Siempre

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domingo, 18 de septiembre de 2011

Amigas viejas....

En mis juveniles campamentos cantábamos algo que decía "make new friends but keep the old, one is silver and the other's gold". Con nuestras, modestia aparte, juveniles y bien acopladas voces, decíamos ante la fogata una gran verdad en una época en la que nuestras amigas más viejas tenían dieciseís años de edad y cinco de amistad. Ahora tenemos amigas antiguas, muchas desde aquel entonces y otras de años posteriores pero no por ello lejanos: de la secundaria, de la prepa, de la universidad, del postgrado... Esas valen oro. De las "nuevas" es cierto que unas valen plata, pero otras no. Se va dando cuenta una al compararlas entre sí, cómo algunas con las que llevábamos diez, doce años, de repente la mandan a una al carambas porque ya no les servimos para nada. Otras, de tres años atrás, se interesan por nuestra abollada salud, nos llaman, nos impulsan a escribir para "entretenernos", nos prestan libros; es decir que se comportan como amigas viejas. O sea que a las viejas amistades, si usamos el adjetivo como sinónimo de buenas, las podemos conocer ahora mismo. O mañana. Y a las nuevas, las que ni valen la pena, desconocerlas en plan que se lo piquen.
Y fuime a Puebla para el Grito. la plaza lucía muy animada y jolgoriosa con mariachis y multitudes desde el balcón de palacio. La comida linda, el clima sabroso. No nos llovió, el sol presumió bastante. Temprano al otro día partinos a Tlaxcala a una visita de su conventazo, de 1523. Primer asentamiento de los franciscanos en este lado del Atlántico y cuna de los cuatro primeros cristianos americanos, unos tlaxcaltecas que bautizaron ahí. Amo los conventos antiguos, con todo y sus fantasmas. Incluso nos hospedamos en elegante hotel que fue convento y comentaba yo que se nos iba a aparecer el Padre "Pior" (que es peor que el Prior). No se nos apareció así que regresamos como estábamos, sin daños. Bonitas actividades las planeadas esta vez, así si vuelvo. Me traje la idea de pintar mi pulquería como esos muros conventuales en los que se han rescatado trozos de los murales originales.
Ycasi entra el otoño, dicen el gran árbol del jardín y el Gran Dios Brócoli, que ya comienzan a soltar tímidamente unas cuantas hojitas, como amenazando con convertir dentro de un mes estos lares en un cementerio de follaje y a Vítor el basurero en demente.
Y yo sigo adolorida, algo tiesa, pero menos, menos. Caminé harto en Puebla y aguanté bien.Tengo que ir al médico ya, que ya pasó mes y medio de la última vez.
Que Miguel Ríos se jubila, retira o lo que sea. Bueno pues tendremos que decirnos "bienvenidos" entre nosotros.
Sabiduría de la quincena: No dejen las cosas para lueguito, que lueguito siempre es tarde o ya no llega. Háblele, como dice el gordo de Telmex; mándenlo, nada pierden; busquen lo perdido, tal vez lo hallen; recuerden lo olvidado; limpien lo sucio antes de que se pudra.

14 comentarios:

Ada dijo...

Antes de nada, enmendar un error. Releyendo los comentarios del post anterior, advertí consternada que había escrito "excepticismo". Últimamente me ocurre a menudo: de repente, una palabra que utilizo habitualmente me resulta extraña, y la escribo mal. Quiero pensar que es el estrés...¡en fin!.
Lore, estoy de acuerdo contigo en el tema de las amigas. A lo largo de mi vida, las tuve de diversas clases. Pero el tiempo es un tamiz muy eficaz, y va cribando, conservando lo valioso y desechando lo inservible. Amigas de la infancia, recuperadas después de largos años de ausencia, que ahora son como hermanas para mí. Amigos hechos a través de nuestros respectivos hijos, a los que seguimos profundamente unidos a pesar de la ruptura de los jóvenes. Primas hermanas, con o sin lazos de sangre, ...y más. Soy afortunada, porque todos mis amigos son "de oro".
Juan Carlos (¡qué regio!), yo vengo de una familia con tradición cocinera (rama materna), y no lo hago mal del todo, modestia aparte. Mis hijas heredaron el gusto por la cocina, y ampliaron horizontes también en ese campo, aunque son embajadoras culinarias de la nuestra tierrina allá donde van. He de buscar tu libro, que ya leí alguna reseña sobre él y despertó mi curiosidad. Y, por favor, abusa de mi paciencia cuanto quieras, es un placer leerte, siempre.
Efe, me alegra tanto tu retorno a la armonía que te envío un abrazo y un par de besos. ¡Buenazo! Dichoso tú, que tienes esas maravillosas duermevelas; las mías están llenas de facturas y preocupaciones varias. Afortunadamente, y como diría Lorena, San Tranquimazin hace su trabajo y sosiega mi espíritu durante unas horas, permitiéndome dormir un poquito.
Besinos para todos.

F., asténico otoñal dijo...

Estoy algo vago, después del periplo (dieciocho provincias cruzó mi flecha alemana)y sigo sin tono para contar anécdotas o chascarrillos. Se me ocurre, no obstante, enviaros mis reflexiones tras leer el poema de César Vallejo, "Y muerto el combatiente". Va por utede:

Curioso: un cadáver se va muriendo (hay diecisiete grados de cadaveridad) y la Humanidad entera (o sea, las polis del Egeo) lo llora unánime.
Ni el buen Héctor concitó tanto duelo.
Creo que tengo la solución del enigmático prodigio: quien así lo narra es Aquiles, quien así muere es Patroclo.
El amor del pélida por el aguerrido efebo obró el prodigio. Dicen...
Y lo dicen los aqueos vencedores. Y los vencedores son los que escriben las epopeyas, los que dan fe de lo acontecido, los que cuentan la Historia.
Pasados a cuchillo los troyanos, el mundo "era" sólo la Confederación.
Patroclo renació..., pues así lo quiso Tetis.
Ningúna madre acepta la infelicidad de un hijo si está de su mano evitarla.
Y así Patroclo volvió a la vida.
Nuestro hombre es, pues, Patroclo.
Resuelto.

Juan Acebal dijo...

Pues bueno, Lorenita del alma, se me acaba de cargar (por pelfas, Ada, por pelfas) el comentario (o la Biblia en verso)algún duende misericordioso con vuestra paciencia. Otro día os lo repito. Ada, el poema, a secas. Algún día te daré claves pertinentes.

LA ÚLTIMA VEZ QUE TE VI

En realidad no se olvidan los futuros./

Ni el mar cuando crujen las tormentas./

Ni la palabra cuando sabe a bienvenida./

Ay, negra de las grandes cordilleras,/ ay, mujer de voz ensangrentada,/ duelen los dedos en las guitarras sublevadas,/ y los ojos en la ceguera de las piedras./

Han sido, como suele acaecer, unas letras/ en un periódico, de izquierdas, claro está,/ una o dos fotos de la vieja piel, envoltura/ de tu alma de metralla, y un sentimiento/ de nostalgia junto a un higuera bajo la que saciaste/ los vacíos del viento que bailaba entre tus ojos./

Ha sido, aunque no sé si fue o, incluso, si será,/ el salpicar de una esquila entre los huecos de las vacas/ que pastan los prados verdes de mi tierra,/ lo que me ha impedido despertar, y lo digo/ activamente, los sueños tuyos que viven/ tras mis tiempos. Lo sueños de todos,/ a los que la vida siempre paga con la muerte./

Pero, antes de todo, antes de tu ausencia,/ existe el mar de tu voz acantilada/ navegando por los montes de mañana./

Siempre tu voz, aquella que en mi servicio/ militar, apestado e irreemplazable,/ llamaba a los soldados a llamarme,/ buscándome sin saber por qué entre la nada:/ Poeta, que tu amiga está en la tele./

Existes en presente porqu el teatro/ de la calle oscura y ancha, de aquella/ noche levantina en una ciudad fronteriza,/ perdida entre los soles despiadados/ de moros, judíos y cristianos,/ levantaste como siempre y como ahora,/ las piedras de la plaza para decir que las madres/ no son madres solamente en los mayos/ de las plazas bonaerenses. Negra sonata/ gongorina; cielo rojo del ocaso de los pobres;/ amiga a la que toqué en aquella carretera/ una tarde de verano y de palabras./ Y hubo lágrimas plenas de futuro,/ y hubo rabia y homenaje a otras voces,/ y poesía, porque si Gustavo Adolfo/ te hubiese conocido, jamás se hubiera preguntado/ qué era lo que los poetas colocan en los versos./

No quiero terminar, nunca quiero/ dejar lo que sí quiero. Mas he de decirte/ con la tinta lo que siempre te dije con miradas:/ Que no se va, qué se va a ir, alguien con la oscura/ cuando siempre se ha estado con la clara./

No quiero terminar, nunca quiero,/ así que el que te vayas sólo es/ el principio de otro tiempo./ Un tiempo que otros han de abrir/ con las pistolas que les presten los rosales.

Juan Acebal dijo...

¡Cuatro mil y pico caracteres...! Que decía yo que que buena pluma tiene vuesa merced, doña Lorena, y que los caminantes que en vuestra posada paran y reparan no cabalgan en lápices sin mina. Que le sugería a vuestra bondad que pusiese, si hallaba comodidad, tras el "Yo que soy tan sabia, yo que soy tan mona, etc...." un potencial "Yo que soy tan musa", pues las dos damas y el caballero que me anteceden no andan precisamente desnudos de líricos turbantes. Los emotivos y tristes versos de León Felipe -¡menudo mejicano!-, hoy, porque es bien sabido que sus versos contados y sus versados cuentos no le andan a la zaga al de la manchega llanura. Y ya que estamos, 56 felicidades, Marisina, y las 56 que te debemos y te esperan. Que sesenta, lo que se dice sesenta, únicamente los tienen los sexagenarios, y esos aquí ni están ni se les espera. Que lo sepa el analógico. Y a mi Fede el troyano, que versifica con el alma las batallas de los muertos en los versos de aquel César imperator más valle que vallejo, le envío mis prebendas solidarias para que cure , como veo que ya está haciendo, místicamente su justificada indignación.
Más o menos lo que me sustrajeron de lo dicho. Ite misa est.

F., que suelta prenda (y rollo) dijo...

Después de leer el poema de Pessoa "Correrá todo sin tí"...
Incrusto (ya empiezo) una bagatela conquense, del viaje de marras.
(En la pasarela oscilante, Hamlet, especuló con pesos, distancias y medidas; con la inercia del dolor tras el impacto mortal; con que le vieran reducido a una piltrafa que torne en espasmo horrorizado lo que debieran ser lágrimas amantes. Y le asaltó una visión fugaz de despachos de notarios, de talones bancarios que se deslizan en la tolva enrejada de una sucursal bancaria... ¿Y qué iba a ser de las cosas de Hamlet? De las piedras talladas por aquellos hombres cejijuntos y sin mentón, que tardó años en coleccionar... Las cuartillas manuscritas que duermen en un cajón secreto. Y los pensamientos, ¿adónde irían a parar los pensamientos de
Hamlet?
Tranqui, colegas: Hamlet no es F. Pero a veces conviene jugar a ciertas cosas. Cunden mucho, ¿sabéis?).
Lo dicho:
Este Pessoa empieza a caerme gordo. Admiraba sus poemas cuasi filosóficos, que te abisman en un mundo subterráneo que alguien menos escéptico que yo, pudiera pensar que lo emplazaban ante las puertas del mismísimo Averno. Pero con esta apología del suicidio me parece que tiene un morro que se lo pisa.
Porque perora con lo fácil que es sustraerse de la menor adversidad quitándose de en medio. Y viene a decir que a qué soportar la humillación del jefe que nos canea; o soportar a que la parienta esté de morros por más de una semana por cualquier nimiedad; o ahora que la Crisis nos hiela el corazón a tantos (ahí ya tengo mís dudas de que la incitación sea temeraria), salir de ella; o que no se haya de soportar un mal resfriado, con lo facil que es darle al interruptor de la vida...
Nada habla de la experiencia que supone acercar un filo a la delicada piel de venas azuladas de la muñeca. Y luego desgarrarla y ver salir la sangre a borbotones. O abrir la espita del gas y acostarse sobre el colchón mientras el corazón está a punto de quebrar las costillas y esperar
a los primeros síntomas del tóxico letal.
Fácil sí que es; quien tenga en casa una bolsa de Mercadona y un rollo de cinta adhesiva, lo tiene a güevo... Pero falta lo principal: el impulso suicida que obvie tánto horror.
Yo pensaba que don Nano era más sólido, intelectualmente hablando. Y él no dio ejemplo de esto que propugnaba y prefirió morirse en el hospital con el hígado hecho fosfatina. Y eso dolía. Con lo fácil que era que pidiese a alguno de sus amigos -a Ricardo Reis, por ejemplo- que le procurase el Veronal para la última singladura. Pero no, eso quedaba para Stefan Zweig, que tuvo agallas para ello con menor motivo. Pienso.
O sea, los consejos para los demás, que yo lo haré my way.

PD.- Hace un par de días, estaba yo sobre el puente de San Pablo, en Cuenca, para admirar la panorámica que se vé desde allí de las Casas Colgadas. Abajo, el abismo en cuyo fondo corre el Huécar. Pensé qué facil lo iba a tener un suicida con redaños. Imaginé el último vuelo... Pero no iba a haber tal vuelo, sino una caída vertical, como una piedra. Y que se iba a despanzurrar como un perro muerto de autopista. Nada poético ni digno había en ello.
Pero ya se sabe: hay gente pa to.
Ellos mismos.

The end.

Hamlet dijo...

Y como hoy estamos de fiesta y nomás platicamos de cosas harto divertidas y como frivolosas, le mando a Lore un poema de un cuate suyo talentoso:
"La niña se fue al cementerio" (por Carlos Fuentes)

La niña se fue al cementerio con la pistola de su papá que
la abusaba la pistola era más negra y más dura que la verga
del padre ojalá así lo entendiera él después de que la
niña se pegara un tiro en la cabeza y después
(igual que en las películas)
se levantara resucitada
(igual que el pato lucas el correcaminos el pájaro
loco y el gato tom que cae de un rascacielos se
estrella contra una montaña lo hacen acordeón
lo hacen tortilla lo hacen caca y siempre
resucita toma su forma de siempre persigue
persigue persigue al ratoncito jerry)
igual que en las películas
a decirle qué tal viejo jijo creías que no era capaz de
suicidarme suicidarme
mírame muerta y escarmienta papacito y no castigues a tu
niña porque rompió el florero y se colgó del toallero
y no se pelién más papá y mamá porque entonces papá entra
echando humo por las narices y babas por la boca a vengarse
conmigo del pleito con mamá
ya no se pelién porque juro que me tiro de lazotea
ya no me desesperen papimami
¿creen que soy de palo?
toco mi piel me pellizco siento ¿no saben que siento?
somos cuatrocientos niños suicidas cada año en la Rep[ública] Mex[icana]
¿a que no lo sabías?

PS.- No me lloren, almas mías, que la vida tiene sus rinconsitos en donde arrefugiarse. Pregúntenle si no a Juan Charrasqueado, que en su académica poltrona -que es la silla de montar su cuarto de milla- hasta compone versos analfabetos.

lorenitachula dijo...

Dear Ef:
Un tema tan, pero tan tan que parece campana.... Corrijo: un tema tan duro como lo es el suicidio para mí, me es tan fuerte que no merece respeto. ¿Me entiendo? No.
Mientras, estos días lidio con un tema tan prosaico y poco poético (¿lo será? es poesía todo? como la osteoartritis de las manos y sus remedios, en plan estadística y análisis.
Eso en cuanto a trabajo, en cuanto a vida lidio con la osteoporosis, la de mi madre, y con los rescoldos de mi hernia discal. Hoy veré al galenazo a ver qué dice y qué me ve.
Dear Marisa: japi berdei!!!!
Dear Ada: los dedazos no son errores, a menos que sean freudianos.
Dear Juan: Gracias.
Dear yo: de nada

Marisa dijo...

Pensé que algo tan hermoso como la amistad merecía banda sonora, así que, tirando de recuerdos, saqué del baúl una canción de los 60, que mis hermanas solían poner muchísimo en el “picú”; se titula L´amitié y la interpretaba Françoise Hardy. Dice: "Beaucoup de mes amis sont venus des nuages/Avec soleil et pluie comme simples bagages/Ils ont fait la saison des amitiés sincères/La plus belle saison des quatre de la Terre...” Era una chica bien guapa y muy francesa, que parecía estar siempre triste. ¿Os acordáis?; si no, podéis encontrarla en YouTube.
Como se hacía en “Discoteca del oyente” de Radio Gijón EAJ 34, os la dedico a todos vosotros con un fuerte abrazo.

F. la voz que clama en el desierto de Sonora dijo...

Qué desconsiderado debo de parecer a veces, Lorena: leo a Marisa, que sigue el hilo de tu post, y reparo en las pocas veces que comento las cosas enjundiosas que escribes. Lo mismo pasa en otros blogs que han de sufrir mis tics y querencias, mis humores y obsesiones... Al pobre Miguel Mingotes casi no le hacía nunca los honores; no me extraña que me tomase manía. Pero no lo hago adrede, me sale como me sale. Y si no es pa eso pos no vengo, que esta es disciplina poco disciplinosa y uno no está para férulas ni para tacatacas de mamasitas marimandonas.
Y es cierto que releo a veces lo que escribí tiempo atrás y me sonroja (poco, francamente) el ego supino que destilan mis morbosos estofados, aunque no lo haga con aquel propósito. Pero lo cierto es que en ocasiones lo veo lucir como salamandra en campo de azafranes.
El Camarada me entiende, porque él es de la misma cuerda, que lo mismo trova que ahorca, que hace tañer la campana de las aleluyas o la merita de difuntos.
Pero que os conste, Lore, que si uno persevera en este club es porque la estima que os tiene es notable (o casi).
Con respecto a lo que cantabas al amor de la lumbre boy scout, he de decir que no me entusiasma que lo hayáis hecho en el slang gringo, que me hubiese gustado que os hubieseis arrancado por rancheras o zapateados charros. Constato a veces los destrozos que ha hecho el gigante del norte en la cultura hispanoamericana, en especial en tu país ("¡Pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de los USA", que decía don Porfirio). Menos mal que contrarrestáis esa debilidad con giros en castellano cervantino que me pirrian.
Tengo asumido que Lore posee una hermosa voz de tono grave. A mi me gusta el registro grave en la voz femenina. La amojamada María Félix (en sus años esplendorosos) lucía una cuasi viril, que en hermosura tal causaba confusión de los sentidos.
Marisa, por el contrario, tiene un timbre cristalino, con un tenue desgarro al final de las frases, casi siempre resueltas en una risa
sofocada por la modestia de los grandes (¿por qué sabrá tánto de la voz de Marisa?, pensarán los amables inocentes). ¿Y si dijese que ella es un prodigio en eso del análisis del los hertzios y los decibelios, y que lee una banda magnético-acústica como quien lava, y que sabe identificar a las especies que pululan en el Planeta Azul por un mugido, un barritar, un susurro... Y ya no digo si escucha a través del celular la voz estrangulada de emoción de un pecador (que si encima tiene la voz de cantante de jazz negro está perdido).
¿Qué cuento tengo, eh?
Menos del que parece. Sé lo que me digo. Y la inspectora de Flórez también.
Salutita, mis cuates.

Ada dijo...

Marisa, aunque con bastante retraso, te deseo muchas felicidades. Espero que pases un buen año, y que la crisis te afecte lo menos posible. Yo cumplo este jueves, pero no me importa, porque cambié la década el año pasado, y uno más...Cuando era pequeña, en Nochebuena, después de cenar, jugábamos a la lotería, con aquellos cartones y unas fichas de madera, y apostábamos fabes o garbanzos. Cantaba mi abuelo: introducía la mano en un saquito de tela, y sacaba una ficha. Algunos números tenían nombre: los pelos de Juana, la niña bonita, cuácara con cuácara, ...Cuando salía la decena redonda, decía: "el cuarenta pelao y se revuelve el mangarao". Pues eso me pasa a mí, aunque lo peor fue la treintena. La sesentena todavía está lejos....
Estos días estoy cansada y, como Efe, un poco asténica, así que perdonad mi vagancia para escribir y permitidme que, simplemente, disfrute de vuestros maravillosos comentarios. Sois un regalo de los dioses, mes très, très chers amis.
Un fuerte abrazo a todos.

Juan Acebal dijo...

¡Recórcholis, Camarada, que bien pares cuando estás bien empreñao! Soltura, estilo, gracia, causística y hasta adivinación de sésamos ajenos -aunque menos lejanos de lo que pudiena parecer- genera tu inspiración cuando la desempolvas. Es esta República de la letras nuestras la que hace hervir de sentimientos los sentidos y da esplendor a la manifestación del ingenio tan asaz reprimida en otros lares que no nos son del todo ajenos. No es manifiestamente degradante el socarrón y macarrónico acento, por muchas epopeyas líricas de cualquiera de las siete colinas a las que te suscribas,que con el que acostumbras a enunciar los soliloquios de tu superego; en absoluto; mas cuando decides transformar tu peculiar singularidad en un un himno de todos (los que nos queremos, por supuesto; a los otros que los aguirren), las truchas saltan acristaladas en los ríos que nos viven, y a uno le apetece pescarlas con gusarapa, sentado en la ribera, con el lomo entroncado en el chopo sombreante y una bpotella de sangría refrescada en la corriente. Y no es que a uno no le diga Lorenita con sus chismecitos de girl scout, que le dice y le hace sonreír, pero cuando llega un galápago como vos al malecón de nuestro puerto, al que suscribe le entran ganas de echarse a nadar por los líquidos fluviales para acabar desembocando en la ría marina en la que habéis puesto vuestros huevos (a los de cáscara, me refiero)para freírlos y jalarlos con patatas. Hoy te has desmesurado, Camarada del alma, Camarada.

lorenitachula dijo...

Oh, es que muchos campamentos eran con Girl Scouts of America. Pero miren que el slang gringacho me ha ayudado a ganarme los birotes (o sea el pan), que me gusta con algo adentro o embarradito de algo sabroso..queso, embutidos.. o algo dulce, cómo no. Mi mejor amiga es gringa y casi siempre la conversa con ella es en inglés, desde nuestrs alcoholescencias.

Ada dijo...

¡Bueno, bueno! Después de leer vuestros últimos comentarios, tengo que sacudirme la pereza y escribir unas letras.
Caballeros, maravillado me habéis. Estoy apabullada ante tan excelente verbo. Hay que ver lo bien que os sienta el otoño, ¡qué barbaridad! Y no es que no hayáis dado muestras de vuestro talento en otras ocasiones; pero en este post estáis desbordantes, pletóricos...Quizá sea impresión mía, pero me recordásteis el barroco, con su Góngora y su Quevedo; uno por su exuberancia estética, el otro por la abrumadora carga de significado, a veces difícil de entender.
Efe, no conocía el poema de Vallejo. Lo busqué, lo leí, me emocionó...Hay sentimientos, como la amistad, la solidaridad,...en fin, el amor en cualquiera de sus formas, que me conmueven hasta el llanto. El tema del suicidio es terrible, y polémico. El suicida, ¿es cobarde, o valiente? Evidentemente, es egoísta. No tiene en cuenta lo que deja atrás, el dolor, la angustia, la sensación de culpa de los que se quedan. Tampoco considera la posibilidad de que su familia y amigos puedan necesitarlo. Para mi sólo es justificable en el caso de una enfermedad terminal o irreversible, cuando uno sufre terriblemente o pierde la dignidad.
Juan, me encantó el poema, es precioso. Y sospecho que, con esas claves que mencionaste, aún debe ser mejor; probablemente, con conocimiento de causa, más emotivo todavía, aunque a mí ya me llegó al alma así. Hermoso, pero triste, ese "...los sueños de todos, a los que la vida siempre paga con la muerte...". Yo tampoco quiero terminar, odio los finales, las despedidas, ...Odio que se acaben las etapas felices de la vida, aunque sé que es inevitable: la tiranía de la naturaleza. Por eso, mientras continúe nuestra andadura, debemos disfrutar de la belleza cuanto podamos. Como decía Van Gogh, "...A condición de retener lo que se ha visto, no se está nunca vacío, ni verdaderamnete solitario, jamás solo." ¡Pobre de mí, con mi memoria de pez!!!!
Marisa, ¡qué guapo suena el francés! A mí me parece un idioma muy sensual, n'est-ce pas? Y no, este panorama no era lo que esperábamos, lo que deseábamos. Recuerdo que nos reíamos de los negros y tremendistas augurios de "la Balan", en cuanto a las consecuencias de la falta de educación, de cultura, etc...¡Helo aquí! Lamentablemente.
Lore,...¿alcoholescencias? Parece que tuviste una juventud muy entretenida, ¿eh? Bueno, yo también hice mis pinitos con el brandy, ¡jejeje! Y los alexanders, ¡mmmmmmmmmmm!!! ¡Deliciosos....!!!
Besinos para todos.

P.D.: ¿unas letras? ¡Menudo testamento! Je m'excuse!

Werther dijo...

Si os perdéis el film "El árbol de la vida", habréis pasado por el mundo sin catar el mejor poema que hayan parido.
Si no vais -pese a que os lo sugiero, os lo ordeno, os lo imploro-, estará de más que despertéis los ácaros que duermen en el lomo de los libros de poemas.
Si no vais, vuestra vida habrá sido malgastada en vano -son siete euros, las palomitas no son imprescindibles-.
Y los morosos (cualquier día la retiran de cartel, la gente no acude en multitudes ávidas de la belleza redentora), habrán de conformarse en el futuro con el mísero DVD, que todo lo castra y todo lo empequeñece (el tamaño casi siempre importa, a veces mejor lo pequeño, otras...).
Voy a abrir una cuenta en el Banco Ambrosiano de Caserta. Quienes me hayan hecho caso pero salgan defraudados de la sala del prodigio, podrán exigir que les reintegren el importe de la entrada. Sólo han de mirar a los ojos al arcángel que atenderá la taquilla, y sostenerle la mirada por cinco segundos, sin que la vergüenza vuelva púrpura la jeta abochornada.
Puede que me arruine. No lo voy a llorar. Anímense todos. Lleven a la familia entera, a los vecinos. Premien con un boleto al sufrido repartidor de butano (cinco pisos y sin ascensor...).
Ánimo, que os va a pillar el Apocalisis.