Siempre

Siempre

lunes, 21 de junio de 2010

Una piensa y siente a veces

Pozi, la vida es un poco como yo, que cambia de parecer cada cinco minutos.
Y aunque cambie una de pensamiento, tal vez debido a mi atención dispersa o al cambio climático o al tabaco, hay cosas que están ahí siempre, firmes, puestas, y fijas.
Y sobre ellas siente y piensa una. Por ejemplo ejemplar, el jueves. Encuentro del que salgo hecha ojo de hormiga en plan no me mires no me mires y una, que es tan mona a pesar de que ya debería ser más arisca se pone a darle vueltas a las cosas y siente que debería dejar ser, que debería arrimarse, y el esposo que le dice a una que no, que una está bien así, que él no sólo apoya mi situación sino que es suya en principio. Que por eso también huyó y me alcanzó en la vaporosa acera. Es hermoso sentirse así apoyada, saberse así querida, pero será la conciencia aquella que tenia Chabelo o un rasgo de cristiandad anquilosada que me dice: "¿y si perdonas...?".
Forgive and forget? ¡Vaya cosa! Una no implica la otra. Una no es excluyente de la otra.
¿Hacerme a un lado, pues? ¿A cuál? No hay lados, no hay partidos, no hay sino una lealtad: con él que viene a ser conmigo misma. Pero las situaciones me llegan a hacer dudar si soy mala, malvada y gacha y me cuesta mucho, a mí y a él, conciliarme con la idea de que no lo soy, que si bien no deseo hacerle mal a quien tanto me lo ha hecho, tampoco queremos exponernos a una nueva agresión, una nueva mentadota. ¿Rencorosa? ¿Hojaldra? ¿Orgullo?
Son cosas que la apachurran a una, sentirse así, pero más, infinitamente más grande fue el dolor cuando fui atacada vil e inmerecidamente. Nunca, de verdad nuncamente me había sentido ni me he vuelto a sentir tan mal, nunca había albergado mi corazoncito de calabacita sentimientos tan feos que me costó tanto sacudir y digerir.
¿Decidiré mejor ver el futbol? Si me dan vino lo veré.
Por eso para este verano, que al fin ha entrado triunfalmente y con fanfarrias del tío Gamboín, con su lluvia y su frescura, su verdor y su descaro, habría que acomodar un poco la vida. La ventaja de acomodar la existencia es que se puede ir haciendo sin cansarse mucho, no como cuando acomoda uno la cocina o el garage. Se puede una tirar en un diván tipo psicoanálisis y acomodarse las partes del cerebro como quien juega tetrix o incluso hacerlo mientras se realiza una labor mecánica como freir pescado o suturar una encía. Acomodar, arreglar la mente para que quepan más cosas buenas, ir tirando lo que estorba, con el beneficio de que no es basura contaminante para el planeta, a menos que tiremos la poquería que nos estorba en el cerebro y el alma al alcance de los niños y se contagien. Debemos tratar esos detritus como si fueran bio peligrosos, sellarlos antes de descartarlos para que no se desparramen y salga peor. ¿Qué tal que a la vecina loca le cae todavía una bolsa de nuestros rencores y pinta su casa de un color peor? De por sí era lila con morado y ahora es anaranjado picaojo.
Eso sí, si alguien sale raspado o excluido en nuestro nuevo plan: ¡chin!
Sabiduría para la quincena: Buzos caperuzos, a cuidar lo bonito que tenemos en la vida, que aluego es muy efímera. Hagan una listita de las cosas buenas y maravillosas que hay en su vida y se sorprenderán: son más de las que se imaginaban y mucho más de las que piensa uno que tiene cuando anda arrastrando la cobija por una cosa mala. Esas, ya os dije, que se lo piquen.
Bajaron al toro prieto que nunca lo habían bajado...pero ora sí lo bajaron revuelto con el ganado.

lunes, 7 de junio de 2010

Junio es un buen mes para...

A ver si junio resulta ser un mes bueno pa ná, como tantos muchachos a los que se refería mi abuelita. Lo contrario eran los "muchachos de provecho" o "juiciosos".
Es que junio ya no es primavera pero aún no es verano oficial; los mogollotes todavía acuden a la escuela pero ya tampoco hacen gran cosa, pero falta cerrar el curso porque aún no son vacaciones.
Es como un adolescente de esos desgarbados, a los que ya les crecieron las patotas pero no el torso; o tienen unas piernas flacas y eternas pero la panza de bebé todavía les alegra la camisa. Como un caldo en el que aún no se cuece la carne pero las papas y las calabacitas ya están blandengues. Es como los miércoles, que se los tiene uno que aguantar semana tras semana.
Pero trae lo suyo. Por ejemplo, hoy en el canal 412 de cablevisión, canal "aprende", a las 2 pm comienza el programa De pinta, de mi amiga Lourdes con la que he compartido desde hace mil años los traumas de las monjas del colegio y la aventura de los campamentos y con la que hoy comparto todos los jueves pincelazos y embadurrnes de pintura en colores surtidos y texturas variadas que nos divierten mucho mientras nos reímos como si estuviéramos castigadas en la oficina de Sor Bete o de Sor Rita.
Mientras pasa junio, podríamos pensar que es un buen mes para:
1. Tomar muchos líquidos debido al calorón que nos azota. Y que no se crean que soy de las que se quejan del clima siempre, de esas personas que ante el frío, la lluvia o el calor habituales echan madres, no. Lo que pasa es que estas temperaturas son récord, y a mí el único récord que me gusta es el de Babe Ruth. Comienzo a creer en el calentamiento global y ni modo de poner clima artificial en casa para aumentar el consumo de electricidad y por ende el calentamiento del globo y de mi pobre chequera que ya parece calcomanía. Es curioso como el grosor de la tarjeta de crédito y de la chequera son inversamente proporcionales: mientras que la primera engorda la segunda enflaca.
2. Prepararse para el verano: esto es, para salirnos a algún lado que nos agrade más o que querramos conocer, o para enviar a los chamacos unos días a orear.
3. Probar todos los remedios para evitar los piquetes de moscos y si no para tratar los piquetes ya instalados en nuestra epidermis. Poner un ramito de citronella o una macetita en el buró, tomar vitamina B, untarnos todo el cuerpo de pintura acrílica verde para que el bicho se crea que somos un árbol....
Sabiduría del mes de junio: Pero sobre todo, prepararnos para aquello para lo que no sirve ninguna preparación: la vida. Y si no sirve prepararnos, ¿para qué hacerlo? Porque si no lo hacemos, digo yo, ¿en qué vamos a ocupar todo este tiempo llamado vida?
Despedida no les dejo porque no la traigo escrita.