Siempre

Siempre

miércoles, 11 de enero de 2012

Henos aquí, con este año aún casi sin estrenar. Y, como no nos ha caído trabajo del llamado remunerado, nos ponemos a hacer tarugada y media para no desesperarnos, a saber:
1. Pintarrajée (pintar es mucho decir, hay que ser modestita) la mesa del café que desde que azoté y me recluí debido a mi disco (vertebral, no de platino), se fue manchando y chorreando, se le hizo feo el barniz que cubría un mapa de Asturias que ocupaba toda la superficie. Hube de raspar con una llana, remojar con agua y jabón y luego aplicar thinner para raspotear y despellejar. Lo que más resistió y duró hasta el final fue Cangas de Onís, lo cual tomé como premonitorio: volveré a cruzar ese puente.
2. Cuidé, limpié, destapé por las mañanas y tapé por las noches un montón de loros, pericos y canarios que me encargó mi Manolo porque se fue a tierras Sonorenses. Ya hasta fui abuela de un huevito.
3. Saqué, descolgué, extendí, observé muchas prendas de mi clóset levantando la ceja izquierda: vestidos, sacos, suéteres, faldas y pantalones, y me deshice de muchos que, la verdad, no uso hace años. Lo que es la paradoja de que si no tenemos qué hacer, hacemos lo que ya debíamos haber hecho hace mucho.
4. Corregí, aumenté y desaumenté un novelón marca diablo.
5. Quité las micro decoraciones navideñas que tenía en la sala. Todo esto, obviamente, además de las chambas rutinarias que, como las hace una en modo robot, no cuentan.
Así no se deprime una mientras el año comienza a carburar.
Así no está una pensando memeces, como por ejemplo que a mis hijos debí ponerles Silvestre y Primitivo en lugar de Manuel y Diego. Esto se me ocurre cuando veo sus cuartos. O Ambrosio e Hipólito cuando uno se atarraga dos kilos de carne y el otro sufre de ataques de hipo toda la tarde. O si contrato el gas natural, si al cabo ya escarbaron toda la calle y metieron la tubería. Es desgraciadamente desagradable gastar las neuronas en esas pendejeces.
Ojalá me manden trabajo antes de que me dé por irme a las rebajas de enero como vieja loca.
Lo bueno del año nuevo: el marido está rete contento. Yo también. Lo comenzamos viendo a gente querida. Seguiré, déjense ver, no sean rejegos.
Sabiduría para el año que comienza: no hagan taradeces, no lo vayan a echar a perder ahora que está tan chulo nuevecito.
Los Reyes: no me trajeron nada, para no variar.
Próxima parada: Oaxaca.








16 comentarios:

Anónimo dijo...

qué chido el santote!!!Dime, tu que eres sabia, como pa qué sirve? Pa defenderse de los caracoles? ajajajja imprimiré la estampita, gracias!!!!!
pau

sirpe dijo...

Silvestre y Primitivo!!!! qué bueno!!

È freddo dijo...

De mi paso, poco rastro va a quedar: los árboles plantados junto al río; la peña que horadé para que pasara la carreta el día de mi boda; tres vigas de castaño labradas con la azuela, que sostienen un vano sobre la que fue por años la alcoba de mis sueños; un paquete atado con bramante, con escritos que se remontan a mi adolescencia y que -estoy seguro- arderán en la panza de la estufa del salón; dos hijos que ya han empezado a olvidarme...

Frederik dijo...

Bueno, a Pau ya la conozco mucho; por lo que ha escrito le he hecho el perfil psicológico y estaría en condiciones de describirla con pelos (con perdón) y señales: hasta le diría cosas de sí misma que ignora, porque las tiene reprimidas en el fondo de su alacena. Porque supongo que tiene una parecida a la de la Sabia, que le sirve para guardar sus bienaventuranzas, confituras y amuletos. Y aquí aprovecho para agradecerle a Lore la que he tomado de entre sus tiliches, ungüentos, mermeladas y chiqueadores de ruda (que son tan buenos para los dolores de tripita)... También le agradezco infinito el escapulario de la Guadalupana, aromado de romero y espliego. Pluga al cielo que no se lo devuelvan con un agujero calibre 9 mm. parabellum. O así.
De esta SIRPE que amanece, carezco de datos. A juzgar por los cuatro signos de admiración (cómo se ve que os tienen comido el coco los gringos: estos signos se han de poner al comienzo y al final de la frase, no como ellos hacen) con que remata su alegato, es mujer de temperamento fuerte. Además, a sirpe le añades una e y queda "sierpe", que suena como una amenaza...
Discúlpenme la locuacidad, pero he amanecido con un tono alto, cosa que suele ocurrirme siempre que enero consume su primera mitad; es como una premonición de la primavera aún lejana, pero debe de depender de que los días empiezan a tener más horas de luz diurna. Quizá la hipófisis. O las hormonas que me quedan.
Creo que me mudo a Barcelona. Por lo menos a tiempo parcial. È davvero una bella città.

PS.- Lore, a veces tengo un impulso insensato (?) de poner un Atlántico de por medio con esa santa casa, y huir como Julia Roberts en "Novia a la fuga" (Runaway bride). Y me hago el propósito de no prodigarme tanto, de ser más mesurado en mi contribución bloguera. Pero luego recapacito y me digo que se lo pique quien no esté por la labor y me critique. Eso, que se lo pique; que unos es libre de hacer lo que le venga en gana. Pero, sobre todo, pienso qué iba a ser de una dama tan letrada como Lore, si no le entran al capote morlacos de cierto porte, y con la testa regularmente armada. Sería un despilfarro abstenerse, ¿no?.
Pero no prometo nada: me he acostumbrado a ir por libre, a hacer lo que me place si ello está de mi mano. Y a mí me placen casi siempre cosas bien bonitas y rechulas.

Lorenitachula dijo...

Limitar la prodigalidad de uno mala cosa es; negarse, querer cambiar la naturaleza, aunque sea la literaria, litúrgica y o bloguera . Uno es como es. Puntote.
Y yo, con la responsabilidad nueva que me ha caído, haciéndome cruces, hay que reorganizar esta cosa llamada vida, esta cháchara llamada rutinas y costumbres.
Así es la vida, se instala una en su diario vivir y de repente todo cambia de sopetón. Ahí va el agua, hubieran avisado, no hay que ser, para sacar el paraguas, digo yo.
Mi tío Manuel decía "el hombre propone, Dios dispone, viene la mujer y todo lo descompone", yo diría los hijos, pero en fin.
De los "¡".. ¿Sabías que cuando niña, que entré a secundaria, me costaba trabajo ponerlos? Eso y el no incluir la ch y la ñ en el alfabeto me costaron riñas con la maestra de español que era una monstrua. Pero aprendí las dos maneras y me han redituado en la vida.

Fred`s winter dijo...

No acabo de entender, Lorena, a qué te refieres cuando aludes a esas nuevas responsabilidades que te han caído encima..., y que te obligan a reorganizar tus rutinas y costumbres. Que todo haya cambiado. Se me habrá escapado algo.
De todos modos, hay que seguir sacando el agua del pozo propio y olvidarse de las acequias y canalillos contaminados, cuyas aguas nos quieren vender embotelladas como si fuesen el aceite de la vida. No le des la razón al sabihondo de Froid-Chaud, que ve crisis de identidad y angustia vital en cuanto gato se cruce con él. Dale a la tecla -procurando colocar bien esos dedos tan largos que tienes-; eso se hace por gusto propio, aunque parezca que intercambiamos con los demás. Tú los has dicho: escribir pertenece a una dimensión distinta a la oralidad, uno es más y mejor cuando escribe. Afuera se queda eso que llaman "realidad", pero que no lo es más -yo diría que es menos- que lo que acontece debajo de nuestra cabellera.
Participo en un blog de un escritor aún joven y a veces se deja apoderar por la desazón de ver que sus obras no encuentran acogida en las editoriales. Ya ha publicado, pero quien como él ha puesto todas sus ilusiones en vivir de la literatura no acaba de sufrir desengaños. Le contestaba un colega que era su mismo caso, pero que lo importante era el hecho de escribir...
Es un consuelo a medias, porque todos desearíamos que nuestras cosas valiesen lo suficiente como para arrancar unos dólares al público. Pero, recuerda, Vincent van Gogh murió sin vender casi nada.
No sé como va eso de las Cuatro Estaciones (te recomiendo que las escuches cuando te acose la flojera: a las de Vivaldi me refiero) por Coyoacán; aquí estamos en lo -relativamente- crudo del invierno. Pero, como te decía- ya empiezo a husmear la primavera que ha empezado el viaje con su mochila floreada. Esa sola esperanza -que es certeza- es suficiente para que mi ánimo se alegre -yo nunca estoy triste- ante el prodigio en ciernes. Que no por repetido y tenernos acostumbrados, deja de ser asombroso.
Guapa, rica y talentosa..., ¿qué más quieres, mariposa?

Lorenitachula dijo...

La flojera nunca me acosa, más por el contrario, me azota la hiperactividad y lo que me cuesta trabajo es estarme quieta,aún cuando por razones vertebrales me es impuesto.
Aún los fresnos están más calvos que los señores y los señores más abrigados que las bugambilias; enerote.
Mis letras son huerfanitas también, Fred... y buscan mejor editorial que les adopte, pero mientras se consuelan con sus madrastras que son sus lectores de pequeños tirajes, fieles e incondicionales,amados y valorados.
y sí, Chente Van Gogh murió sin una oreja.....

Lorenitachula dijo...

http://yotanmonayanexas.blogspot.com/

Un regalo tardío de reyes. Para los niños interiores y exteriores

Fred dijo...

Fine, Lorena. Thank you.

¿Le pegas al punching ball y bateas en el pasillo de casa? Se ve que eres una chamaca un poco atrabancada...

Lorenitachula dijo...

Ada Madrina, ¿dónde estás con tu varita de virtud? te necesitamos. Tierra llamando a Ada Madrina, Tierra llamando a Ada Madrinaaaaaaaaaaaa

Fred taurino. dijo...

¿Sabéis qué noticia me reconcilia con el universo mundo que nos tocó en suerte? Pues que Juan José Padilla, El Ciclón de Jerez, el matador de toros que el año pasado sufrió en Zaragoza una cogida que le dejó tuerto, vuelve a los ruedos.
Todos vimos en la tele, horrorizados, cómo el pitón le entraba por el pómulo izquierdo y le asomaba por la órbita. Terrible.
Seguí en la prensa sus desesperados intentos por recuperar la vista. Los mejores oftalmólogos: ninguno le hizo albergar esperanzas de recuperar la vista, aunque fuese parcialmente. Él, siempre: "Quiero volver a torear; es mi vida, no la entiendo de otra manera".
Me parecía ilusorio semejante empeño: un torero ha de conservar la visión binocular, que es la que sirve para evaluar la espacialidad, medir las distancias, máxime si le envuelve un torbellino astado de quinientos kilos, que le va a amenazar desde los ángulos ciegos, fuera del cono visual de su ojo intacto. ¿Un natural sin el ojo izquierdo? Más fácil lo tuvo Guillermo Tell.
Y esta mañana, leo en la presa -y veo en un vídeo- que el matador de la cara deforme y el parche negro sobre el ojo ciego... vuelve a los ruedos el cuatro de marzo, en la plaza de Olivenza, con Morante y Mazanares...
Y hallo tanta épica, tanta grandeza, tal sublime valentía en este desplante, que el maltrecho matador me hace evocar a un héroe salido del túnel del tiempo, como si de un Teseo redivivo se tratara, y a quien el Olimpo en pleno hubiese encomendado la ardua misión de enseñar a la inmensa manada ovejuna que no siempre el humano fue la entelequia que es hoy. Que hubo un tiempo en que el temple de los hombres igualaba al de las espadas.
Trescientos defendieron la Termópilas. Cinco millones de celtíberos aguantan resignados que el toro que zarandea a Europa campe sobre la piel desollada del viejo pariente ibérico.
Por eso me enardece que haya hombres como Padilla, que se echan al ruedo. Y que les baste con un ojo solo. Que la clarividencia no depende del número de ojos, sino de hacia dónde se mira. Y luego que se tome la decisión oportuna.
Es obvio que no estoy hablando de Tauromaquia. Sólo.

Lorenitachula dijo...

Aunque no trates sólo del arte de Cúchares, OLE!!! Porque si bien ya sólo tiene un ojo, aún tiene un par.
Le he de pasar tu comentario a una amiga sapientísima que escribe las crónicas de la temporada grande de la Monumental México, la gran Dra. Gloria Serment.
¿Ada?

Ada dijo...

¡Hola a todos!
No creáis que me había olvidado de vosotros, ¿eh? Entré de vez en cuando, a ver en qué andabais, pero no intervine porque esta temporada tuve mucho trabajo, y las navidades me dejaron exhausta, física y psíquicamente. Feliz, eso sí, a pesar de todo. Mas, cuando estoy cansada, el cuerpo me pide "oír, ver y callar", y eso hice.
Lore, veo que empiezas el año con renovados ímpetus y tremendo despliegue de actividad. Yo, en cambio, no sé lo que daría por poder tomarme unos días de descanso, pero de momento no creo que pueda. ¡Hasta la lectura me cuesta!!! Tengo tres libros empezados...
¿Qué pasa, los Reyes no llegan a tu casa? Pues el próximo año ven a Gijón, que aquí sí lo hacen, y cargados de regalos. Esta Navidad fue muy sosa en la calle donde trabajo: ni luces ni cabalgata de Reyes (otros años pasaba por allí, y la veía a través del cristal). Cosas del nuevo equipo de gobierno local. Enfin!
A mí los toros no me gustan, ni toda la parafernalia que gira en torno a ese mundo. Y no porque sienta especial simpatía hacia el animal en sí, o me parezca horrible que haya seres humanos que se diviertan con tan lamentable espectáculo (que, efectivamente, me lo parece). Simplemente, me aburren, y los relaciono con gentes y ambientes que detesto, con regímenes totalitarios, conservadurismo y caducidad. Y encuentro los argumentos de los defensores de la "fiesta nacional" absurdos y peregrinos. Esteee... ¿os gustan los toros, chicos?
Eso sí, admiro la determinación del Sr. Padilla, dispuesto a perder el resto de su anatomía por seguir los dictados de su vocación. Aunque debo reconocer que mi admiración se debe, en buena parte, al modo en que nuestro querido y taurino Fred
expuso el tema. ¡Ya tiene mérito haber conseguido despertar mi simpatía hacia un torero, cher ami!
Un montón de besos para todos.

Fred dijo...

Caray, Adalita, dieciocho los ojos que te vean. Qué desparpajo, qué ímpetu, qué donaire..., y dices que estás flojilla.
Ya ves que Lorena te echaba en falta: ella que es tan austera para con los demás -no se le escapa una docena de besos aunque uno haga méritos- y, sin embargo, nos empezaba a dar la tabarra con lo tuyo.
Yo, la verdad, no me había dado cuenta de que te habías escaqueado; seguro que porque también he tenido mi trajín (escribir en este blog me lleva buena parte del tiempo libre). No lo tomes por despego, Adalita.
Lo que digo de Padilla es un artefacto retórico. El retórico lo mismo se halla bien diciendo una cosa que su contraria: es nomás que por darle gusto al gatillo. Pero este matador es -para mí- un arquetipo de algunas cosas valiosas que hoy suelen escasear: me conmueve, me tiene ganado, quiero que salga bien de la epopeya.
Si me gusta la Fiesta o no, os vais a quedar con las ganas de saberlo. Si largase, los argumentos que iba a emplear -en pro o en contra- no iban a ser esos manidos e inconsistentes que se escuchan por ahí.
Bien venida (¿revenida se dice?), Adalita. Lore, tenme presente en tus oraciones.

Con dios, señoras.

Lorenitachula dijo...

En mis oraciones, frases y enunciados, Fred.
Yo, Ada, es que desde chica me hice lienta de Santa Claus, que me trajo hasta que mi padre murió, fíjate que mala suerte, quedarme sin los dos al mismo tiempo. casualidades de la vida. Por eso los reyes no me traen, yo creo, además de que por acá no hay monarquía, eso ha de influir también.
Besos por docenas, a todos.

Ada dijo...

¡Vaya, Fred! ¿Así que no te percataste de mi ausencia? ¡Qué decepción! Bueno, no pasa nada, ya sé que tu mente siempre está hiperactiva, y es normal que alguna cosilla te pase desapercibida.
Lore, según qué monarquía, te traen regalos o te "limpian" los bolsillos, hay que tener cuidadín.
Cuando yo, de chiquita, descubrí lo de los Reyes, me llevé un disgusto enorme, y decidí que, si algún día tenía hijos, no los engañaría con ese cuento. Pero, a medida que uno crece, se da cuenta de las pocas ilusiones que hay en la vida, y menos aún tan mágicas y fascinantes. Así que mi marido y yo llevamos a cabo los montajes pertinentes para que las nenas vivieran esas fechas con toda la fantasía posible. Y aún hoy, mujeres hechas y derechas, vienen a casa para revivir, una vez más, el encanto de esos días. Como decía un amigo muy querido, para que exista la magia hay que creer en ella. Yo diría más: hay gente que "tiene" magia, y la va derramando a su paso por este mundo cruel y despiadado, haciéndolo un lugar más amable y habitable.
Hoy, al levantarme, me asomé a la ventana, y estaba gris. Un día triste. Por un momento, me pareció ver un rayito de sol, pero no, fue sólo una ilusión, como la de S.S.M.M de Oriente. Quizá mañana... De momento, me asomo a esta otra, que siempre me ayuda a levantar los ánimos caídos.
Fred no quiere aclararnos si está a favor o en contra de la tauromaquia. ¿Tú qué crees, Lore? Yo me inclino a pensar que no le gusta, pero ¡vete a saber! Este hombre... le encanta rodearse de un halo de misterio...
Lo de "revenida" no me suena muy bien. Hombre, no soy un pimpollo, pero tanto como revenida... ¡ché!
Bienvenida, eso sí, mira, es bonito. ¡Gracias!!!
À bientôt, les amis!!!!