Siempre

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lunes, 31 de octubre de 2011

Momentos y más batallas

Hay momentos en los que una es feliz aunque no se dé cuenta. ¿No sería mejor no darnos cuenta cuando somos infelices? Pero no, entonces nos percatamos y nos ponemos de chillones, porque así somos de ingratos.
Yo, en una de mis tantas heróicas y legendarias batallas que harían a Diego Menéndez el Valiente y el Greñudo palidecer de envidia, lucho contra estas ingratitudes y noto cuando soy feliz que, la verdad, es a cada rato. Soy feliz porque Pachita persigue una bolita de papel; soy feliz porque hace sol; soy feliz porque voy a algún sitio amado o desconocido. Soy feliz, punto, y si alguien me sale con que sólo los tontos son felices, mando madrazo y me río felizmente. Hay personas inteligentísimas cuyo cerebro apenas supera su gran felicidad. He dicho.
Y en otra batalla, les ganaré a las lenguas viperinas bicéfalas y aplastadas que dicen que no hago nada. ¡Con lo que sufrí estando en la inactividad! Son personas que miden el trabajo en horas cotizadas en el Seguro Social, y no en recibos de honorarios y trabajo free-lance. Para ellas, mediocres neuronas de camote glaseado y merengue remojado, si no se va diario a aplastar el chunde a una silla de oficina aunque pasen más horas chateando que produciendo, no se labora. Ojalá cobren bien como yo, se los deseo no de corazón pero sí de hígado. Y también que se lo piquen.
Batalla del trámite de renovación (re-robación) de la tarjeta del coche: Gran pelea de cuatro horas parada y mal sentada (ay) en la Delegación para ir a regalarle al sátrapa Marcelo Ebriard un dinerito para sus campañas y actos populacheros. Pidieron hartos papeles para en sus antiecológicos actos juntar un poco más de dinero vendiéndolos al kilo. Y para nada, según ellos para nuestra seguridad. JAJAJAJAJJAJA. Una mañana perdida para una, una batalla menos, pero millones de pesos para ellos.
Medicina Basada en Cuentos Vol III. La presentación estuvo muy bien en un hermoso teatro, y a mediados de noviembre estará a la venta en El Sótano y en Porrúa. Ahí viene mi historia (que no es cuento, insisto, sino anécdota) "El caballero de la piedra oxidada". Para que vean que soy cuatita lo posteo para su lectura y (amable) crítica.
Next Blog: ya sabremos qué carnes me comí en Sonora.
Pregunta de la quincena: ¿Alguien sabe la distancia de manejo en horas o millas de San Diego a Seattle? Gracias.
Sabiduría de la quincena (gratis, como muchas sonrisas): Si la carreta que rechina no es tuya, no gastes tu aceite en ella. (Dicho popular recién inventado por mí)
Para leer mi participación en el libro y ahorrarse unos centavos, por favor entren a:
http://yotanmonayanexas.blogspot.com/

32 comentarios:

Manuel Menéndez dijo...

De San Diego a San Francisco son ocho horas, y de SF a Seattle son 12 más :)

Lorenitachula dijo...

uf! Estoy planeando ese viaje en Amtrak o en coche, grcias chatorris

Ada Madrina dijo...

Lore, gracias por postearnos tu relato. ¡Lo que me reí...!!!! Hasta mi marido vino varias veces a ver qué era lo que provocaba tanta hilaridad. Disculpas a tu pobre esposo, que no era a costa de su enfermedad, ¿eh?. Es que tienes una gracia para decir las cosas...Fue como leer a Tom Sharpe con acento mexicano. ¡Buenísimo!
La verdad es que me encanta escuchar anécdotas profesionales. Todo aquel que trabaja cara al público tiene las suyas. Mi hermano es médico, y me parto de risa cuando él y sus amigos nos cuentan historias divertidas. Sí, ya sé que es un poco cuestionable reirse de esas cosas, pero, enfermedad y dolor aparte, hay situaciones que arrancarían carcajadas hasta a un busto del Generalísimo.
Nunca oí a nadie decir que sólo los tontos son felices, pero, si lo oigo, les hablaré de ti para rebatírselo. Au contraire, yo pienso que eres muy afortunada, por ser consciente de ello y disfrutarlo.
Y no sabes cuánto envidio tu trabajo; es uno de los dos sueños de mi vida. El otro sería trabajar en una biblioteca. Aunque debo reconocer que no me veo capaz de trabajar de free-lance, porque soy terriblemente indisciplinada. Seguro que haría como con el equipaje: dejarlo todo para última hora, y no pegar ojo la noche antes. Recuerdo que hace dos o tres años, salíamos de viaje un sábado a la una del mediodía, y fuimos a las once a comprar la maleta (las que teníamos eran pequeñas o demasiado grandes). Eso sí, luego estamos listos en un plis y llegamos puntualmente al destino.
Mil gracias de nuevo, felicísima Lorenitachula, tan sabia y tan simpática, por hacerme pasar un ratito feliz a mí también.
Besos a todos, y un saludo a Manuel, tan sabio como la mamá.

F. dijo...

Bueno, Lorena; leído tu angustioso relato no me queda sino reafirmarme en lo que ya sabía: que escribes muy bien.
Se nota que iba dirigido a un público de cierta cultura y por eso te has moderado en lo que respecta a algunos giros y trabalenguas a los que nos tienes acostumbrados cuando escribes en el blog. Con algún matiz, podría pasar por salido de la mano de una salmantina que hubiese ido de vacaciones a Cancún.
Particularmente, prefiero tu castellano-náhuatl. De ser tú columnista de algún diario, te reconmendaría que te especializases en la crónica diaria del mundo de los suburbios tenochtitlaneros (los mercados, la peluquería, las paradas del bus-school...) Ahí te ibas a desmelenar, es tu medio natural (literario).
Expresado mi agrado, unas preguntas de interés variable (acabo a oír en la tele que el BCE acaba de bajar los tipos un 0,25%):

-¿Come tánto tu Señor Menéndez como insinúas?
-¿Está permitido el ingreso en los hospitales de tu país con armas de fuego en la sobaquera?
-¿Eres tan abnegada de a diario como quieres aparentar?
-¿Hasta ese grado de neoliberalismo se ha llegado en la Sanidad mexica, que hasta cobran por el pillow?
-Y el principio de la libre empresa ¿llega a que un pelado con un carricoche haga negocio por los pasillos (a lo mejor osa incluso entrar a las habitaciones), y que llegue a vender un cartucho de maní rebozado de sal a un paciente con dieta hiposódica, o a vender una caja de mantecados de Estepa (de importación) a un diabético galopante, al borde del coma?
-¿De veras eres devota de San Cayetano?

Unas acotaciones:
-El recipiente que ahí llaman "pato", acá lo llamamos "conejo" (probablemente por asociación subconsciente con otras prácticas más gratas, en las que intervienen elementos parecidos.)
-Después de meterte con la papada del cirujano taurófilo, deberías cuidarte de no volver por su consulta.

Finalizado el análisis concienzudo, quedo a la espera de tus nuevas.
Salud para todos.

Lorenitachula dijo...

Gracias, Adita Madrina! En mi casa, fíjate, cada uno platicaba en la comida cómo le había ido con los pacientes del día, a instancias de mi padre y mi mamá se acostumbró a oir lo que en otras casas no era tema para acompañar los alimentos. Yo de ordenada sólo lo necesario...mañana, por ejemplo, voy hasta Sonora y a una boda,´y estoy aquí alegremente sin saber aún qué maleta llevo. Pero igual que tú, en un periquete estoy lista, las guapas tenemos eso, no necsitamos muchos arreglos ;)
Efe... respondo tu entrevista: Come tanto, tanto come, y antes, de más joven, más comía, pero no le luce mucho porque es tan largo que se reparte bien el peso. No dejan entrar con pistolas en los hospitales (lástima). Soy abnegadísima donde las haya, sólo que hago atajos, soy una fábrica de maravillas muy moderna que usa Bread machine para hacer la masa del pan, y mientras la masa sube yo me paseo!!!! Me ayudo de todos los inventos de la mujer blanca, así que el resultado es lo hice YO, de todas maneras. En estos hopsitales privados cobran eso, pero lo paga el seguro de gastos mayores junto con todo (de tenerlo, claro). Y de lo de San Cayetano, soy como mi sabia amiga Marcela Guijosa, que se define como "atea pero Guadalupana".
La intención del ejercicio era escribir en un español como antiguo, no suelo hacerlo así. La papada del médico... dudo caer en sus manos, es especialista en cosa de varones!!!!!
Besines y hasta mi regreso.

Fesazo dijo...

Se me olvidó hacer un comentario a la bonita foto de los besugos morreando: yo prefiero los besos con lenguado.

Ada dijo...

Ay, Lore, también se me olvidó comentarte la foto.
Siempre tan divertida.
A mí me reñían por enredar con los cubiertos, y a mi hermano por jugar a la hípica con el pan (era muy bueno, índice y corazón de la mano simulaban las patas delanteras del caballo, mientras los otros tres se unían y apoyaban contra la mesa, impulsando al "equino").
Años más tarde, les reñíamos nosotros a causa de su desagradable costumbre de hablar de enfermedades a los postres.
Fesazo, no se me va de la cabeza tu comentario del post anterior. ¡Sonaba tan amenazador...!: "Yo procuro quereros...a ver lo que dura".
Desde entonces, vivo sin vivir en mí. ¡La espada de Damocles pende sobre nuestras testas impías!
No sé dónde leí que este año se había adelantado la recogida de manzana. ¿Tú ya las pañaste todas?
Un abrazo.

Lorenitachula dijo...

Yo los besos del lenguado,,, muy planos me parecen.
Ada, si crees que el efe nos va a dejar de querer, vas que chutas.
Nuncamente.
Vengo llegando de Sonora, el norte también existe.

Marisa dijo...

Lorena, ¿te acuerdas de: “La felicidad a, a, a, a/ de sentir amor o, o, o, or/ hoy hace cantar a, a, a, ar/ a mi corazón o, o, o, on". Bueno, sentir amor, además de las monadas de Pachita, también puede ser un buen motivo para estar feliz, ¿no te parece?.
Hace poco leí en una novela una reflexión sobre la felicidad, que me está aclarando la actitud de algunas personas; la protagonista, ya anciana, en una especie de diario, recordaba “la sensación de honda alegría” que la había acompañado durante su primera infancia, y que había perdido con el paso de los años, a pesar de reconocer que su vida había sido feliz. Y decía: “…la felicidad es, respecto a la alegría, como una lámpara eléctrica respecto al sol. La felicidad siempre tiene un objeto, somos felices por algo, es un sentimiento cuya existencia depende de lo exterior. La alegría, en cambio, no tiene objeto. Te posee sin ningún motivo aparente, en su esencia se parece al sol: arde gracias a la combustión de su propio corazón”. A lo mejor, ahí, en guardar o perder la alegría que tuvimos de niños, está la clave para que unas personas sepan disfrutar de lo pequeño, mientras que otras, sin tener precisamente vidas penosas, siempre insatisfechos,no encuentren nunca acomodo en nada ni nadie y acaben convertidos en unos auténticos muergos.
Te diré que me divertí mucho leyendo tu relato. ¡Ay, Dios!, ¡pobre Señor Menéndez!. De buena se libró el Analógico, cuando en mitad de un paseo quedó de repente doblado por un dolor tal, que mudó en palidez la coló bereber de su cara serrana. Él, menos que piedra, debió de tener sólo arenilla, porque el mismo médico de urgencias del centro de salud lo dejó como nuevo con una inyección de no me acuerdo qué, sin ingresos ni más penalidades añadidas que un par de golpes secos a canto de mano en ambos costadillos, para asegurarse y demostrarle de paso al paciente que no fallaba en el diagnóstico. Me llamó la atención lo de que el libro salga a la venta en Porrúa, que supongo que será una librería, y es que, como igual ya sabes, hay un pueblín muy guapo del concejo de Llanes con el mismo nombre.
Ada: esperando nuevas de F, sólo nos queda suspirar, mientras deshojamos la margarita: ¿todavía nos quiere?, ¿yaaa no nos quiere?...

Ada dijo...

Marisa, qué guapo lo de la alegría. Yo también lo creo, y me parece afortunado aquel a quien le brota del corazón de forma natural. ¿Será algo genético, como el color de los ojos o la forma de la nariz? ¿Se podrá desarrollar, como la musculatura?
Lo bueno de la alegría es que es una de esas cosas que, aunque la repartas, no te quedas sin ella. Al contrario, atrae a los amigos, y vuelve a ti multiplicada.
Efe sigue desaparecido en combate. Y Lavapiés tampoco se prodiga mucho. Los chicos deben andar muy ocupados...
Besinos.

Lorenitachula dijo...

Marisa linda, yo creo que ser feliz es, como algo sugiere Ada, como tener los ojos azules o la estatura tal: se es feliz como se es moreno o calvo. Claro que hay morenas cuyo color es logrado con cabinas de rayos y con tinte de pelo, así que también se puede aprender a ser así. Como cuando te pasa algo horroroso (toco madera) y sales diciendo que ya vas a sufrir por tarugadas, sino a ser feliz. Yo soy feliz pero con esto de la hernia de disco tan fea que tuve agrandé mi capacidad de serlo, porque me di cuenta de que me preocupaba por memeces como si se barrió el patio, que se quedó sin barrer bastante y nadie se murió por eso.
Alguien me dijo varias veces que cuando uno llega a viejo hay dos caminos: uno, ser amargado (por lo que no hice y esas cosas) y dos ser sabio, pero no sabio cultísimo sino sabio que toma las cosas con sapiencia, que las clasifica en importamtes y nimiedades y que disfruta de la vida a pesar de achaques.
Porrúa es una editorial muy antigua aquí, de siglos, y tiene librerías. seguro la fundó alguien de allá! Buscaré la historia.
Sigamos entrenándonos en la felicidad.
De efe y Lava, ¿andarán haciendo esas cosas raras que hacen los hombres y que no entendemos ni nos gustan?

F. in love dijo...

Apenas una semana de cesantía y mis mujeres me piden cuentas, apoyadas en el quicio de la puerta mía, los brazos cruzados sobre pecho, el ceño algo fruncido, la mirada entre ansiosa e iracuanda, el pie que tamborilea imperceptiblemente el enlosado, un temblor en la barbilla, la boca febril un poco seca, entreabierta... Si fuese musulmán esto no me pasaba.
Os hallo hablando de la felicidad: esa es la que me embarga ahora que os tengo al alcance de mis teclas.
Pero -ay, amigas-, felicidad, quereres..., son palabras, son conceptos demasiado sagrados para nombrarlos en vano: amistad, respeto, simpatía, admiración, cuadran mejor a la mayoría de las relaciones que trabamos los humanos. Déjense los divinos nombres sólo para las grandes ocasiones que no brinda la vida con cuentagotas.
Porque querer -que es amar- lo reservo para Penélope, la de los rosados dedos que tejen el sutil cañamazo de mis nervios; refugio seguro en las tormentas; tabla de salvación en mis naufragios...
Pese a ello, intento quereros..., a ver lo que dura.

Marisa dijo...

¡Jolín, F!: pareces el que escribió el Bolero de Mastropiero, con ese estribillo tan bonito que dice:

Te amooo...cuánto te amo...
te amo, te amo, te amo...
te amo, te amo, te amo, te amo, te amo...
En realidad...
te aprecio...te estimo...bastante...

Lo que me pude reir la primera vez que escuché ese disco de Les Luthiers.

F. se sincera dijo...

Así son las cosas, Marisa: electrocardiograma plano en lo que a vosotras respecta. Porque la amistad, el respeto, la admiración, la simpatía..., vienen de la cocina del cerebro, no de la víscera cordial.
Lo que no quita que a veces me sobrevengan fantasías libidinosas y sueños inconfesables, pero de ambos soy tan inocente como un cordero lechal. Porque si en mi incontrolable imaginación me veo inmerso en una vorágine de curvas opulentas y morbosas delgadeces (tríos, cuartetos; nunca duetos, mira tú), a mi condición de surrealista irrefrenable se le ha de imputar, que no son pensamientos que uno elija libremente para disfrute secreto. Y los sueños, sueños son.
Así que iba a salir absuelto ante un tribunal de ética y buena moral, medianamente aggiornado.
Y te digo esto con la objetiva frialdad de un entomólogo que tiene bajo la lente a un bicho interesante (Gregorio Samsa, para servirle).
Ya podéis empezar a apedrearme.

Ada dijo...

Efe, como diría mi madre, parez que te las está pidiendo el cuerpo. Eres un provocador de tomo y lomo. Y como decía mi abuela, el que tien la lengua aguda debe tener la costilla dura. ¿Estás preparado para la lapidación?
Ayer había escrito unas palabras, y las borré pensando que igual te parecían mal. Pero como veo que te va la marcha, ahí van.
Si nos ponemos en plan científico, vale, el corazón sólo es un músculo. Nada se cocina ahí, ni en los nuestros ni en el tuyo, mi querido amigo. El amor, aunque la depositaria sea la mismísima Penélope, tampoco. Todo está en el cerebro, incluído un alto porcentaje de la relación sexual.
Me dio la impresión de que, para ti, la amistad es un sentimiento de segunda categoría. ¿Me equivoco? Espero que sí, porque yo, a mis amigos, los quiero una barbaridad, y haría cualquier cosa por ellos.
¿Si fueras musulmán? No, seguramente si lo fueras, yo no estaría apoyada en el quicio de tu puerta. A pesar de los cambios que se están produciendo en algunas sociedades musulmanas, la mujer sigue siendo poco menos que nada. Desigualdad, nulos derechos humanos, amputaciones, ácido en el rostro, palizas, moneda de cambio para negociar las familias, muerte...No, gracias. Las Mil y una noches es un libro maravilloso, pero es eso, fantasía, exotismo, sensualidad...y puritito cuento.
En cuanto a tus "fantasías libidinosas y sueños inconfesables" (me haces reir hasta cuando estoy enfadada, tremendo comediante), imagino que todo el mundo los tiene; mientras no sueñes que eres un asesino en serie, Jack el Destripador, Landrú, o qué sé yo, no es preocupante. Ya, ya sé que no estabas preocupado, era un modo de hablar.
Después de todo este rollo, ya ves, como dice la canción, "...y, sin embargo, te quiero". ¿Ves qué rápido se me pasan a mí los enfados?
Temo tu respuesta. ¿Dónde hallaré una armadura que me proteja de tu furia desatada o, lo que es peor, de tu indiferencia?
"Te explico estas cuestiones
porque si todo vuelve a comenzar
no me hagas mucho caso, acuérdate"
(J.A. Goytisolo)
Lore y Marisa, releyendo vuestros comentarios, me di cuenta de que, en realidad, no capto muy bien la diferencia entre felicidad y alegría. En principio, me pareció como si la felicidad fuera algo coyuntural, y la alegría algo más permanente, algo inherente a determinado tipo de persona. Pero ahora...sólo sé que no sé nada.
Besinos para todos, incluso para los más despegados.

iztaccihuatl dijo...

Este relato me recuerda a " Historia del buen Brahma" de Voltaire. Te mando un beso lore!

F. a Adalita dijo...

Caramba, Adalita, cómo me tratas. Y todo por haber intentado iniciar un serial de los míos, al hilo de unos supuestos requerimientos de ciertas mujeres bastante desesperadas...
¿Cómo es posible que captes a la primera que es una provocación y no sigas, consecuentemente, en el tono pertinente? Marisa, sí lo ha entendido y me contesta con un estribillo de los detestables "Les Luthiers" (porque no hay nada más arrashante (sic) que el habla argentina en boca de un cursi; sin son varios, peor).
Dices bien cuando afirmas que las mujeres musulmanas se iban a guardar mucho de esperar -en bata, ojerosas, quién sabe si con el rodillo de amasar la pasta de los alfajores preparado- el retorno del amante calavera: por eso echaba de menos la envidiable impunidad con que se mueven los muslims.
Y en relación con los afectos, ¿me crees capaz de espetarles a unas amigas que no me mueven al menor afecto (electrocardiograma plano lo llamo), a no ser que lo haga dentro de una historieta de ficción?
Disteis pie a ella con vuestras bromas, vuestros vivires sin vivir en vos, vuestros deshojes de la margarita, vuestros nuncamentes...
Y ante semejante acoso sexual uno tiene que defenderse.
Posiblemente yo no sea tan entregado a la amistad como tú lo eres, que estás dispuesta a darlo "todo" por los amigos: marco más las distancias y, aunque trato a mucha gente, pocos son los elegidos. Pero mi mayor virtud -pienso- en la amistad es la lealtad: soy leal a muerte. Y soy muy duro si se me defrauda por lo mismo.
Mi carácter irascible, confieso que encubre una blandura de sentimientos que me llega a acongojar. Tenías que leer algunas cosas que escribo en otro sitio, rincón poético donde el anonimato hace que el lirismo brote sin control...
No soy malo pero sí injusto a veces. Y sufro como un condenado después.
Y ciñéndome a los escritos del conflicto, algunas aclaraciones: hago mención de fantasías lúbricas que digo tener con frecuencia, en las que vosotras sois protagonistas (je,je,je), para contraponerlas a una actitud pudibunda y muy poco viril que afecto adoptar, cuando me disculpo de caer en semejantes inconveniencias. Si te fijas, es el mismo rol de un pudibundo y bastante narcisista Ovidio, que huye del acoso de una Julia fogosa, que tú ya conoces.
Concuyendo: tenéis que incluír mis engendros dentro del terreno literario (mejor o peor labrado). Porque los posts de Lorena Salmónides tiene suficiente categoría literaria como para que los demás intentemos hacer algo decente.
Me choca que temas una respuesta hostil de mi parte. El puente sigue tendido. Y yo, sobre él, te tiendo una mano de amigo... incondicional.
Un abrazo y dos besos, querida Adalita.

Vértigo dijo...

Rebuscaba la otra tarde en los armarios de una madre que ahora vive en un geriátrico, extraviada la razón por senderos que confluyen casi siempre en la remota juventud.
He visto cuadernos escolares míos de cuando iba a la primaria. Y un caballo torpemente dibujado -con esa desproporción que hace que los niños representen los árboles con tronco casi tan grueso como la copa- me ha impactado tal que si una coz de aquellos cascos de grafito me golpeara en el pecho adolescente.

lavapiés dijo...

Vale. Está bien. Vuelvo. Yo de cumpleaños y vosotros enarbolando un Acueducto de Segovia literario. Lore, de jurado -o prometido- de un concurso letrero y palabrero de la Real Academia de Medicina de Murcia. Con deciros que el Presidente es oftalmólogo y en cierta ocasión me regalo El estudio sobre la ceguera de Sara Mago, acusándolo en el dedicando que me hizo, de haberle robado su tesis doctoral, os podéis hacer una idea de cómo ándan las vistas (y los paisajes) por esta Musiya del Rey Lobo. ¡Qué mala eres, Ada! Los hombres -me refiero a Fede y al propio- siempre tenemos buenos pensamientos. ¡Qué digo buenos! Magníficos. Fíjate que andaba yo rucando estos días si al camarada no se le ocurriria mándar un copín de manzanes que i sobrara de la cosecha a estos lares para un patricio huertano y un nietu de Mauregato ,como si fueran caramelos. Ye que lo que yo más echo de menos de les Asturies son les nenes y les manzanes. ¡Ay, amor, si en la nieve resbalo...! ¡Quié, más que tú, puede llamar a eso mala idea? Marisina ya veo que ni me mientas (y no digo que me engañes), pero, boba, por algún pellizcucu virtual no creo que se enfadase en demasía el etimológicu. Además él sabe de sobra que lu quiero. Pero la geometría ye la geometría. Y a mí, de los luteros esos que tanto i gustan a Federico, quédome con el Teorema de Tales. O de Cuales.Y así son ocho los sabios. Lore, lo de Sonora suéname a película del Oeste, no del Norte. Del Norte son los yankys y don Pelayo. Y seguramente Pancho también.Pienso. Luego existo. Te voy a contar una curiosidad: El otro día le pregunté a Marcelino (pan y vino, no; el tío de Menéndez) si se sentía mejicano, español o asturiano. Se volvió contrito, me miró como con rabia y me soltó: Juan, yo soy mejicano. El primer asturiano desertor que conozco, aseveré. Nos fuimos y no hubo nada. O eso se cree él, porque cada vez que lo pillo, lo deguello. ¿Favila, un mejicano? Y, como acaba en "a", de Puebla por más señas. ¡Anatema, Vive Dios! Y ya que sale este ser, que habla hasta desde una zarza ardiente: A quien Él se la dé, que Pedro Botero se la bendiga. Vengo poco, pero no digáis que no echo el día.
Aves (y pájaros) para los leones (para los gladiadores, mierdina de la vaquina). Y un abrazo para todas. O más.

Adalita dijo...

¡Ay, Señor! Como diría Cantinflas, "si no sabes, ¿pa qué subes?". O sea, ¿pa qué me meteré yo en camisa de once varas?
Efe, hombre, no me digas esas cosas, que ahora me siento fatal. Y, total, por un regodonín de nada...Ya sabes que yo no tengo la habilidad de Marisa y Lorena para jugar a tu juego. Mis entendederas andan bastante despistadas, y parece que no interpreto bien tus guiones. De hecho, soy tan consciente de ello que , muchas veces, me gustaría responder a tus historietas, mas no lo hago por temor a meter la pata. Así que, si en algún momento te sentiste ninguneado, piensa que, quizá, la respuesta está en el tintero, sin atreverse a salir. Me encantan esas extravagancias tuyas, esas fantasías, pero a menudo no sé qué es lo que esperas ...
Una puntualización: no creas que yo considero "amigo" a cualquiera. Tengo cientos de conocidos, a causa de mi trabajo y de que me muevo hace muchos años en el mismo entorno. Amigos de verdad, no llegan a la docena, y es a ésos a los que quiero, los que me quieren y siempre están ahí, a las duras y a las maduras. Y a cada uno lo conocí de un modo distinto, pero lo que nos unió fue la afinidad, y el cariño que nació de ella.
Yo a vosotros no os conozco en persona, pero te aseguro que os aprecio como si os hubiera tratado desde hace mucho tiempo, por lo que reflejan vuestros escritos. La tecnología cambió la manera de relacionarse, y hay quien llega incluso más allá.
Conozco varias parejas que se conocieron a través de Internet.
Y, sí, me pareció injusto que nos acusaras a las tres de parálisis cardíaca. ¡Por favor! ¿No ves que, aunque en tono jocoso, nos acordábamos de ti y te echábamos de menos?
En lo de tu irascibilidad para ocultar tu extraordinaria sensibilidad, me recuerdas un montón a una de mis hijas. Puede ser (y lo es) la persona más cariñosa, encantadora, generosa y detallista del globo, pero como se le crucen los cables, te pega unos cortes que te deja tieso. Eso sí, es tan exigente para sí misma como para los demás, y su sentido de la ética, su honestidad, son incuestionables.
¿Por qué te vas a derramar tu lirismo a otras aguas? ¿Crees acaso que nosotros no sabríamos apreciarlo?
Hombre, danos una oportunidad.
Por cierto, lo de Ovidio y Julia fue muy divertido.
Y, para terminar, ¡que ya estuvo bien!, tus últimas palabras me emocionaron, querido amigo. Cruzaré ese puente con mucho gusto, para estrecharte la mano y corresponder a tus muestras de afecto.
Lavapiés, ¿mala yo? ¿Por...? ¡Si lo único que dije fue que vuestras elucubraciones me parecían normales...dentro de un orden, claro!
Besinos para todos, y perdón por abusar de vuestras paciencias, mes trés chers amis!!!

Ada dijo...

Se me olvidaba, precioso lo de Vértigo. Me llegó al alma, pues precisamente hoy estuve revisando algunos rincones del hogar de mis padres, y encontré cosas de mi madre que me hicieron llorar otra vez.
¿Cuándo llegará el día en que pueda ver sus pertenencias con una sonrisa?

F. dijo...

¿Te gustó este vértigo mío? Lo escribí en un café de la Calle del Silencio, que como sabes está pavimentada con adoquines de algodón y los portales carecen de un número en el arquitrabe. Allí, a la luz de una lámpara con pantalla de digitalis purpúrea, la garrapateé con puma de ave. Y la envié a ese rincón utópico y secreto -la Red carece de solar físico-, adonde suelo mandar mis muestras de sangre.
Esto que has leído es una copia que os remito.

Anónimo dijo...

Este puma no tiene pluma y debiera tenerla.
Una vez cacé uno en el desierto de Sonora, Lorena.
Ahora luce sobre la chimenea de la bodega de mi Baronía.

Marisa dijo...

Coplillas dedicadas.

En desagravio por no mentar; porque a veces me posee cierta aridez castellana, que sólo es genética, no desapego.

“Ni me mientas”,me reprochas
por no haberte nombrao yo
¿Qué más te da que te mente
un día sí y otros no,
si la amistad que te ofrezco
-lo sabes desde hace tiempo-
me salió del corazón?.

Patinos del parque,
que voláis tan bien
que llegáis a Murcia
primero que el tren,
llevadme estas cosas
para Lavapiés:
un besín pequeñu,
que vale por tres,
y un paxau rosquilles
de la romería
del Santu Medé.

Un abrazo para todos y ahora...¡¡¡a bailar el Xiringüelu!!!

Lorenitachula dijo...

Vértigo... eso es lo que me dieron tus palabras. Yo, como Ada, tengo algunas cositas de mi papá: dos corbatas, un dominó cortesía de Renault, papeles del bisabuelo. Tenía un chaleco de cahsmere (mi papi no usaba porquerías ¿veEeees?) que me ponía en plan armadura pero ya está muy pachichi.
En fin, pa nostalgia la de mi tío, habrá que mandarle besos con la boca llena de mole y unas chalupas verdes y rojas.
Tal vez uno sea más de donde creció y aprendió a pensar (los que lo hicieron, claro), a querer, a perder, que de donde nació. ¿No?

F. a Lava dijo...

Lava, llevo una semana de perros. Todo han sido desatenciones y ninguneos en esta casa para conmigo. Hasta me han tundido los costales con una piedra de regular tamaño (ella dice que tiene los bordes lisos, que es un regodón). Ya me habían lanzado un limón años atrás, y no se cuál me dolio más.
Otra, que en lugar de agradecer el noble -aunque infructuoso, sí- intento de traerle un regalillo de Alepo (fíjate que iba a Chipre y me desvié para amarrar en Larnaka, lo que me encareció la singladura un buen fajo de dólares, si incluyo la mordida del sargento vixigón), me lo paga con el silencio más desconsiderado, y la muy se me coña en las narices con una infecta letra de los por mí odiados "Les Luthiers"...
Sin embargo, a ti te dedica un "poema" (pobrecilla...), con tu nombre y residencia; con su besillo que vaya usted a saber el apellido; y -para fastidiar más- dice que te va a mandar un paxáu de rosquillas, lo que me pone a mí en riesgo de quedar como un cochino avaricioso si no te mando un cajón de manzanas de mi cosecha; las mismas que tú solapadamente (más bien con un morro que te lo pisas) casi me reclamas.
Porque -de aquella casa- sólo me llegó una oda del Etimológico... Y no es lo mismo.
Y, no te lo voy a ocular, estoy algo quemado contigo; porque el otro día despedías tu mandao con "un abrazo para TODAS". Para mí, nada, sabiendo como sabes que soy de besos.
Lo que no quita para que te mande un abrazo, camarada.

F. a Lore dijo...

A mí también, Lorena, por eso lo he llamado así: Vértigo.
Chula, me parece tenemos muchas cosas en común. Ya sabes, esas del carácter turbulento; las corazas, los desplantes, los desprecios... Y esos rincones que frecuentamos, y que sólo nosotros sabemos que existen
He de hacerte, más arriba, algunas preguntas sobre el bodorrio que presumo bien sonoro.

B.

Almari Salam dijo...

¡Ya salió el peluseru! ¡Que te veo, Clodoveo! Que te tiemblan de pelusa hasta los escobillones de las orejas.¡Y yo, que por delicadeza había guardado silencio acerca de la gamberrada de liarte a pedrolazos contra la luna del café del cuñado del primo del marido de la hermana de mi padre, o sea, mi con-primo sexagésimo! ¡Y tú, arruinador de hosteleros honrados (cuatro mujeres y veintisiete hijos tiene Farid que alimentar), pretendiendo que te dé las gracias por NO haberme traído una vez más las pulseras que tanto me prometiste! Si escucharas menos a Sabina y te orientaras mejor en las ciudades (ya no sabes andar más que por el mar), te habrías dado cuenta de que estabas equivocado de calle, y con haber dado la vuelta a la esquina, y luego la primera a la derecha, según ibas p´allá o venías p´aquí, te hubieras dado de narices con la puertina verde del bazar de al Castruff. ¡Aún puedo evocarlo con los ojos cerrados!...El olor a resina, las paredes un poco azuladas, las lamparillas de bronce con forma de estrellas … y aquellas estanterías rebosantes de crótalos, ajorcas, velos de gasa, fajines adornados con flecos, babuchas de raso y pedrería, cintas de colores, panderetas…
¿Un limón?...¡Ayyy, esta vez te tiraría un limonar!... si no fuera, porque me daría mucha, mucha pena mancarte.

Pd.-Como no te gustan los besos pequeños, te mando uno mediano. Y no te preocupes por quedar de rácano con Lav, ten cuenta que una manzana asturiana ye siempre una manzana asturiana, y vale por lo menos seis rosquillas, así que un cestucu ya ye un regalu curiosu.
A mí también me gustó lo de Vértigo.

F. a doña Almari dijo...

No voy a negar lo evidente: había pelusa. Pero lo que no alcanzo a entender es la inquina con que amenazas con enterrarme en un montón de limones.
O sí lo entiendo. ¿A que es porque me echas la culpa de que las hayas pasado canutas la pasada Semana Santa? Que cosas tan raras digo, ¿eh, Almari? Ya, ya...
Pues me cuenta quien tiene por qué saberlo, que estabas en Zamora por aquellas fechas y que, el Jueves Santo, te vieron en la calle Santa Clara, a eso del anochecer, presenciando la procesión. Y que llevabas peineta y mantilla española. Y que estabas muy guapa en tu vestido negro de brocado (¿por qué cuando trato de recordarte me sale Irene Papas, enlutada, trágica, que baja por una callejuela aterrazada, entre muros sin ventanas, blancos, altísimos, como de tapial de convento ortodoxo?).
Y me cuentan que, inmediatamente antes del paso de La Redención, de Benlliure, y justo después del paso del Prendimiento, comenzó a salir de la plaza de Viriato un escuadrón de legionarios romanos, con su águila y sus fasces, marcando es paso, la jabalina en la diestra, el scutum bien amarrado en la siniestra.
Verlos tú -me cuentan- y acometerte una crisis nerviosa fue todo uno. Dicen que bizqueabas los ojos -que giraban alocadamente en las órbitas- y que la boca se te torcía en un espasmódico rictus.
Te llevaron en volandas al cercano Parador. El médico que hicieron venir, sin mayor explicación, mandó que te elevaran las piernas con unos cojines (tenías la tensión por los suelos). Luego, te inyectó un Solu-Dacortín en vena y te hizo tomar un comprimido de Luminal de 20 mg.
Pasaste la noche bastante bien, gracias a los fármacos.
Por la mañana, sólo un zumo de pomelo y, al mediodía, una sopa castellana y una pieza de chirimoya (despepitada).
Todo iba aceptablemente cuando acabásteis de cerrar las maletas. Quisiste entretener la espera hasta la salida para Tordesillas y... Y -tremenda fatalidad- se te ocurrió encender la tele. Ponían "¿Quo Vadis? (porque en esta España de pandereta, aunque dicen que somos un estado aconfesional, nos siguen dando la tabarra con las películas de tema religioso cada Semana Santa).
Y volvió -esta vez con mayor virulencia- a desencadenarse aquel cuadro de tan aparatosa clínica. Además, te arrojaste sobre la alfombra pateando y dando furiosos puñetacitos. Horrible debió de ser...
Y, nada: ingreso en Urgencias en el Hospital "Virgen de la Concha".
Pero, dos o tres horas después, todo estaba bajo control y volabas hacia Tordesillas. Eso sí: más pálida y ojerosa que de costumbre.
Si esta fuese la causa de tu malquerencia, me lo haces llegar por este conducto. Pero que sepas que me considero del todo inocente.
Salve.

Anónimo dijo...

Acabasteis es, sin tilde.

lavapiés dijo...

¡Les moces y le manzanes tienen que ser asturianes! Y el mole mejicano.
¡Ay, Marisina, sé que me quieres! Y sabes que me conformo con un qué tal. Hasta un beso si es domingo o fiesta de guerdar.Pero unes coples de le tuyes. Entre la Piquer y el Manrique. Eso sí es demostración evidentísma de lucidez en amistad impercedera. Y les rosquilles...¡para qué, pues, los turrones de alicante! Adoquines únicamente válidos para hacerte una real vía hacia los cielos más auroros.
Amiga, también deseo
transladarte doce besos,
desde enero hasta diciembre,
que sepas cuánto te quiero.
Desde aquí limones verdes,
y también naranjas tienes
en sera de pleno afecto
que te envío desde noviembre.
Siempre estaré en el sendero
mirando por donde vienes.

Y a nuestro Trajano el breve
le mandaré caramelos.

Y a Lore, que no se queje,
un grito de ¡Viva Méjico!

Camaradísimo camarada, si antes no he entrado entre tus pliegues, no se debe a otra cosa que nos sea el pudor respetuoso que tengo por tus manifestadas, por secretas, andanzas por la lírica. En esos pagos más de un vate se convierte en multitud. Sugiero -que no pido exigiendo morrilmente- que te despredas, en tu habitual generosidad, de alguna poma santa que, cosecha tras cosecha, me traes al apetito. Y es que para mí la manzana que cruje al trisque quebrada por dientes de lobo -infames estos arenosos sucedáneos que nos traen al Segura- supone provocación manifiesta y alzamiento de armado paladar. Ayer se lo comentaba yo al Patricio de las huertas y se carcajeaba abriendo las fauces en dislate manzanero. JUA; JUA, JUA. CRASH; CRASH; CRASH; limpíate que te chorrea la sidrina. ¿No hay na pa un probe?
A TODAS, camarada; a TODAS LAS CONCIENCIAS que hacen acto de contricción. Y tú no eres contrito. Eres la venganza de don Mendo. La espada flamígera que decapita sátrapas, tiranos, ansares y botines. A ti, pues, más explícito ahora, mi abrazo, más que solidario, absolutamente cómplice de tus desmanes necesarios.
Camarada.

Lorenitachula dijo...

Oh!
Pues hablando de tildes, en la siguinte entrada me faltan 3. Y como esto no me deja editar (algo de que el java script) seguramente porque el Manuel, por protegerme de los virus me ha protegido de mí misma de alguna manera, lo aclaro aquí. Quien en el siguiente post me señale los 3 faltantes recibirá como premio un ¡Oh!.
Nota: los ¡Ohs! han elevado su valor muchísimo dada la pérdida de capacidad de impresionarse de la actual humanidad.
Gracias, Lava, gracias Efe, gracias Ada, gracias Marisa (ven)