Siempre

Siempre

sábado, 6 de julio de 2013

Bajo el volcán

Luchando me encuentro contra las inclemencias de la lluvia y del volcán. Contra esa ceniza, finísima arena como de lija del doble cero que empaniza los coches, cubre los suelos y se mete a los ojos como si quisiera que no viéramos los desmanes que hace por doquier. Lucho contra las siete plagas de Coyoacán, hormigas y delgado incluido. De todo esto tengo que deducir que si no soy una luchadora, por lo menos soy bastante luchona y como siempre digo que no hay peor lucha que Lucha Villa, seguiré.
Trabajar por mi cuenta siempre tuvo sus "pros and cons": puedo hacer mi trabajo "tranquilamente" desde mi hogar lo cual era una gran ventaja cuando los hijos eran pequeños y demandaban tanta atención; pero eran esas mismas demandas las que entorpecían mi labor. Ahora llevo unos meses sin trabajo y mis dudas, como freelancera, son: ¿Estoy entre trabajos? ¿Estoy de vacaciones? ¿Me voy a retirar? Esas son las incertidumbres. lo que sé de cierto es que no tengo Seguro Social, pensión, y demás prestaciones de ley. Menos mal hemos estado previendo algo, no somos tan tarugos.
Mientras mi situación se decide yo, que soy tan mona, hago lo más que puedo. Estoy pintando mis animales, no crean que hallarán al gato en tie-die y al perro en colores psicodélicos tipo Combi, no, hago sus retratos al óleo. Terminé el de Sushi Pachita (gato) y estoy en el de Chika (perro Box Perrier). He estado barnizando ladrillo, puliendo cosas, arreglando -componiendo me gusta más, así decía mi abuelita-, colgando, repellando, adaptando. Una vez mi suegro me regaló la cabecera y piesera de una camita antigua para niño (para o niño antiguo, claro), de fierro con algo de latón y remaches de plomo amoldado. Estaba la pobre hecha garras pero la he limpiado con medio limón y bicarbonato como me enseñó mi papá , lijado, tallado hasta dejarla decente, no sin dejar de pensar que seguramente era cama de orfanato y que tal vez algún chamaco murió en ella de difteria, fiebres intermitentes o sarampión en aquellos tiempos preantibióticos. Mi marido/carpintero le hizo su armazón y con tablas un buen asiento en el que caben dos personas o un gordo. Ya sólo me falta elaborarle un colchón/cojinsote y quedará un trono digno de la Gata Hari o de la mismísima CleoPetra.
También hice un descubrimiento arqueológico aquí en Coyoacán: hallé al dios Popocácatl, que en castellano significa "a cagar a su casa". Tiene relación con el Popcatépetl por aquello de las emisiones.
Y yo, que soy tan dormilona que nunca llegaba a ver el Grito de la Independencia porque era a las once y yo azotaba mucho antes, he estado sufriendo de un insomnio desvelado. El marido ya ronca y va por el segundo sueño de bartiaventuras, y yo sigo leyendo. Ya es tarde -me digo al ver el reloj- y procedo a apagar la luz. ir al baño, y acostarme con mi consabido almohadón entre las rodillas, secuela de mi famosa hernia discal. Y nada. Y nada. Que me dan las mil y ahí sigo dando vueltas. Juro que no pienso en tal o cual preocupación, de hecho me hago trucos de pensamientos monótonos y aburridos para arrullarme, pero me tardo  muchísimo. Me levanto temprano. Llevo dos noches tragándome un sirope embijoso que se llama Pasiflorine a ver si así, no quiero entrarle a las píldoras. Me preguntan qué pasa y me acuerdo de aquella tira de Mafalda en que dicen que qué pasaría si estuviera todo aquí y alguien alucina con Los Beatles, Jerry Lewis, el Kremilin... tal vez eso sea lo que tengo, una bola de bronquitas que ya juntas me echan montón, me atosigan o como dicen ahora, me hacen "bullying".
Pero como los kilómetros se hicieron para alejarse, los usaré. Pondré millas y leguas entre esos problemas y yo. Me iré con un señor que a veces me desespera, que tiene un genio de los mil demonios, que es un apresurado y que en el millón de años que tengo con él jamás me ha decepcionado ni un quinto.

14 comentarios:

Fred dijo...

Hola, Lorena; debe de ser divertido vivir en la proximidad de volcanes. Acabo de ver unas fotos de unos moldes de cuerpos humanos que dejaron las cenizas del Vesubio en Pompeya; murieron mientras dormían, así se deduce de la posición en que quedaron. Si padeces de insomnio se aleja el peligro de que te pase lo mismo, porque ibas a salir por pies al jardín (o a la pulquería).
Yo también he hecho cambios drásticos en casa: me he deshecho de muebles oscuros y reamueblado con otros blancos de línea minimalista..., pero me parece que ya te he contado.
Y tengo alguna que otra colaboración bloguera muy satisfactoria, preparando el abandono de otros blogs que frecuento desde hace años: dame pretextos y te dejo, Lore. Pero si te aguanté hasta hoy, con tus prontos y tus pasadas de lija, pues que va estar difícil la cosa, vieja amiga (por lo que hace que te conozco (?) lo digo, cuatesita).

Tú tienes gatos, loros y chuchos pero yo tengo una burrita recien nacida preciosa (bueno, en realidad es del vecino de al lado, pero ella me quiere y nos besamos por encima de la alambrada). Tiene una semana de vida y trota por el prado con la velocidad de un cohete. Su madre - otra vieja amiga mía, con perdón- me permite que le palpe a la hija, porque la tengo ganada a ella con los mimos y las sacas de pan que le obsequio cada fin de semana. Los burros, pese a la fama, son inteligentes y cariñosos..., lo malo es que -en verano- traen consigo una nube de moscas.
El fin de semana pasado hicimos los amigos una comida campestre pantagruélica. Cada cual llevaba su condumio y desplegamos -a la sombra de los frutales- una mesa de viandas variadas y de bebidas espirituosas que daba gusto verlas. Eramos veintitantas personas y el día radiante de sol y temperatura moderada. Sí, se pasa bien en las terrazas, praderas y pulquerías si la mesa y los amigos son de calidad.
Bueno, hoy no te cuento más; únicamente que ya estamos aquí con otra Semana Negra, con tu amigo P.I. Taibo a los timones.

Un beso, Lore. Recuerdos a Miss Pau.

Anónimo dijo...

¡Otra vez la semana negra! O sea otro año. Ya ves, y seguimos aqúi. Lo que me cuentas de la burrita me encanta, nunca he tocado un burrito pero les he visto y son hermosos con esos ojotes de cachorro tan tiernotes.
A mí eso de lo moderno minimalista no me va, como me gusta lo antiguo.. de hecho en la "renovación" de la pulquería tuve por meta usar todo renovado, reusado, aceptado en donación, alzado, encontrado, pero no comprado (salvo cables, focos, claro). Ya fue testigo de una mini reunión ayer, por el cumpleaños del más pequeño (es un decir, ya sabes) de mis hijos. Nada como el vacile con los cuates y, a veces, lo que se llama acá "netear", contarse las "netas" o sea las cosas muy de cada uno(a).
Saludos al panzón Taibo.
Lore

Anónimo dijo...

a dónde te me vas Lore? siempre andas de paseo, y te quejas! mírame a nmí que con trabajos voy a Tepetongo ajajjajajajaj
}Y quiero ver tu pulquería terminada, falta mucho?
Me traes algOoooo
Yo Pau

Anónimo dijo...

if you want to run away from that volcano, Cananada is awaiting for you-
Canadian Bacon

Anónimo dijo...

Sorry, Canada, clumpsy me

F. dijo...

Lore, desengaña de una vez al tostador de bacon en lava volcánica.
¿Clumpsy? ¿No será clumsy?
Y tú, ¿qué me dices?

Anónimo dijo...

Yo te digo que su inglés es como su francés (con perdón, Bacon, pero es verdad). Lo bueno es que su español es peor y así no nos entendemos nada.
¿has tenido, efesito, una amistad en la que no te entiendes nada con la otra persona y sin embargo se comprenden?
Hace mucho no te llamaba efesito :)
Y yo, mientras, regreso de una comidona de mis compañeras de la preparatoria (bachillerato), que son sensacionales y con las que estudié hace dos milenos, y preparándome para irme al North of the border y después al otro lado del charco.
Pau, ven a ver la discopulquería, ya está lista.
Lore (con cariños)

Efesito (pero sin abusar) dijo...

Sí, hacía tiempo que no me llamabas "Efesito". Pero ello es debido a que te has dado cuenta de que soy un tipo serio, pero que muy serio, hasta el punto de que -a veces- me irrito conmigo mismo por escribir tantas tonterías. Te han tocado en suerte, Lore, mis performances vodevilesacas porque me pretendo adaptar al estilo de mi interlocutor en esto de las sagradas escrituras..., pero te aseguro que no me ibas a reconocer (o sí) en otras lides y otros rifirrafes blogueros ( o extrablogueriles). Pero tú sabes que entre bromas se dicen muchas verdades y que las mayores memeces se dicen pretendiendo seriedad. Do you know? Do you think so?
Y en cuanto a la pulquería..., no sé qué tiene Pau que no tenga yo, que ahorita me hallo de visita en Veracruz y tengo pensado ver la Casa Azul.

Anónimo dijo...

Dear Ef:
La gente seria merece mi respeto, pero tal vez la menos seria lo merece más. Por eso me gusta la gente que es seria cuando no le queda otro remedio y que, cuando es lo que es, deja la seriedad en la mochila.
En Veracruz estarás asándote. Mi suegro vivió sus últimos años en ese puerto, por su amor al mar, a los buques. A mí, a decir verdad, no me agrada tanto, salvo uno que otro sitio no mítico. Hay una casa azul en el malecón, a la altura del hotel Lois, creo que es de unas viejitas muy alegres y bullangueras, Paz y Lupe, si tocas, tal vez te inviten una cerveza con unas picaditas (es un platillo/anotojito de por allá). A dos calles de mi casa hay una casa azul a la que llaman LA casa azul, pero cobran la entrada y no dan bebidas. No conviene tanto.
Besito jarocho.
Lore

Anónimo dijo...

Sorry for my fingers, this is not a skill I manage well, but I have others, you know. Maybe you make fun of me, mock me, but let me tell you my offer is still good. Don't hang with serious people.
Canadian Bacon the Second

Fred dijo...

El quid de la cuestión está en qué entendemos cada uno por seriedad. Me tengo por serio pero soy un tipo que bromea y que suele reírse mucho con los amigos. Soy vital y me apunto a todos los placeres que estén a mi alcance. Pero a mí no me place cualquier cosa ni le encuentro gracia a un buen fardo de memeces que suele llevar la gente en las alforjas. Soy ateo y no concedo chance a las creencias supersticiosas que tanto imbecilizan a la gente. Desprecio mucho pero amo más. Y no soporto a los cerdos que engañan a los inocentes ni a los amigos de ocasión. Por eso quienes bien me conocen temen mis explosiones de iracundia y puedo ser un tipo desagradable llegado el caso. No espero recompensa por lo que pueda hacer bien ni soporto perseverar en la injusticia..., si soy consciente de que la ejerzo.
La seriedad para mí es una corriente ética que nos lava los cimientos y que informa nuestra vivencia; fuera de ella todo es farsa, animalidad.
La gente seria lo es aunque le quede otro remedio, pero no renuncia a lo que es porque sentiría que vive en la impostura. Pero no se confunda la seriedad con la adustez, el carácter desabrido o las ínfulas de superioridad moral. Yo no soporto a una persona que carezca de la elemental seriedad; lo primero porque no me fío, lo segundo porque me aburro con ella como una ostra.
Resumiendo: para ser serio hay que procurar saber un poco lo que somos y lo que puede esperarse de nosotros. Pero no hay que conformarse con pasar por la vida como una acémila de carga, o un gallo de pelea, o un bruto insolidario, o siendo un soberbio ignorante o un ignorante soberbio (que son los peores).
Para mí, seriedad es sinónimo de dignidad.
Pues eso es lo que cree este fulano que suele tener conversaciones poco serias con vuesa merced.
Besos, Lorena.

Anónimo dijo...

Lore, tu amigo Fred me dejó pensando mucho, lo que ya sabemos que es malo. De hecho me dirijo a ti porque siento que me va a regañar aunque tengo el pretexto de mi edad para ser babosa. A mí me gusta que la gente se adapte, que sea seria cuando ha de serlo, en sus cosas, en cumplir sus compromisos, pero que se relaje.
¿cuándo te vas? qué me vas a traer?
pau

Fred dijo...

Eso mismo digo yo, Pau.
Un beso también para ti.

Anónimo dijo...

A mí también me ha hecho pensar, creo que hasta sentí rechinidos entre neurona y neurona. Así de oxidadas se encontraban las pobres, y así es Fred, pone a trabajar la matraca mental de una. Es uno de sus atractivos.
Me voy mañana Pau, ya les traeré algo lindo.
Beso
Lore