manifestaste tu asquito por el pulque (y eso que tienes en casa una "pulquería", ¿no?). Hermosos tiempos, ¿verdad? Han pasado muchas cosas desde entonces, sí.
Tengo una actividad febril "escribidora" y hay quien me quiere persuadir de que haga una selección de cuentos y los lleve a la imprenta... Qué sé yo...
¿Estás bien de físico y químico? Y tu corazonzazo, ¿salió incólume de la estancia en lo alto de la pirámide? Y los parquímetros de Coyoacán, ¿son historia o son histeria?
Hasta otra, Lerena. Un beso.

Anónimo dijo...

Hola Lore
Ya ves, tenías que volver a escribir tu blog. odio decir te lo dije ajajjajaa
Pau

Anónimo dijo...

Pau.... no digo nada :)
De lo físico bien, de lo químico depende, ¿endógeno o exógeno?
Me acordé de mi abuelita. Cuando le preguntaban cómo estaba decía: "de mis males bien, pero de mis bienes mal".
Únome a la moción de que hagas tu recopilación Fred. Tienes una lectora asegurada, yo, y no cualquiera puede decir eso.
Los parquímetros.... el gobierno de la HHH Ciudad de México se tuvo que aguantar las ganas de embolsarse sus millonsotes. Deberían, según ellos, llevar más de año y medio funcionando pero no pasaron. No contaban con nuestra astucia. Mira, si supiéramos que el dinero es para bien común, pero no: va al bolsillo de la empresa que los maneja que es del Gobernador del Distrito Federal. Ya cambiaron de Delegado, que es como quien dice en presidente municipal de Coyoacán, a ver si no tenemos que volver a la luchita.
Lorena alias la Guerrera Vengadora

Fred dijo...

Un saludo a "quimera" Pau. Supongo que estará tan bonita como siempre, ¿eh?

Fred dijo...

CANECILLO ERÓTICO

Efectivamente, parece un canecillo del alero de la iglesia románica de Cervatos... El tema erótico es recurrente en la iconografía medieval; cuesta trabajo ponerse en la mentalidad del clérigo que encargó las esculturas, aunque hay biempensantes que aventuran que pudieran ser un muestrario de lo que no se debe hacer (como aquel cura de cierto pueblo, que metía mano a las jóvencitas que acudían a confesarse con él: "¿Te hace esto tu novio? ¿Y esto otro? ¿Te gustaba entonces? ¿Y ahora?..." Simple pedagogía de las almas, dulces varetazos en los lomos de la grey. Sí, sí.
Totalmente de acuerdo en que la cara es el catalizador principal de la pasión. ¿Se concibe hoy el follaje sin una mísera lamparilla art nouveau encendida sobre el mármol de la mesilla de noche?. Suele quedar bien si; además, se pone sobre la tulipa un foulard o un pañuelo de seda bermellón; también resulta bien la gama de los violetas que viran al rojo. Siempre se ha de procurar que la libélula quede de la parte de la cama.
En los pródromos amatorios, en las avanzadas de la pasión embridada, en la elongación de los dulcísimos espacios temporales del abrazo... contemplar el mapa orográfico de una cara que muta como los trigos de Urueña bajo el ventarrón de la estepa, con los inefables fruncidos de los labios (nunca se va ver mejor el pequeño nódulo del labio superior del amante como unos segundos antes del desquiciamiento gravitatorio), es del todo imprescindible.
Después de esta gloria, si quedara tiempo y energía amante, se habrá de proseguir en esa fronda idílica. Pero siempre mirándose a la cara.
PS.- Me gustaría extenderme pero me llama el fontanero. Agua.

PS.- Lo anterior forma parte de una correspondencia de tema erótico que vengo manteniendo: mero afán literario, no creas.

Anónimo dijo...

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