tag:blogger.com,1999:blog-39430685093642276762024-03-08T11:09:57.557-08:00Yo,que soy tan sabiaLorenitachulahttp://www.blogger.com/profile/10732419164283027163noreply@blogger.comBlogger208125tag:blogger.com,1999:blog-3943068509364227676.post-64027433105597305512017-02-06T16:37:00.000-08:002017-02-06T16:37:13.904-08:00Bob Marley en el Sam´s<span style="color: red;">Una</span> vez vi una camiseta que decía "Thank God for little girls". Me hacía pensar en la niña de mi amiga Tere, Tatiana, que es una niña padrísima y que de pequeña era la ternura hecha muñequita,la carita más bonita del mundo.<br />
<span style="color: red;">Hoy</span> acudí a hacer la compra de cosas de comer y beber a la bodega Sam's y al super de junto, porque en el Sam´s venden todo de a montón y hay cosas que necesita una de a poquianchis, como el ajo. Yo, que soy tan mona, iba por aquellos pasillotes cantando (bajito, no vayan a creer) "Every little thing is gonna be all right" de Bob Marley. Así soy yo y palabra scout que es sin querer; cuando acuerdo estoy cantando, silbando e incluso bailando en los sitios más insospechados. Total, que voy cantandito y una niñita linda de unos cuatro años que iba sentada en el carro de la compra empujada por su papá dice: "¡Una señora cantando!". El papá volteó y yo le dije a la nena: "es que estoy contenta, ¿tú no?". Dijo que sí y se quedó con una sonrisa enorme. Yo seguí con mis cosas, que me faltaba queso, café, aceite, vino, carne y galletas, pero me preguntaba por qué se me habría pegado esa canción y llegué a la conclusión de que era un mensaje del más pallá de que de verdad, todo estará bien.<br />
<span style="color: red;">Muy</span> bien.<br />
<span style="color: red;">Dejé</span> las cosas en el carro y fui al otro super a comprar comida para gato, leche, pan, garbanzos, detergente y chorizo -si ya se dieron cuenta estoy presumiendo mi buena memoria-, y al agacharme para coger no sé qué cosa otra niñita, de esas que tienen como dos años pero están grandotas, me dice: "¡Hola Mamá¡". Yo, fascinada, le dije con igual entusiasmo; "¡Hola Nena!". Fue el día de las niñitas. Yo no tuve niñas, tuve niños, y siempre creí que si hubiera tenido la docena de hijos todos me hubieran salido varones, porque la naturaleza es sabia y sabe que soy más de baseball que de Barbies, y me encanta haber tenido con quien jugar pelotazos, pero las nenitas son una ternura, mis sobrinas fueron fuente de otro sentimiento muy distinto y muy bonito. A la fecha, con lo lejos que están ya todas de ser niñas pequeñas, me gusta mucho compartir con ellas.<br />
<span style="color: red;">Y </span>regresé a mi casa a hacer carne en su jugo estilo Guadalajara que ya tenía planeado antes de que me avisaran de que mi mamá vendría a comer. Su primera salida en tres semanas porque estaba enferma. Llegó y nos sentamos en una mesa en el jardín a comer y beber muy rete agustito, como debe ser, y le di dos fotos de la portada de un libro antiguo que conseguí que habla del trazo de la frontera entre México y Guatemala donde viene el retrato de uno de los principales hacedores de ese proyecto; su bisabuelo. Luego luego vio la fotografía (vienen 5 fotos de distintos ingenieros) y dijo "!Ay, este es Don Manuel Pastrana!". Alzheimer selectivo.<br />
<span style="color: red;"><br /></span>
<span style="color: red;">Sabiduría de hoy</span>: Everything is gonna be all right.<br />
<br />Lorenitachulahttp://www.blogger.com/profile/10732419164283027163noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-3943068509364227676.post-49116793374553624632017-01-17T15:54:00.002-08:002017-01-17T15:54:24.255-08:00Sin deberla <span style="color: red;">Una</span> vez estuve enferma. Bueno, han sido varias, como todo mundo, pero en esa ocasión estaba enferma-enferma. Como los brujos de bata blanca no le atinaban a lo que yo tenía tras de haber girado por varias consultas, hospitales y laboratorios, y ya me quedaban nada más como ocho glóbulos rojos por litro, hubo una reunión multidisciplinaria de médicos para jugarse mi diagnóstico al dominó o algo así. Entre todos, como capítulo del Dr. House, le adivinaron.<br />
<span style="color: red;">La</span> doctora que los reunió me preguntó, como para alivianar la cosa: "¿qué se siente tener tantos doctores viendo tu caso?" Yo, toda mona, le respondí sabiamente: "Podría ser peor, podrían ser abogados".<br />
<span style="color: red;">Y sí</span>, Veintitantos años después descubro que es peor. Sobre todo cuando una sin comerla ni beberla tenga que pagar patos ajenos.<br />
Sobre todo cuando por malos manejos de un tercero sale una bailando.<br />
Sobre todo cuando sabes que sin tener nada que ver se ve involucrada y ahora tienes que gastar dinero que no hay en estos brujos de traje caro, angustiarse, no dormir...<br />
<span style="color: red;">Y</span> ahí me tienen toda agorzomada. Toda apachurrada, toda deprimida. Ganas me dan de coger un barco aunque sea de polizona e irme a lejanas tierras a pintar cuadros exóticos, pero resulta que no hay puerto en Coyoacán.<br />
<span style="color: red;">Santo</span> Niño del Cacahuatito, ¡ayúdanos!<br />
<span style="color: red;"><br /></span>
<span style="color: red;">Y </span>para distraerme del caso me puse, aparte de mi trabajo y quehaceres propios de mi sexo de los cuales no me puedo escapar (ojalá ya pronto le hagan salida al mar a Coyoacán), me dispuse a hacer e investigar la historia de las Muelas de San Jenofonte. ¿A que no habían oído hablar de ellas? Pues son de esas reliquias antiquísimas de la Iglesia Católica junto con los huesitos, pellejitos, cráneos y cuanta parte anatómica se nos ocurra que hay en las iglesias. Milagrosas o no, me parecen muy curiosas, muy interesantes, como el prepucio del niño Jesús, del que había ya como cuarenta conservados y venerados en iglesias y conventos de Europa hasta que el Vaticano hubo de prohibir su culto. Nada más que tenga terminadas las investigaciones se las pasaré a mi hermano Alfredo para que me ayude con la cuestión psiquiátrica del asunto y podamos presentarlo en ilustrativa conferencia.<br />
<br />
<br />
<span style="color: red;">Sabiduría</span> del mes (gratis aunque debería cobrar un poquín para la causa): Cuando griten "sálvese quien pueda", ojalá puedan.<br />
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<br />Lorenitachulahttp://www.blogger.com/profile/10732419164283027163noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-3943068509364227676.post-65188664645868866382016-12-29T15:21:00.000-08:002016-12-29T15:21:27.943-08:00Fin de año<span style="color: red;">Me</span> da gusto haberme ahorrado los temas navideños.así como poner árbol, lucecitas y toda esa parafernalia. La nochevieja no será ni más noche ni más vieja que otras. Una que se sacude como chucho bañado y se quita tarugadas de encima. muy new age yo.<br />
<span style="color: red;">Los </span>pequeños desaguisados de la vida calan hondo. Por ejemplo, ¿se han lavado el pelo teniendo una uña rota? (claro, suponiendo que tienen pelo y uñas) Es horrible. Se atora un mechón en la rotura que pensábamos reparar o habíamos limado y barnizado y se da una unos tirones horrorosos. O ¿se les ha manchado el pantalón de masa de pastel de chocolate a pesar del mandil? Suponiendo también que usen mandil y cocinen. ¿O embarrado el pelo de leche nestlé, de bechamel, de cebolla frita? Es una lata enjuagarse el mechón en el fregadero, si es que nos damos cuenta antes de que se seque y se haga duro. A mí me pasa mucho, por lo tanto debe ser normal. O me consigo un traje tipo mono completo como de laboratorio nuclear, un mandil que llegue hasta mis zapatos, o cocino bichi.<br />
<span style="color: red;">Pero</span> qué lindo sería que estos problemillas fueran los que nos caen. Que nuestras máximas angustias fueran del tipo dedos pegados con silicón, camisa manchada de aceite de linaza o pintura escurrida por el suelo; que las lágrimas asomaran a nuestros ojos sólo por picar cebolla o por fumigar una planta con ramas altas. Que lo más grave que necesitáramos fueran curitas y aspirina. Que lo más lejos que estuviéramos unos de otros fueran unos cuantos kilómetros.<br />
<span style="color: red;">Y</span> no me da gusto que la vida no sea así. ¿Qué les costaba, digo yo?<br />
<span style="color: red;">Se</span> cambia de año quitándole una hojita al calendario. Nunca he despertado el primero de enero para asomarme a la ventana y ver que todo ha cambiado. (contando para que me digan que una es la que tiene que cambiar para que el mundo cambie: uno..dos..). Tampoco creo en los Reyes....<br />
<span style="color: red;">Pero</span> si les hace ilusión, Feliz Año Nuevo.<br />
<br />Lorenitachulahttp://www.blogger.com/profile/10732419164283027163noreply@blogger.com11tag:blogger.com,1999:blog-3943068509364227676.post-19108182063247595532016-12-02T15:14:00.000-08:002016-12-02T15:14:00.421-08:00¡Ah jijo!¡<span style="color: red;">Ah jijo!</span> (expresión que denota sorpresa y azoro), ni me había dado cuenta del montón de meses que no escribía por aquí. Pretextos muchos; trabajo, distracción, otras creatividades y hasta otros blogs, mortificaciones a lo ahí se va etcétera etcétera...<br />
<span style="color: red;">Pero</span> no hay pretexto que valga ni buey que lo aguante cien años... ¿o eso es mal que dure cien años? Lo cual me lleva a todo lo que ha pasado y este abandonado blog sin enterarse: se murió Fidel Castro, ganó Trump las elecciones en Estados Unidos.. un año muy raro. Hasta el gordote Carstens se nos va (perdón, es que desconozco el término políticamente correcto. ¿Minusgástrico? ¿Persona con capacidades bariátricas distintas?). Hasta en el clima ha sido <i>suigéneris</i> este año. Lo malo es que el Peje no entiende y ahí sigue... Unos con poco trabajo, otros sin trabajo de plano.<br />
<span style="color: red;">En mayo </span>me fui a la boda de mi sobrina adorada, que se casó con su adorado y fue una fiesta adoradísima. Ya que cruzamos el Atlántico para ir pues aprovechamos de conocer países ignotos para nosotros, como el vasco, por ejemplo. Esa fue la felicidad del año. Todavía me estoy saboreando uno que otro bacalao, algún pulpo horneado de Murcia y muchos abrazos.<br />
<span style="color: red;">Y</span> de repente es diciembre de nuevo. La rutina es asesina, nos hace decir "otra vez es viernes; de nuevo es lunes; otro día más; una semana menos" sin ánimo de mucho. Detesto la rutina. Por eso la voy a romper, cual piñata decembrina. Nomás no se espanten de mis decisiones, que conste que avisé para que no les den infartos ni abortos repentinos y me echen la culpa.<br />
<span style="color: red;">Y </span>las tristezas, que por más que quiere una ver para otro lado, pensar distinto, ahí están. A ellas no puedo golpearlas en recreo ni ponerles apodos para borrarlas de mi mente. ¿Por qué le pasan cosas tan malas a la gente buena, generosa, amorosa? Una caca, pues.<br />
Con este espíritu navideño sólo quería vaciar unas palabrejas por aquí, que luego salen con que su página ya valió gorro por inactividad.<br />
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<br />Lorenitachulahttp://www.blogger.com/profile/10732419164283027163noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3943068509364227676.post-25161580945504924492016-02-23T16:31:00.000-08:002016-02-23T16:31:08.815-08:00Bisiesto<span style="color: red;">Como </span>todo, mi madre ha envejecido y dado el estado de su memoria, no puede estar sola en casa por precaución, por orden del neurólogo, por conciencia. Así que, ya que me enteré de un daycare o centro de día para"adultos mayores" fui a averiguar y me pareció muy bien. Mi miedo era que los pusieran a hacer tarugadas del tipo pegar chaquira en un dibujito, tipo kinder, pero no es así. Le conté doce veces diarias de un "club" al que van algunas señoras de su rodada para que lo viera con buenos ojos y me hacía caras de fuchi. Se imaginaba el club del INSEN de su mamá, yo creo, y pensaba que sería furris (¿qué van a decir las Limantour?). La llevé a una semana de prueba y lo pasó muy bien; la llevé a las diez de la mañana y la recogía a las tres y media y siempre me dijo que se había divertido mucho. Total ya la inscribimos e irá tres días por semana. Es un sitio alegre en realidad, pero a mí el corazón se me hace papilla por lo que significa. No soy buena en estos avatares de la vida. Ni modo. Otra cosa que se suma a mis tristezas, que son tan profundas que nadie las ve, o no las buscan por aquello de mi fama de fuertota, sanota y muy macha, además de mi costumbre de hacer de todo chistes y reírme de todo.<br />
<span style="color: red;">Tal vez</span> por eso mi vecina, que tenía alojado al Patch Addams, me invitó a una cena en su casa con el mentado doctor payaso. Él y todo su séquito, o mejor dicho troupe, llegaron vestidos de payasos de circo, y creo que siempre andan así en la calle. Si me hubieran dicho, tengo ropa parecida. Obviamente estuvimos hablando de la influencia o no influencia del humor sobre las enfermedades, o mejor dicho sobre los enfermos. Hay dos corrientes: una, que no sirve para nada y otra que dice que sí porque el enfermo si se alegra está más predispuesto a sanar, a comer, a seguir tratamientos.<br />
<span style="color: red;">Y </span>la polichambeación en la que me veo sumergida va viento en popa. Traducciones aparte, me amarchanté en una tienda de artículos de pesca y caza para dejar a la venta varios cuadros de tema pescadoso que he hecho: macarelas, jureles, con anzuelos, conchas y mar. También hice a pedido mis famosos Tera Tommys. Los Tera Tommys son teratomas de juguete, una monada más que he hecho. Me compró varios mi amiga de la Order of the Good Death. Si alguien quiere uno avisar a su servilleta.<br />
<span style="color: red;">Y </span>es que con este gobierno lo que uno tenía, digamos, hace tres años, se ha ido reduciendo conforme el dólar y el euro crecen ante nuestros azorados y azorrillados ojos. Ni pa donde hacerse, deveras. Pero el hombre es el único animal, dicen, que se tropieza dos veces con la misma piedra, pregúntenme a mí, que ando reservando hoteles en páginas de Internet arriesgándome a que me suceda lo mismo que con el Hotel Cucaracha Inn de Bernal. Pero si no, ¿cómo reservo? No es como que una conozca hoteles en cuanto pueblo y ciudad hay en el mundo. En Estados Unidos es menos el problema porque como quiera sabe una por el nombre de la cadena más o menos qué esperar, pero en otros países no hay tanta cadena, los hoteles en su mayoría suelen ser independientes, o los de cadena más elegantosos y se salen del chorido presupuesto de una que va de peregrina (pero no del Mayab).<br />
<span style="color: red;">Tengo</span> una comida de amigas, ¿qué llevaré, mi famosa plasta horneada de verduras con atún, o un platón de chicken pasta? Se aceptan sugerencias.<br />
Año bisiesto. Sé que no significa sino que hay que acomodar por ahí un día que faltaba o sobraba, según vean el vaso medio lleno o medio vacío, pero hace ilu.<br />
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<span style="color: red;">Sabiduría del mes</span>: a trabajar que este mundo no se va a acabar.<br />
<br />Lorenitachulahttp://www.blogger.com/profile/10732419164283027163noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-3943068509364227676.post-30523855802927789822016-01-24T17:09:00.001-08:002016-01-24T17:09:22.600-08:00Hotel Cucaracha<span style="color: red;">Como cada año</span>, llegó diciembre con sus desmadres y después de la navidad me llevé al esposo a pasear para distraernos un poco. Había ido yo en octubre a Bernal, pueblito lindo que está a los pies de la Peña del mismo nombre, con mis amigas. Me encantó pasear por las calles, ver las casas antiguas, disfrutar el sol, la calma y la comida. Reservé en un hotel y allá vamos. Nótese que<br />
Bernal es muy pequeño pero las calles son en su mayoría muy empinadas por subir y bajar hacia y desde la peña. Total que llegamos y había como cola de coches para entrar al pueblo (mala señal) y para llegar al hotel íbamos entre miles de personas caminando. Llegamos al hotel, dejamos las cosas no sin notar lo gacho que estaba el cuarto, la recepción inmunda y llena de telarañas, y el señorsito que nos recibió solo. Para reservar me habían pedido la mitad de una noche e íbamos a estar dos, y el recepcionista-bell boy-cocinero-dueño-afanador me pidió que liquidara todo. Medio en broma le dije que yo pagaba al irme y me dijo: "¿qué puede ir mal?". Nada -le contesté- pero música pagada toca mal son. Nos fuimos a (intentar) recorrer el lindo pueblo y terminamos en una terraza bar con vistas a la peña tomando cervezas porque era imposible andar entre tanta gente. Parecía mi pueblo en 15 de septiembre: una multitud pendejeando, baboseando, con la agravante de que venden micheladas y tequila en la vía pública así que van chupando o ya ebrios en bola. Horrible. Comimos bien, eso sí, y al rato regresamos al hotel. Entonces ya notamos las manchas de las paredes del baño, algunas de sangre; que las cortinas estaban todas rotas, que la ventana del baño no cerraba por estar caída y hacía un frío que pelaba. Del wi-fi ofrecido en la página de hoteles Booking nada (no se guíen por las fotos, son engaños); tele sí había pero no servía, no sé si le cogió el apagón analógico o les daba igual. Nos salimos a una terraza a ver las estrellas y platicar a pesar del frío para estar lo menos en ese cuarto tan deprimente y cuando nos metimos nos dimos cuenta de que la cama era un redrojo: estaba tan jodida que nos rodábamos al centro y quedábamos aplastados. Yo no me podía dormir y al rato pasó el perro del hotel por el pasillo, porque perro sí hay, ladrándole a los gatos que habían estado maullando un buen rato ya. Horas en vela oyendo el ulular del ventarrón que se colaba por las maltrechas ventanas moviendo los hilachos de cortinas. Muy temprano el esposo se levantó a tomar fotos de la peña al amanecer y al rato lo alcancé pero primero constaté con mis patitas que el piso estaba pegosteoso. Nos bañamos echando mentadas del frío bajo un chorrillo de agua medio tibia y salimos con nuestras cosas para irnos para siempre amén. Todavía el vejete recepcionista-chorreado-mucama nos preguntó por qué nos íbamos y me congratulé de no haber pagado el total al llegar. Desayunamos delicioso en otro hotel y nos fuimos a Ezequiel Montes a comprar unos quesos exquisitos que hacen ahí y derechito a casa. Lo sentí por Diego, que canceló la fiesta.<br />
<span style="color: red;">Y</span> es que sí da coraje que le cobren a una como Fiesta Inn por un Caca Inn, o sea, ni el Piojo Matute de Madrid. Si le dicen a una que es hotel pinchón de pueblo y que cuesta trescientos pesos pues una ya sabe a lo que va, ¿no? A algo rústico y campamentoso,<br />
<span style="color: red;">Y yo</span> trabajando para juntar para mi viaje y el &%$ gobierno robándose todo de forma que el dólar y el euro suben y suben. ¿Buscaré puros piojos Matutes o me llevaré mi tienda de campaña pequeña y dormiré en los parques?<br />
<span style="color: red;">Sufro.</span> Pero ya se sabe, (Sabiduría de hoy) para la depresión hay prevención. Hacer, hacer, hacer. Pintar paredes, cuadros, muebles. Crear, arreglar, componer. En mente activa no caben tarugadas ni depresiones. Tal vez por eso mi abuelita era feliz a pesar de las vicisitudes de la vida: nunca manitas ociosas.<br />
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<br />Lorenitachulahttp://www.blogger.com/profile/10732419164283027163noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-3943068509364227676.post-28245608997746026152015-12-13T17:21:00.002-08:002015-12-13T17:21:38.068-08:00Los mandalas y la pachanga<span style="color: red;">Diciembre</span> siempre es un mes raro, tan raro como el mundo de José Alfredo.<br />
Pero lleva su relajo y eso me gusta. Para iniciar el puente-maratón Guadalupe-Reyes, fui a la fiesta de aniversario de Bodas (¡35!) de mi amiga Hilda. Ella y su familia es muy amorosa, y tuvimos una mesa para mis amigas con sus maridos. Llegó un trío que creo que eran Los Calavera, por la edad, claro, y antes de que dieran el azotón los aprovechamos cante y cante y divirtiéndonos horrores. Les pedíamos canciones por título si lo sabíamos o les cantábamos un pedacito, o les decíamos los cantantes. Así les dije "los Castro", y temí que lo tomaran a amenaza aunque luego pensé que ya pa qué.<br />
Al día siguiente o séase hoy mero, fue la presentación en el Centro Cultural Roberto Cantoral de un concierto de música hindú al tiempo que proyectaban unos hermosos mandalas animados que hizo Diego, el más pequeño de mis hijos, en la pantalla. Repartieron lentes de tercera dimensión al entrar.Regresé a terminar un trabajo que entrego mañana, que tengo desayuno amigoso.<br />
<span style="color: red;">Me</span> metí al show con todo, y al ver aquellas cosas tan bonitas y coloridas girar, abrirse, desparramarse y crecer en tercera dimensión con unos colores psicodélicos y la música de meditación entendí muchas cosas y me acordé de otras. No negaré que con la primera pieza sentí harto y, no sé por qué, que tengo mucho dolor adentro, Muy adentro, yo creo, porque no lo noto comúnmente.<br />
<span style="color: red;">Recordé</span> que la música hindú me gustaba mucho (remember the seventies), que me pasaba ratos oyendo al Shankar, sólo que esta era distinta y no me gustaba tanto. Tal vez pase como aquí, porque explicaron que era música del norte de la India, y aquí la música del norte suele ser horrorosa. El que más fácil tenía la cosa era el del violín rectangular, porque sólo repitió todo el tiempo un estribillo muy triste. Tal vez reviva mi gusto por Shankar, aunque creo que al esposo le puede dar un ataque dadas sus pésimas experiencias con empresas farmacéuticas de la India.<br />
<span style="color: red;">Descubrí</span> que tengo hartos mandalas en platos michoacanos y guanajuatenses. Y que mi abuelita Titita tejía mandalas, pa muestra unos tarugos que tengo en la cocina.<br />
<span style="color: red;">Me sent</span>í orgullosota y feliz, el auditorio tenía quinientos personas aplaudiéndole a mi hijolín.<br />
<span style="color: red;">También</span> puse unos cuadros a la venta en el CCBA de Coyoacán, Jardín Centenario para ser precisos, así que corran a comprar muchos cooperando así con la causa. Y estoy inventando un producto/juguete para gatos que hará las delicias de esos bichos y de sus dueños. Una que no para, pues'n.<br />
<span style="color: red;">Y </span>de navidad, a estas alturas, no he hecho nada y creo que no haré. Decepciones las justas, gracias.<br />
<span style="color: red;">Y</span> de mi cumpleaños, que es la primera posada, tampoco. Es una chinga haber nacido en estos días, de verdad. Y luego que caen en miércoles.... restaurant con el esposo y ya,<br />
<span style="color: red;">Pero</span> este su blog les desea una feliz navidad y un año nuevo lleno de venturas (así decían las tarjetas) y agradece su preferencia esperando el nuevo año para servirles (eso decían los calendarios).<br />
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<br />Lorenitachulahttp://www.blogger.com/profile/10732419164283027163noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-3943068509364227676.post-32326791482510350192015-11-15T17:15:00.002-08:002015-11-15T17:15:34.787-08:00Sufrimientos novembrinos<span style="color: red;">Noviembre</span> a medias y aquí seguimos, dándole cara al mundo.<br />
<span style="color: red;">Al mundo</span> que es un desmadre, pero de ello hablan todos, todos que son tan sabios (creen) y discuten como los súper expertos que son: que si poner azul y rojo que si no.... que si acá también hay muertos y nadie pone la bandera de México, que si mentira, la ponen demasiado. En fin, que para eso hay otros espacios.<br />
<span style="color: red;">Y hoy</span> es domingo de puente. Mañana no trabajan los que lo hacen formalmente, como mis dos hijodontes. Yo sí, tengo que ir lejos a recoger un coche, pero los dioses me favorecen porque no habiendo escuelas ni bancos el tráfico me será leve. Estos puentes me gustan más que los romanos, la verdad. La ciudad ha estado tranquila, vacía. Anoche recogí a Diego en el Bazar donde trabajó el fin de semana y donde espero se hayan vendido mis cuadros y nos fuimos a cenar a San Ángel, sitio que en sábado suele estar retacado. Tuvimos la terraza del restaurante casi para nosotros solos, con música y toda la cosa; estuvimos muy contentos salvo el momento en que el ruco se azotó. Pero en fin, gajes del oficio. El chiste de este puente fue sacarle la vuelta a los centros comerciales y tiendas de toda índole, porque era el mentado BuenFin, en el que sacan ofertas y dudosos descuentos que hacen que se abarroten y retaquen de gente que adquiere cosas que ni necesita y se endroga a mil meses con las tarjetas de crédito. Yo me avituallé desde el jueves para no salir.<br />
<span style="color: red;">Pero</span> caí en la felicidad del consumismo. Allá por mis quinceañerencias mi papá me compró un chaleco hippie de gamuza en Quiroga, Michoacán. Era lo más lindo, con muchas tiritas que colgaban y yo me sentía la mismísima Janis en persona presente, con mis greñas ad-hoc. Pues resulta que vi uno en afamada tienda de ropa (no digo el nombre porque no me pagan patrocinio, se aceptan patrocinadores) y obviamente mi nostálgico corazoncito lo deseó con mucha enjundia, Pero me dolió el codo... Hay prioridades -me dije- y hay que ahorrar. Luché con un diablito y un angelito en mis hombros, uno me decía: "cómpralo, que acabas de cobrar unos trabajos y no te has dado un gustito"; el otro me detenía. Fui después a la tienda con Diego y ya no había. ¡Horror!<br />
<span style="color: red;">Mi apetito</span> me llevó a verlo en la página de la afamada tienda y lo tenían pero me cobraban envío, encareciéndolo y seguí pensando... y sufriendo varios días. Como me anoté en la página web, el viernes que comenzó el mentado BuenFin me llegó la oferta irresistible: no cobraban envío y hacían el 30% de descuento. Una es débil, como la carne, y azoté. Ya era mucho. Total lo compré junto con otro padrísimo de la muerte y me llené de felicidad consumista. Fue un poco como cuando sueño con tacos de chilorio y sufro verdaderamente algunos días hasta que logro comerme unos, para que dimensionen mis sufrires.<br />
<span style="color: red;">Y no</span> sé si este texto quede como veracruzano o escrito por el peje porque la tecla d no me obedece mucho, acabo de sufrirla con el trabajo que mandé hoy (sí, que terminé hoy domingo de puente para que se vea que aparte de sabia soy chambeadora). Cosa de limpiar mañana el teclado y ya está.<br />
<span style="color: red;">Otro</span> sufrimiento me lo ha causado mi guitarra. Un día se le rompió la sexta y al cambiársela se notó que el aparatejo que las sostiene tenía un tornillito barrido. Fui a la tienda que me recomendaron y que no, que no arreglan ni tenían el tornillito, pero me vendieron el adminículo que va atornillado a ambos lados y que tiene las clavijas, que estaban más gachas que las mías. Sé que no es la gran guitarra -le dije al chavo-, pero me la trajo santaclós y la quiero. Cómo no -respondió para mi alegría-, si es de cedro, es muy buena guitarra. Le pregunté si cualquier marido podía cambiar ese aparatito y dijo que sí. Poder podría pero no quiso porque estaba más feo que el original y consiguió el otro tornillito con un cerrajero, se lo puso y aparentemente quedó bien pero al sacarla en Tequisquiapan con mis amigas ya tenía la cuarta reventada. Total tengo que ir hasta la Casa Ramírez y a ver en cuánto me sale la gracia.<br />
<span style="color: red;">El</span> sufrimiento con la Comisión Federal de Electricidad, ese monopolio del estado que no no deja producir nuestra energía pero que nos cobra como gente grande, mejor ni se los platico, no se trata de hacer llorar a nadie.<br />
<span style="color: red;">Y ya</span> no voy a dormir en la cama de piedra. Mi espalda, mis hijares, mis piernas y mi cogote lo agradecerán, lo sé. Ya no despertaré como cuasimoda, como si hubiera dormido en el suelo como cualquier animal. Ya nomás me compro unas almohaditas decentes y ¡voilá! Espero soñar, que esa es otra cosa.<br />
<span style="color: red;">Sabiduría del mes</span>: La felicidad puede venir de cualquier cosa, aprovechémosla.<br />
<br />Lorenitachulahttp://www.blogger.com/profile/10732419164283027163noreply@blogger.com10tag:blogger.com,1999:blog-3943068509364227676.post-65396501625510567552015-10-29T17:14:00.002-07:002015-10-29T17:14:57.266-07:00Los amiboos yuna santa madre<span style="color: red;">Un día</span> Dieguito, el más pequeño de mis hijos, me preguntó: "¿Qué vas a hacer mañana?". Yo, que soy tan sabia y que tras de chorrocientos años de casada he aprendido que detrás de esa pregunta vienen encargos sin importar lo que tenga una qué hacer ese mañana, quise saber por qué preguntaba. A ver si puedes ir a Liverpool a la hora que abren -me dijo candoroso. Eso es a las once, a media mañana -respondí azorosa. Es que salen unos amiboos nuevos y yo no me puedo salir del trabajo para ir a comprarlos -aclaró ruboroso. ¿Qué son esas cosas? -pregunté suspicaz.<br />
Resulta que los amiboos son unos monigotes o figuritas de personajes de los videojuegos que de alguna manera, vía chip, cordón umbilical o telepatía, se conectan al juego cuando les ponen encima de una cosa. Se meten a la pantalla y participan de la acción como personaje. Le hice bastante <i>ad-misericordiam</i> al hijo, para que vea que nomás porque soy una santa iría. Me dio un buen billete para el efecto y fui apercibida de que tenía que ser a la hora de abrir o se acaban. O sea como si fueran birotes. Llegué al susodicho almacén previa estacionada en el mall y salí a la calle por una escalerita como de personal. Vi una cola de gente y me imaginé que ahí era. Al último de la fila le pregunté si era para los monitos y me dijo que sí aunque creo que se ofendió porque llamé así a sus amados amiboos, Me di cuenta de que yo era la única señora o mamá, los demás eran hombres jóvenes, entre los dieciocho y los treinta años, bastante digamos gachos. Si iban a gastar en comprar esos monos, ¿no podrían gastar en unos zapatos, o de perdida en un desodorante? Antes de abrir la tienda dos señores de traje pasaron con una lista recorriendo la fila. Traían anotados los nombres de los amiboos y cuántos les habían llegado. Yo necesitaba a Lucina o Robin, quien sea que fueran. Ya no había y llamé al hijo quien me indicó cuál comprara; se lo dije al señor de traje y de dio una tirita de papel rosa mexicano con el nombre del personaje que podía yo adquirir. Había, por cierto, límite de amiboos a comprar por persona. Me sentía tan estúpida ahí formada entre esos tipos con patinetas y mochilas que llamaban por teléfono ordenando a otros fodongos que fueran a tal o cual Liverpool. Le dije al empleado trajeado: "oiga, si ponen un anuncio solicitando gente para empleo estos seguramente no vienen, ¿verdad?".<br />
<span style="color: red;">Todavía</span> no era hora de abrir el almacén cuando nos fueron pasando por una puertita misteriosa a una caja donde te cobraban el mono y te lo daban y pa fuera. Yo me esperé a que abrieran y eché un ojo a los zapatos que estaban carísimos. Luego Diego me informó que los amiboos salen sólo una vez y que los que hacen la cola los revenden a los coleccionistas ganándose unos buenos pesos, Yo, que soy tan buena, no le cobré nada.<br />
<span style="color: red;">Y </span>esta semana leí un libro llamado Wilt, de Tom Sharpe, y me pareció que le gustará mucho a mi hermanote con su humor negroso. Le preguntaré si lo ha leído. Y leí Alfanhuí, de Sánchez Ferlosio, y pensé en Fred, Ídem.<br />
<span style="color: red;">Y </span>hartita ya del día de muertos que aún no llega pero Coyoacán se cree Janitzio. Menos mal que la educación es laica, porque les meten a los niños estas supersticiones cada año con más enjundia. Y más menos mal que este fin de semana es la Fórmula Uno aquí, que esposo entretenido vale por dos.<br />
Mañana viene el maistro a pintar el techo de la cocina y a reparar la fuente del jardín, que el agua se sale y es el club acuático de los pájaros. Agárrenme confesada. Miss Oaxaca pierde el tiempo porque le hace la plática al albañil. Wish me luck.<br />
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<br />Lorenitachulahttp://www.blogger.com/profile/10732419164283027163noreply@blogger.com8tag:blogger.com,1999:blog-3943068509364227676.post-41272521389857897032015-10-03T17:49:00.000-07:002015-10-03T17:49:58.244-07:00He vuelto<span style="color: red;">¿Qué</span> dijeron, esta se murió? Pues no. ¿Ya dejó las letras para pasársela pintarrajeando monigotes? Pues tampoco. ¿Ya se largó a una isla desierta y no nos dejó la dirección? Menos.<br />
<span style="color: red;">Resúltase</span> ser que la vida da de vueltas, unas más rápidas y otras más lentas. Yo, que soy tan sabia, me adapto a esas volteretas y manchincuepas circenses, aunque me maree, me aguanto como las machas.<br />
<span style="color: red;">Pero</span> al fin las cosas (y las vueltas) se van asentando y yo me desmareo con la misma técnica que usaba de pequeña: dando giros en sentido contrario. A que soy sabia, ¿eh?<br />
<span style="color: red;">Y</span> a pesar de que los dolores sean los mismos, los amores sigan en pie, los odios no se apaguen, vuelve a salir el sol, vuelve a brillar la luna con su carota de campechana para recordarnos que aquí seguimos dando la batalla porque la rama, manque cruja, no se quebra.<br />
<span style="color: red;">Y </span>me sigo apuntando a todos los desmadres a que gusten invitar.<br />
<span style="color: red;">Hoy</span> vi un coche muy re bonito. Venía yo con mi madrecita -cada vez más ita porque se ha encogido por ser de antes de la época del sanforizado, creo- por la calle y lo vi. Me detuve a observarlo pasar: Ford 1936 Coupé, negro, brillante, hermoso. <i>Brand new</i>. ¿Por qué te gusta tanto ese automóvil?, me preguntarán mis fans, y yo respondo tan campante: es que el primer coche que compré con mi propio peculio fue uno de esos. Estaba sin llantas, en primer, y sobre una puerta tenía pintarrajeado "se vende completo". Entré pues, al taller en la colonia Roma Sur y me mostraron unas cajas con un fierrerío que obviamente no reconocía yo. Claro que mi carita de diecisiete años hacía expresiones de ah sí, claro, desde luego, como si supiera yo de mecánica automotriz siendo que no distinguía un cardán de unas aspas de licuadora. Total me amarchanté, pagué cuatro mil quinientos pesotes que había juntado no sé cómo y llegué a mi casa muy feliz a decirle a mi papá que me ayudara a recoger el coche que había comprado. El pobre hombre, con esa cara de resignación que me dedicaba tan a menudo, me llevó, vio la bola de chatarra y de regreso me dijo: "¿Qué vas a hacer con la carcacha? Yo, extasiadísima le dije que pintarla de amarillo con unas flamas padrísimas, achaparrarlo de adelante y levantarlo de atrás.... pero me interrumpió: ¿Cuánto te costó? Le dije y me soltó cinco mil pesos agregando: "no vas a deformar ese coche, es un clásico, mejor yo lo arreglo para que quede original".<br />
<span style="color: red;">Sobra</span> decir que se divirtió como enano, con trabajos porque era muy alto mi pá, y lo dejó divino, azul marino, como nuevo pidiéndole las partes faltantes a su hermano el Gûero a San Diego. Yo sufrí.<br />
Pero aprendí la lección. No estropear las cosas bellas de la vida, al menos los autos clásicos.<br />
<span style="color: red;">Y </span>así vuelvo a la vida, espero que de mi modelo sí haya refacciones.<br />
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<br />Lorenitachulahttp://www.blogger.com/profile/10732419164283027163noreply@blogger.com8tag:blogger.com,1999:blog-3943068509364227676.post-64063589650913578082014-09-28T16:30:00.000-07:002014-09-28T16:30:21.052-07:00Naturaleza salvaje<span style="color: red;">La</span> naturaleza, dicen, es sabia como yo. Pero a veces se azota.<br />
<span style="color: red;">Hace</span> nueve días cayó en esta casa de flores y chuchos una granizada tipo bombardeo nazi que dejó el jardín hecho jirones. No avisó con lluvia sino que comenzó en seco, como las malas noticias, haciendo un ruidazo tal en los domos que la gatita y yo nos asustamos bastante. Yo corrí a preguntarle a Diego si había pedido "granos", porque desde muy pequeño demostró sus poderes al decir "ojalá caigan granos (granizo en lengua bebé)" y se dejaron caer al instante tantas canicas de hielo como esta vez. Me dijo que no y bajamos a la cocina para meter a las perras. La mensa de Chela estaba debajo del emparrado y yo le llamaba para que viniera pero le daba miedo. Al fin acudió a mis llamados angustiosos indignada bajo el apedreo y cerrando los ojos a cada golpe. Duró mucho rato y todo quedó blanco y encharcado. Salimos a comenzar el recuento de los daños y nos dimos cuenta de que el emparrado se había caído. Por poco le cae encima a la pobre Chela.<br />
<span style="color: red;">Al</span> día siguiente fue descubrir que los rosales, el olivo, los aguacates, la higuera, estaban rasurados. Los tomates despachurrados, las ramitas tronchadas y las bolas amoratadas, golpeadas y abolladas. Lástima, les faltaba poco para madurar. Las flores aplastadas salvo los alcatraces que aún no abrían; la citronella cacariza, perforada como la Nochebuena; el huele de noche hecho papilla; los helechos ralos. El naranjo, el aguacate, el limón y los lichis aguantaron mejor, pero a las diez de la mañana aún había hielo entero. Llevo varios días sacando hojarasca y ramas gigantes del Gran brócoli y del Brocolilón que son los fresnos centenarios; las más secas irán a la estufa de hierro para el invierno de la pulquería. Me ayuda el señor esposo, porque en Oaxaca hubo un desmadre, o sea que a Miss Oaxaca y a la Sustituta (es que da susto, la pobre) se les enfermaron las progenitoras. Estoy segura que ha de haber alguna festividad zapoteca por aquellos lares, pero en fin.<br />
<span style="color: red;">Y </span>agarré un resfrío gacho por salir a pisar el suelo congelado en chanclas. Ya se sabe que existe una extraña conexión entre los pies y la garganta, así es la anatomía humana de rara, Me dio dolor fantasma: me dolía justo donde me amputaron las amígdalas cuando tenía catorce años.<br />
<span style="color: red;">Pero</span> resfriada y todo fui a la presentación del libro de la mamá de Ana, amiguísima de la preparatoria. Fue un acto muy amoroso, comelitoso y bebedoso entre buenas cuatitas que compramos el libro muy monas. Me apalabré con las de la editorial porque me sonaron bien. Luego me lo pensé porque dejaron bastantes faltas ortográficas, pero como yo, que soy tan mona, no uso corrector sino al contrario, corrijo, no me importaría mucho, a ver.<br />
<span style="color: red;">Y </span>me embarqué en apoyar al profe de pintura con cuatro clases a la semana porque le van a operar. Como si no tuviera que hacer y justo ahora que me quedé desoaxacada. Pero nobleza obliga, el profe siempre ha sido muy bueno conmigo y le tiene harta paciencia a mi mamá que da dos pinceladas y pregunta qué estaba haciendo; da otras dos y vuelve a preguntar...ad infinitum. El otro día ya tenía hecho un suelo de barro muy lindo frente a una chimenea y se puso a embarrarlo de azul cobalto alegremente, le pregunté por qué y sólo me dijo: "no importa, ahorita se lo quito con un trapo". El alzheimer me la está volviendo surrealista.<br />
<span style="color: red;">Por</span> otro laredo, al fin salió la colección de películas de ocho y dieciséis milímetros de mi papá que se donó a la Cineteca Nacional. Nos las entregaron en un DVD de formato súper computarizado e hicimos cinito con palomitas y todo. Pensé que iba a llorar por estar viendo a mi papá, a mis abuelitos, a mis tíos que ya no están, pero no. No sé si mi mamá aguante verlas porque sale mucho su padre y últimamente le ha dado por acordarse de él y anegar los ojitos... Salió un rollo que no recuerdo yo, no sé porqué lo tendría mi papa. Son tomas inéditas del dos de octubre de 1968 en Tlaltelolco. Es fuerte.<br />
<span style="color: red;">Sabiduría de la semana</span>: cuando veas el jardín de tu vecino congelar pon el tuyo a tapar.<br />
<br />Lorenitachulahttp://www.blogger.com/profile/10732419164283027163noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-3943068509364227676.post-40502354080364115812014-08-25T16:40:00.001-07:002014-08-25T16:40:17.582-07:00¿Seré?<span style="color: red;">A ver</span> si después de tantos años de presumir de ser tan mona va a resultar que no lo soy tanto. Mira que abandonar tantas cosas, entre ellas este humilde, sencillo pero honradísimo blog.<br />
<span style="color: red;">Las </span>actualidades van surtidas, como las tallas de los calzones. Desde un viaje con amigas, en plan viva la Pepa, a Huamantla, Tlaxcala, donde estuvimos en la hacienda de una compañera del colegio y donde tuve, por tres días, catorce años. Fue treparme a los árboles a comer ciruelas de diferentes clases; fue disfrutar de un ataque de risa imparable a la una de la mañana; fue subirme a escondidas al coro de la capilla y cantar el Ave María yo sola. Fue cantar con la guitarra, bailar, actuar como en las fogatas, sólo que ahora en lugar de chocolate una toma sus cubas, que los catorce años iban sólo por dentro. Me dicen las amigas que yo era una latosa y que hacía <i>bullying</i> . ¿Seré?<br />
<span style="color: red;">También</span> sufrí mi cuota de trámites-robo del Gobierno del D.F. Ya sabemos que la tarjeta de circulación caduca cada tres años como atún en lata (y eso que es de plástico), y hay que cambiarla. Para eso le piden a uno copias fotostáticas de cada tenencia, tarjeta anterior, identificación, comprobante de no robo, factura del coche (que ahí va uno cargando peligrosamente en el carro), y demás. Menos mal que es tránsito y ecología, según ellos, para que terminen en basura. ¡Pero si se ve en internet que tiene uno todo pagado! -les decía yo ya burlándome-, pero nada, se quedan con sus jetas de "ya lárguese que quiero tragarme mi torta de tamal seboso". Un asco, además, el local donde se realiza el absurdo y tarado trámite.<br />
<span style="color: red;">Y sufrí</span> muchas otras cosas más, que una, no se crean, tampoco es de hule y suele acongojarse por las situaciones económicas, morales, físicas y espirituales propias y de quienes la rodean. A veces dan ganas de desligarse...<br />
<span style="color: red;">Y</span> terminé un trabajito e imploro a los Santos Chambeadores por otro. No sé si ponerle una palmera californiana a San Pancracio, porque el perejil como que ya le aburrió, yo creo. Por lo pronto en que sale ganón es el marido, porque me da por cocinar y hornear. He hecho pan de tocino y queso, de aceitunas y perejil, de cebolla, de dulce, hasta que se me termine la bolsa de levadura. He confeccionado galletas de colores y pasteles decorados; papas viudas, chop suey con arroz, caldos gallegos y hasta chiles en nogada pasando por carnes, pollos y verduras. Por cierto que hoy es su santo, no que lo celebre ni que se acostumbre o incluso que se haya dado cuenta, pero lo es. St,. Louis Rey de Francia. No va a ser de cualquier Luis mundano mi esposote y, junto con él, Diego. Creo que mañana o pasado haré mole... así estoy.<br />
<span style="color: red;">Otros</span> ratos los dedico a la pintada. Cuadros muy pequeños, para sentirme así como señora victoriana, de lugares que he visto y pisado. Y alguna pared también, por ejemplo la lavandería de casa que ya estaba muy gacha. Y para la noche leo. Como me tocó la feliz herencia de los libros del papá de mi amiga Coco (gracias Coco), me he echado unos novelones del XIX de esos que nunca había leído, como Jane Eyre, Emma. Descubro autores como Turgueniev con El primer amor, Vasco Pratolini con Crónica familar; Saul Bellow con las Memorias de Mosby y leo a los ya por mí conocidos.<br />
<span style="color: red;">Se</span> aceptan herencias.<br />
<span style="color: red;">Sabiduría Grati</span>s: Si Coelho vende sus frases, venderé las de mi invención, que son igual de perogrullas pero más bonitas.<br />
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<br />Lorenitachulahttp://www.blogger.com/profile/10732419164283027163noreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-3943068509364227676.post-12337841766310654392014-06-21T17:01:00.002-07:002014-06-21T17:01:32.619-07:00La odisea del Moisés<span style="color: red;">No</span> hablaré de la odisea de Moisés el bíblico, ni de sus andanzas; ni de algún otro Moisés famoso. No.<br />
<span style="color: red;">Este</span> era un moisés, así, con minúscula, que quería ser enviado a lejanas tierras sonorenses. Resulta que por allá no hay esas cestas de mimbre que se usan para colocar a los bebés una vez decorados, equipados con su colchón, sus cobijas, almohaditas, protectores y base. Entonces había que buscarlo aquí en México, donde están en desuso y han sido reemplazados por artefactos más modernos.<br />
<span style="color: red;">En</span> el mercado de San Ángel no hay ya, y eso que encuentra uno hasta basinicas de peltre; en el de Coyoacán sólo había uno. Parecía que la tabla del fondo estaba rajada pero no, el buen marchante me explicó que al ser tabla de madera se unen dos para armarla, mientras que otros -no sé cuáles porque no hay- son de vil triplay y por eso se ven de una pieza. Bueno -pensé yo que soy tan mona-, total el colchón la tapará. Entonces me amarchanté y averigüe cómo enviarlo. Por paquetería cobraban cuatro mil pesotes, lo que me hizo pensar que con esa lana mi prima bien podría comprarse una cuna en Las fábricas de francia o del otro lado de la frontera y así se lo hice saber. Quedé de investigar con Correos de México y la diferencia era abismal: cuesta muchísimo menos.<br />
<span style="color: red;">Una </span>vez hecha la labor de apalabramiento y tecnología del envío, metí en mi bolso dinero, carrete de cáñamo, cuter, cinta transparente y me dirigí al centro de mi pueblo. Pasé por casa de mi amiga Gary y la llamé: "bishi bishi" y sigue sin aparecer. Van semanas que no la veo, aunque haga bueno que es cuando más la veía sentada en la acera o trepada en la barda e inmediatamente acudía a que la saludara. No quiero preguntar en su casa... En el mercado compré grenetina y dos cajas de cartón porque dado el tamaño de la cesta no cabía en una, y no cajas de huevo porque por salubridad (sic) no permiten usarlas en correos. Tampoco puede uno usar cajas con propaganda, es decir, que tengan letreros de lo que originalmente llevaron como servilletas, pañales o latas de frijoles. Pero yo, que soy tan sabia, pensé que ya que debía desarmarlas para hacer una con dos, podría armarlas al revés, con las leyendas hacia adentro y la parte limpia hacia afuera.<br />
<span style="color: red;"> Acudí</span> al puesto de las cestas y no estaba mi marchantito, sólo un joven autóctono que jugaba en su celular sentado en un banquito. Él me dio la canasta, me recibió el resto que debía, y me ayudó a desarmar las cajas, atándolas para que las pudiera cargar hasta la oficina de corrreos.<br />
<span style="color: red;">Y así</span> salí, dándole cestazos a cuanto peatón o puesto se me atravesaba y cambiando la cunita de mano cada cien metros para evitar gangrena digital. Cuando pasé por la panadería mi amiga se rió de mí y hasta me preguntó si iba a tener un bebé. Llegué a la oficina postal y comencé el trabajo de embalar mi bultote. Cargaba, cortaba cartón sobrante, sobre una mesa alta y angosta, pegosteaba la cinta que se me caía y rodaba enredándose sobre sí misma para desperdiciarse, ante los ojos pazguatos y jetones de las horrorosas empleadas que me miraban impávidas mientras se rascaban algo seguramente (su mostrador sólo deja ver sus jetas). Cuando consideré que más o menos había logrado hacer una caja con dos y me secaba el sudor, me dijo una que tal vez mi empaque excedía el tamaño oficial y con gran angustia y pujo lo cargué y coloqué ante sus carotas para que lo midieran. ¡uf! Pasó. Yo ne preguntaba qué nombre llevaría la deforme figura geométrica que había creado y qué enseñarán en el taller de cartonería.<br />
<span style="color: red;">Entonces</span> la tipa de la derecha se dignó abrir la boca y me dijo: "ahora tiene que forrarlo con papel estraza o kraft, y tiene que usar cinta canela, no transparente". Okei, dije, se lo dejo tantito, y atravesé la calle a la papelería que vive de vender lo que estas nacas piden. Volví y de nuevo sobre la mesa alta forré el bulto lo mejor que pude, alzando a cada rato el papelote que se enrollaba y caía cual alfombra roja de Hollywood, mientras clientes iban y venían y me veían con extrañeza. Comencé a atarlo para ser interrumpida de nuevo: "señora, le dijimos con lazo, no con hilo". Yo sólo contaba con el pedacito de raffia con la que el marchantito jr. me había amarrado las cajas pero el policía se compadecío de mí y sacó una madeja hecha de retacitos y me ayudó. También me ofreció un plumón para poner los datos de envío.<br />
<span style="color: red;">Puse</span> mi paquete para ser pesado y timbrado con gran orgullo, pagué y me fui. Al ver mi reloj me di cuenta de que había pasado una hora envolviendo y de que no tengo vocación de paquetera, pero de que una prima querida bien vale una odisea.<br />
<span style="color: red;">Sabiduría</span> de la semana: Hay oficios que parecen muy fáciles hasta que los intentamos.<br />
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<br />Lorenitachulahttp://www.blogger.com/profile/10732419164283027163noreply@blogger.com11tag:blogger.com,1999:blog-3943068509364227676.post-79105194942049798512014-05-21T16:35:00.001-07:002014-05-21T16:35:40.635-07:00Ir, volver, ir, volver.<span style="color: red;">Eso</span> tiene la vida a veces, que una va y vuelve como las estaciones.<br />
<span style="color: red;">Total</span> que me trepé a esta tendencia y me fui. Y volví.<br />
<span style="color: red;">Y vi</span> cosas que mis ojitos no conocían, como las cigüeñas, que a pesar de que me han dejado dos bultitos ya nunca las pude ver con eso de que la anestesian y drogan a una para que no se dé cuenta de nada. Son unos pajarazos que ponen sus nidos en lo alto y que crotorean (¿qué tal la palabrita, eh?) alegremente y levantan el vuelo cuan pesadotas son con sus patotas colgando y sin estamparse con las tantas golondrinas que dan vueltas todo el día a lo tarugo y se acercan a las paredes de piedra casi chocando y haciendo su chillido murcielagoso todo el santo día. No sé cómo con tanto rechinido se podía inspirar Santa Teresa, si hasta llevaba riesgo de que una de estas aves la embistiera en plena cara al salir de la capilla al patio del convento. No logré ver los bebesitos escondidos en los nidos, ya será otra vez. También vi varias fiestas populares de esas que salen en los documentales y que de churro me tocaron, como el inicio de San Isidro.<br />
<span style="color: red;">Si</span> bien dicen que viajar ilustra y además enriquece el alma aunque empobrezca el bolsillo, pero este se puede recuperar. La cintura, si se pierde en algún viaje, como en San Francisco, también se recupera al volver a la normalidad. Cosa de volver a la alimentación habitual y al ejercicio en su forma de trabajo, que da menos hambre que la modalidad paseo. No es lo mismo desayunar y comer en restaurantes, cenar bien cuando en casa uno merienda cualquier cosita, e ir probando las novedades que los aparadores, sobre todo los de las pastelerías y confiterías, ofrecen sin pudor a los viandantes sin preguntar si los pueden digerir.<br />
<span style="color: red;">Y </span>no es lo mismo ver a los hijos en casa que a través de el Skype. Viene a ser, dado el carácter de mis criaturas, como ver el show de los Muppets en versión stand up comedy. Claro que una coopera, que no digan que por andar de paseo una es floja, haciendo muecas y completando la acción verbal. Pero verles de lejos da otro enfoque, como en los toros. Oírles hablar y reír es muy bonito. Y ver la cara de alegría del "pequeño" al mostrarle su pieza entera de queso Cabrales nomás para él no tiene precio. Creo que soñó con él hasta que se lo dimos en propia mano.<br />
<span style="color: red;">Porque</span> viajar nos deja ver lo lindo de otros lugares y conocer un poco sus problemas, para poder renegar de lo que no nos gusta de casa y valorar lo de bueno que tenemos. Nos hace comparar, queramos o no, un país con otro, una población con otra, y si la nuestra sale perdiendo en unas cosas, sale ganando en otras así que todo queda en empate sin necesidad de llegar a penalties. Por eso vuelvo contenta, llena de imágenes, sabores y abrazos.<br />
<span style="color: red;">Por</span> cierto que viene la cosa del futbol. Ya en mi viaje aluciné con varios partidos pero lo del mundial me cuesta trabajo siempre. Lo mejor que una puede hacer es agarrarlo de pretexto para reunirse con amigos y parentela surtida a comer y pegar de gritos muy incivilizadamente:¡ goooooool!, ¡qué brutoooo!, ¡falta! y demás mantras futboleros. <br />
<span style="color: red;">Sabiduría gratuita</span>: Mientras juega la selección habría que estar pendientes de otras cosas, que nuestros gobernantos suelen meternos goles aprovechando la distracción general. Lo bueno es que sólo durará los partidos que son a fuerza, los primeros.<br />
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<br />Lorenitachulahttp://www.blogger.com/profile/10732419164283027163noreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-3943068509364227676.post-52768153656937319222014-03-30T18:53:00.000-07:002014-03-30T18:53:09.439-07:00La lucha <span style="color: red;">La lucha</span> es mucha y no hay peor lucha que Lucha Villa.<br />
<span style="color: red;">Por eso</span> y porque se me dio la gana, vaya, me uní al movimiento No Parquímetros en Coyoacán. Ha sido marchar, hacer valla ante granaderos, desfilar, hacer cadenas humanas, gritar hasta el desgañote, pegar propaganda que la delegación quita (dejando los plásticos y pegotes de publicidad de todo tipo, claro) y repartir volantes hasta la demencia.<br />
<span style="color: red;">Cómo,</span> si no, íbamos a conseguir que mil vecinos se acercaran a emitir su opinión negativa en la consulta de la colonia. Y todo para que el INAH, que es del gobierno desgraciadamente, dé su permiso. Anda, nena -le dice a la delegación- ve y pon tus aparatejos para que acompletes tu gasto, que no te alcanza con el presupuesto más las mordidas. No importa, nena, que en esa zona paguen los prediales más altos de la ciudad, que se jodan, la clase media es para partirla por la mitad. Así se sentirán en París, aunque no ganen en euros; así sacarás mucho más dinero para tus reventones, pero eso sí, haces mutis cuando permita yo barbaridades en la zona.<br />
<span style="color: red;">Y</span> la niña Delegación (si algunas se llaman Purificación y Angustias, bien una niña puede llamarse Delegación) de la manita de su mascota Ratoledo sale corriendo feliz a pintarrajear piedras antiguas y a colocar armatostes en las angostas aceras coloniales para que las personas con silla de ruedas puedan atorarse más. Va feliz dándoles de palos a las gentes que le dicen que si respetara el uso de suelo las calles estarían vacías y haciendo oídos sordos a sus voces.<br />
<span style="color: red;">Esto</span>, aviso, significa guerra. Por si las dudas ya desenterré del clóset toda mi ropa de comando que no usaba hace tiempo y que, para que les de envidia, me queda aún. Me falta el maquillaje camouflage... no importa, Max Factor al rescate. Y cola-loca para las monedas, claro. El GDF es tan rata y tan asqueroso que ahora que sacó un "empadronamiento de mascotas" vocifero que no hay que hacerlo, seguramente quieren cobrar impuestos por cada chucho perico y poblano que tenga una, o poner perrímetros en las aceras para cobrar por sacar al perro de paseo.<br />
<span style="color: red;">Con</span> tanto borlote, juntas, marchas, bloqueos de avenidas, mentadas de madre y de padre, se me juntó el trabajo y voy lento. Tengo que apurarme retiharto que a fines de abril me voy de vacaciones y esa es otra, me falta hacer varias reservaciones y ya me entró el nervio previaje. Y eso que es un viaje en el cual se aplica lo de la tercera es la vencida". Ha sido aplazado dos veces por razones pendejoides.<br />
<span style="color: red;">Y </span>para colmo, espero que el refrigerador aguante. Hace unos ruidos que no sabe una si darle una patada o acariciarlo para que ya no chille, como con los hijos, pues. Por las noches, si se queda abierta la puerta de la cocina, le oigo rechinar y silbar como el robot aquel de la película del Piporro que se enamoró de la rockola. Luego gruñe o medio murmura. Y la lavadora, ya también achacosa, no exprime bien. Siempre van en grupo los aparatos para descomponerse. El otro día mijo el Manolo alias Manny lavaba sus prendas y el refri empezó a hacer el canto de las ballenas. Ya está viejo, le dije. Él alegó que no e hicimos cuentas de cuántos años tiene e insistió. No sabe que los años-aparato doméstico son como los años perro. Claro, los suyos tienen dos años a lo más. No se lo dije para no traumarlo, soy una madraza.<br />
<span style="color: red;">Así </span>las cosas, sigo en mi humilde trinchera defendiendo los derechos de los traductores independientes, de los habitantes de Coyoacán y de los electrodomésticos de la tercera edad. No me canso. Si no me canso de tratar de educar a Chela, para que comprenda que no todos los objetos de este mundo son para romper y que no toda la tierra del planeta es para escarbar, menos de luchar. Mejor pensaré en los caracoles que me comí hoy. Meditaré: caracolesmmmmmmmm caracolesmmmm.... Nada como las técnicas orientales para el stress: el chop suey y el chow mein.<br />
<span style="color: red;">Sabiduría gratis</span>: Tomen el sol antes de que Mancerda et al comiencen a cobrarlo. Lindas las granizadas de primavera de fin de marzo, parecía nevado el paisaje citadino. Lo malo es que pelaron a las pobres jacarandas y su hermoso color quedó como alfombra en el suelo.<br />
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<br />Lorenitachulahttp://www.blogger.com/profile/10732419164283027163noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-3943068509364227676.post-52041219277195939782014-02-24T09:46:00.000-08:002014-02-24T09:46:55.355-08:00No lo vuelvo a hacer<span style="color: red;">Heme aquí, </span>como siempre y como nunca.<br />
Como siempre equilibrando mis varios frentes de batalla con un frenesí digno de Mc. Arthur, ese el de %&$# los japoneses. Hoy me hallo trabajando entre cajas de cartón y de madera, muebles varios, mesitas, mesotas y mesillas; libreros y espejos; guitarras y cojines, mientras la lavadora hace lo suyo y el marido se engorila con tanto entradero y salidero de trabajadores. Es que se me ocurrió que vinieran a lavar la alfombra, que abarca mi pieza, el estudio del esposo y el hall de arriba al que llamo librería porque es muy mamón decirle biblioteca (si la organizo un día tal vez se gane el título). Cambiarla por una nueva me parece muy oneroso económica e histéricamente. He visto la cantidad de basura que sale: el tapete, el bajoalfombra, dos toneladas de tierra, clavos, palos y las nubes de tierra que vuelan, así que entre esa monserga y el dinerote que se requeriría, el cambio, que espera desde hace siete años, seguirá en stand-by. Mientras, me dije, una buena lavada gracias a las artes del hermano de una amiga, que será menos lata y trabajo. Hasta que la realidad me alcanzó: hubo que ir quitando desde el sábado todo lo que ahora está en mi estudio que, menos mal, tiene piso de madera, y hoy por la mañana sacar los cajones de la cama de piedra porque si no no la hubieran podido mover los tres señorcitos que vinieron, encerrar la pobre Sushi Pachita María del Fungli para que no se salga; advertir a los lavadores que no respondo chipote con sangre si Chela se roba y come algo del equipo que dejaron en la entrada de los coches y que ella verá como coloridos juguetes: guantes, botes, trapos y esponjas padrísimas, es demasiada tentación para ella, y estar al pendiente lo que aparentemente llevará cuatro o cinco horas. Menos mal su aspiradora y su lavadora son muy silenciosas, la mía hace un ruido infernal que asusta a la gatita y enerva a los demás. Algo es algo, dijo un calvo...<br />
<span style="color: red;">Y</span> no es que me meta en líos, yo. Cualquiera que lleve una casa sabrá que es normal que acudan trabajadores a hacer arreglos, lo que pasa es que o nunca elijo el momento oportuno o simplemente ese momento no existe. Digamos que elijo un día en que estaré en casa, pensaría que no me dejan hacer nada ahora que podría estar trabajando, pintando o remodelando. Si lo hago un día en que el marido está se pone de los nervios y ya se sabe, un marido histérico no conviene; pero si no está acabo agotada de bajar a abrir a cada rato y estar al pendiente yo sola de todo. Lo ideal sería irme al parque a trabajar y dejar a los señores pero ¿y los perros?, ¿y la gatita? Además están pregunta y pregunta que dónde cogen agua, que dónde la vacían, que dónde iba mi sillón de Niña de Atocha... Total, un problema ético irresoluto.<br />
<span style="color: red;">Y </span>en este momento me acordé de aquel limosnero que pedía un pedazo de pastel y una malteada en lugar del consabido taco porque era su cumpleaños, ya que uno de los limpiadores, el que parece con más autoridad de ellos, me pide refresco. Así: "seño, ¿no tiene refresco que nos regale?". Pues bueno, les doy una botella de Coca-Cola grande y ya empezada que quedó de la fiesta de mis amigas la semana pasada, y unos vasos desechables. El tipo señala una foto de la pared: "¿es usted, seño?". Creo que no habían visto una Miss Sinaloa más que en las noticias. Raro el tipo, son diez grados más allá de Manolín y Shillisnky. Así que ahí andan, limpiando, tomando refresco y conversando que si expulsaron a fulano en el partido del América y si el Toluca ganó. Ahora en el estudio del esposo están viendo los pósters de cine y comentan si han visto tal o cual película de Tin-Tan o de Clavillazo. Santo Dió.<br />
<span style="color: red;">La fiesta</span> de mis amigas resultó de lo más divertida. Hubo comida, platicadotas, rifa, neteadas, apoyos, risas de todos los volúmenes, cantada con la guitarra y les puse la discoteca. Bailamos harto y acabamos a las doce de la noche. El clima ayudó, la luna nos acompañó a las cuarenta y dos que nos reunimos a festejar todo y nada, nada y todo. Eso sí, acabé extenuada con todo y que conté con ayuda previa al evento de mis hijodontes y maridazo y simultánea de Miss Oaxaca, como si me hubiera ido de campamento nacional. Vaya, que necesito entrenarme pero de caminar, no de batallar, para irme de viaje. Otra cosa que creo que no vuelvo a hacer al menos no próximamente.<br />
<span style="color: red;">Así que</span> seguiré mientras aquí chambeando tan mona yo, mientras tomo mi café por el cual he de bajar a la cocina porque la cafetera de acá arriba -comodidades que se quedaron de cuando estaba yo de Frida Kahlo- hubo de desconectarse y moverse, hasta que dé la hora de calentar la comida....<br />
Gajes del oficio, pues'n.<br />
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<br />Lorenitachulahttp://www.blogger.com/profile/10732419164283027163noreply@blogger.com16tag:blogger.com,1999:blog-3943068509364227676.post-5424046669517588452014-02-01T08:41:00.002-08:002014-02-01T08:49:08.660-08:00CATALOGO DE COSAS NECESARIAS PARA EL HOGAR Y SU DESCRIPCIÓN, CON APARTADO ESPECIAL SOBRE LA MANERA DE ADQUIRIRLAS<div class="MsoNormal" style="margin-right: -42.8pt; text-align: left; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: red;">Para</span> formar un hogar se requiere de muchas
cosas, lo primero es conseguir el marido. El marido es una<span style="text-indent: 35.45pt;"> cosa que nos pasamos
toda la vida civilizando, pero al que queremos más cuando se porta como un
bestia. Un buen marido es </span>dificilísimo<span style="text-indent: 35.45pt;"> de conseguir pero, si se encuentra tal
garbanzo de a libra, debe cuidarse y no sobre </span>explotarse<span style="text-indent: 35.45pt;">, a riesgo de perderlo
o matarlo a punta de corajes como suele pasar hasta en las mejores familias.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: -42.8pt; text-align: left; text-indent: 35.45pt;">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: -42.8pt; text-align: left; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: red;">Luego</span>, hay que hacerse de una casa. La casa es
una cosa que queremos cada vez más grande, con más piezas, muebles y jardines,
pero que cuando se nos ocurre limpiarla deseamos ver más pequeña: sin
escaleras, con un sólo baño y cuarenta metros cuadrados de superficie total.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: -42.8pt; text-align: left; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: red;">Vendrán,</span> si Dios nos da licencia (o carné si
vivimos en España), los niños que, por el contrario, son unas cosas que crecen
cuando no queremos que lo hagan, y que, cuando queremos que se porten como
mayores, vuelven al estado fetal para ser doscientos por ciento dependientes.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoBodyText" style="text-align: left; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: red;">Para</span> llenar la casa y hacer la vida diaria agradable y
práctica se necesitan más cosas. Los muebles, por ejemplo, son unos objetos más
o menos grandes que se llenan de otras cosas porque tienen puertitas, gavetas y
entrepaños y que, entre más espacio de almacenamiento tienen más retacamos,
hasta que no nos cabe más y compramos más muebles o una casa más grande.
También llevan más cosas encima: adornillos, polveras, jarrones, fotos,
carpetas y demás parafernalia para sacudir y lavar.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoBodyText" style="text-align: left; text-indent: 35.45pt;">
<span style="background-color: white;"><span style="color: red;">Los</span></span> tapetes y alfombras son unos trapotes gruesos cuya
principal función es guardar polvo para poder aspirarlo después o exacerbar la
alergia del niño para darnos pretexto de negarle el permiso de ir a la fiesta.
Las cortinas tienen igual función pero además sirven para aislarnos del mundo
exterior y salvaguardar nuestra vista de la vecina con su bata capitonada con
finos decorados de yema de huevo y chorizo y sus tubos de plástico de la Casa
Barba, o del guapo vecino que luce su abotagado abdomen mientras se rasca,
cerveza en mano, llevando puestos unos bóxers más aguados que su papada.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoBodyText" style="text-align: left; text-indent: 35.45pt;">
<span style="background-color: white;">Los </span>electrodomésticos no deben faltar en el hogar
feliz: el refrigerador, por ejemplo, es un clóset que enfría la comida para que
podamos darnos el gusto de calentarla para la merienda. El horno de microondas
es un habitáculo en el que no debe meterse gatos ni pajaritos, so pena de
llamarnos nazis, y mucho menos tenis a secar so pena de que se derritan como
los del hijo de mi amiga Lulú. Es mejor usarlo para calentar la merienda
habiéndola sacado del refrigerador. La aspiradora es una especie de escoba
eléctrica que las sirvientas odian y que usamos nosotras los domingos para
limpiar la casa de ramitas de escoba de mijo que dejan regada y pegada en los
tapetes, y las telarañas que no ven debido a una extraña costumbre ancestral
que impide voltear para arriba y no deja ver la mugre de encima del
refrigerador, de la campana de a estufa o las lámparas. Tiene este aparato la
enorme ventaja de hacer ruido tal que no oye una el teléfono cuando llama la
suegra.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoBodyText" style="text-align: left; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: red;"> La </span>licuadora es
un eficientísimo adminículo que hace salsas, sopas, papillas, purés y gazpachos
en menos de lo que canta un gallo; lo malo es cuando la gente cree que la hemos
usado para peinarnos. También hace un ruido capaz de entrenarnos para cuando
volvamos a ir a las discotecas, destripando no solamente tomates y cebollas,
sino también el lema que cuelga de la puerta: “hogar, dulce hogar”<o:p></o:p></div>
<div class="MsoBodyText" style="text-align: left; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: red;">Pero</span> una máquina que indiscutiblemente da muchísimo
servicio es la lavadora. La lavadora es un artefacto al que hay que echar la
ropa para que se paseé luego de que una
ha tallado puños, cuellos y rodillas, que nos rompe la ropa para que tengamos
qué hacer en el costurero y que la jalonea para que tengamos pretexto para
comprarnos más vestimentas. Se trata de una cosa que hay que vigilar
recelosamente o corremos el riesgo de morir ahogadas en una inundación de
lavandería, o aplastadas cuando decide caminar hacia nosotras en cadente pasito
tun tun. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoBodyText" style="text-align: left; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: red;">La ropa</span>, por cierto, es un conjunto de trapos más o
menos coordinados que varía según temporada y que cuando ya no nos queda nos
negamos a tirar en la esperanza de que nos vuelva a entrar y que, si nos queda
guanga, la guardamos por el gusto de ver que se nos cae. De todas maneras no
nos la ponemos toda y le damos vuelta a algunas prendas todo el año. Todo esto
se guarda en el clóset, en que van también los zapatos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: -42.8pt; text-align: left; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: red;">Los zapatos </span>son unas cosas van en los pies y
que parecen cómodas al probárselas en la tienda pero al caminar tres metros en
la calle aprietan y marcan los pies, sacan callos, ampollas y juanetes,
volviéndose instrumentos de tortura que van a parar al clóset junto con la ropa
guanga y la que ya no nos entra, regresando nosotras a nuestras adoradas
chanclas viejas, si no cometimos el sacrilegio de tirarlas. Si son muy altos
sirven como entrenamiento circense y para entorpecernos en caso de persecución;
si son muy bajos nos veremos fodongonas y chaparras; si son blancos harán la
pata lucir más grande y si son blancos y sin tacón nos dan un look de enfermera
que resulta muy profesional.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: -42.8pt; text-align: left; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: red;">Las bolsas</span>, que también van en el clóset, son
unas cosas que compramos con dinero para meterles dinero y que duran más que el
dinero que les metemos. Cuando no tenemos dinero, aún así usamos bolsa para
guardar cosméticos, cigarros, monedero, c<span style="background-color: white;">artera, dulces, klínex, kotex, tampax,
alguna medicina, juguetes de los niños, agenda, teléfono celular, un libro por
si hay que esperar un rato, pluma, lápiz, diúrex, el último CD de nuestro
cantante favorito, tarjetas de presentación, </span>de crédito, débito y más. El
clóset y las bolsas, como se ve, son expandibles.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: -42.8pt; text-align: left; text-indent: 35.45pt;">
<span style="background-color: white;"><span style="color: red;">Los</span> </span>cosméticos son unas pinturas y menjunjes
con poderes mágicos que compramos para vernos más hermosas y más jóvenes pero
que cuando nos las embarramos nos desencantamos y cuando nos las quitamos nos
asustamos; algunas hasta despellejan. Para ir a adquirir todas estas <i><span lang="FR">nécessités</span></i><i><span lang="FR"> </span></i>es buenísimo contar con dinero en abundante cantidad y de preferencia
con un coche.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: -42.8pt; text-align: left; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: red;">El dinero</span> viene en varias presentaciones. La
morralla o sencillo, que hace mucho bulto y resulta pesada, por eso también
están los billetes, representaciones en papel de las monedas. Se usan también
los cheques, en el mismo material, y el pago en plástico, que es indoloro al
momento de comprar pero muy punzante a la hora de pagar. El dinero es un buen
invento porque se puede cambiar por cualquiera de las cosas y servicios
necesarios para el hogar, resultando muy difícil hacer trueque entre ellos: las
tiendas aún no aceptan zapatos usados a cambio de suéteres nuevos ni lavadoras
descacharradas como abono de televisores, amén del problema que representaría
cargar con estos objetos a las tiendas y del descomunal tamaño que los
monederos tendrían. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: -42.8pt; text-align: left; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: red;">El coche </span>es una cosa que nos saca muchas
renegadas igual que un hijo y al que hay que mantener como si fuera un hijo,
con la ventaja de que si nos harta podemos cambiarlo por otro e incluso
quedarnos sin ninguno. Otro punto a favor del coche es que es más fácil hallar
donde dejarlo, aun en las grandes ciudades, que encontrar dónde o con quién
dejar a los niños, sobre todo si de salir de noche se trata. A veces el coche
lo maneja otra persona, lo cual, si no se tiene chofer, nos lleva de vuelta al marido.<o:p></o:p></div>
<br />
<blockquote class="tr_bq">
<div style="text-align: left;">
<span style="color: red;">De</span> manera que el marido es el primer artículo
necesario del hogar.</div>
<span style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"></span><br />
<a name='more'></a><div style="text-align: left;">
</div>
<span style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">
<o:p></o:p></span></blockquote>
Lorenitachulahttp://www.blogger.com/profile/10732419164283027163noreply@blogger.com17tag:blogger.com,1999:blog-3943068509364227676.post-60086361701085470922014-01-14T11:21:00.003-08:002014-01-14T11:21:46.901-08:00Reflexión de enero<div class="MsoNormal" style="margin-right: -42.8pt; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: red;">He</span> ahí a nuestra singular heroína o sea yo, debatiéndose
en una de sus ya conocidísimas batallas. Vela pasar la gente y salúdale con
especial deferencia y atención. Pero ella no ve más allá de sus narices porque
ha decidido, en un desafío anacorético a la humanidad, ver el mundo a través de
ojos entrecerrados, para encontrar la fuente de la eterna inspiración. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoBodyTextIndent" style="text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-size: 12.0pt;"><span style="background-color: white;"><span style="color: red;">Al </span></span>ver la expresión que su rostro adquirió, algunos se
preguntaban si habría contraído peligrosa infección oftálmica; otros si estaba
perdiendo la vista y esto le hacía fruncir la cara. No faltaron los que, algo
más aventurados, olfateaban el aire en busca de alguna pestilencia que la
estuviera forzando a hacer esas extrañas visiones. Pero ella seguía
impertérrita, como su padre le había aconsejado hacía muchos años que actuara
cuando no tenía una idea de lo que estaba haciendo de manera que los demás
pensaran que actuaba con gran sabiduría. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: -42.8pt; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: red;">Trataba</span> a los demás con displicencia, unas
veces como obviándolos y otras sin siquiera verlos, lo que le hizo tropezar en
varias ocasiones con sendos cuerpos humanos que se atravesaron en su bien
trazado camino hacia lo desconocido. Caminaba como esos perros que saben
perfectamente a donde van, y que, si les llama uno, voltean la cara sin dejar
de avanzar rápida y directamente hacia su objetivo. Esto despertaba la más
acuciosa curiosidad en las gentes, que estaban seguras de que sabía a donde
dirigía sus decididos pasos. Así, a varias personas les dio por seguirla hasta
que ella se cansó y, sin darse cuenta de que detrás venía una turba humana,
sentose en la mesilla de un café que ofrecía sus servicios al transeúnte y se
dispuso a observar a su alrededor. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: -42.8pt; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: red;">Volteaba</span> la vista hacia un árbol que estaba enfrente y le miraba como si fuera la única cosa en el mundo entero.
Por varios minutos le observó, entrecerrando los ojos, hasta que el árbol se
convirtió en su vista en una informe masa verde. Algunos de sus seguidores
habíanse esparcido ya, y los pocos que se quedaron por no tener nada qué hacer
seguían mirando el árbol como si de gran maravilla se tratara, codeándose entre
ellos con caras de interrogación. Volteó la apretada vista hacia una
menesterosa mujer que, cargando un infante chamagoso y jiotoso, alargaba la
mano hacia ella con lastimera mirada. Depositó unas monedas que sacó de su
talega en la sucia extremidad y entonces quedose quieta. Una sonrisa extraña
llenó su rostro de emoción, tomando una expresión como de santo iluminado. Pagó
el café, se levantó y, ya sin fruncir los ojos volvió lo andado con parsimonia
y tranquilidad. Entró a su morada sin despedirse de quienes tan atenta y
curiosamente la seguían para dejarles en la acera con un palmo de narices que
tuvo cuidado de no pellizcar con la verja de metal. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: -42.8pt; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: red;">Sentose</span>, aún con la faz que resplandecía de
armonía, para escribir esta gran sabiduría que descubrió arrugando la cara y
viendo el mundo a través de ojos medio cerrados que no aprecian sino lo
superficial. ¡Cómo no Lili, que ve tan mal, había desentrañado tan profundo
misterio de la vida!: <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: -42.8pt; text-indent: 35.45pt;">
“El mundo es, lo miremos como lo miremos,
siempre la misma mierda”<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: -42.8pt; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: red;">Tomó</span> lo escrito y lo analizó, pensó en ello
durante dos minutos con veinticinco segundos, y en una veleidosa decisión le
cogió disgusto. Con pesadumbre, empuñó sus llaves y salió de nuevo al día gris,
frío y húmedo que había afuera. Caminó en otra dirección esta vez, de nuevo con
los ojos que ahora llamó medio abiertos en lugar de medio cerrados en un
esfuerzo por ser optimista, y hubo de esperar unos minutos para atravesar una
calzada que corría por ahí. Vio a través del río de coches que pasaba,
colocando su vista en la acera de enfrente, truco que sirve para no marearse en
las grandes ciudades y que evita muchos sustos al ver las caras tan
antiestéticas de los conductores de los automóviles que raudos circulan.
Recordó con nostalgia al Negro, el perrote que cruzaba las calles viendo hacia
donde iba y sin jamás voltear a ver el tráfico, salvándose muchas veces por
milímetros de morir atropellado por algún desenfrenado carruaje y dando mucho
trabajo a su ángel de la guarda. Entonces dio media vuelta, anduvo, volvió a
entrar a su casa, a sentarse y a escribir:<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: -42.8pt; text-indent: 35.45pt;">
“Si ves los obstáculos, es que has perdido de
vista el objetivo”<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: -42.8pt; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: red;">Este</span> pensamiento, como ya lo había tenido
alguna vez, no le satisfizo por completo y, un tanto cuanto exasperada, dirigió
sus pasos a la vía pública por tercera vez. Encaminose cariaceda hacia el
parque cercano, y sentose en la primera banca que vio para pararse
inmediatamente echando pestes: habíase sentado sobre inmunda plasta de extraña
materia pegajosa que en el acto se aglutinó a su ropa. La desesperación
aumentaba y a ella sumose la indignación de verse entarquinada de tal manera.
Con este estado de ánimo avanzó hacia la siguiente banca y se sentó, no sin
antes haber examinado minuciosamente el asiento. Ahí volvió a hacer el
ejercicio espiritual de entrecerrar los ojos y tratar de ver el mundo a través
del rimel que teñía sus pestañas. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: -42.8pt; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: red;">Volteó </span>acá y allá, siguió con la vista fruncida
a una octogenaria que caminaba hacia la fuentecilla que trataba en
vano de alegrar el día. Como la viejecita caminaba despacio el ejercicio duró
bastante alcanzando a respirar varias veces y a tranquilizarse el espíritu. Un
vendedor de dulces pasó a su lado tratando de tentarla con su mercancía pero
nuestra protagonista en un denodado acto de estoicismo dietético propio de
enero, no volteó a ver las golosinas sino al vendedor, quien
mejor se alejó a rápido paso al interpretar los ojos apretados como una mirada llena de odio.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: -42.8pt; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: red;"> Volviose</span>
ella a sentir desasosegada al ver que nada acudía a su mente, cuando, aun con
los ojos estrujados y que ya daban qué hablar entre las viejas chismosas que
acudían a cuanto rosario y función había en la iglesia del parque y que la
veían veladamente tapándose la cara con el rebozo unas, con la hojita
parroquial otras, reparó en la torre de la pequeña y adusta construcción
colonial. Era una torre sencilla, sin pretensiones, blanqueada a fuerza de
siglos de caliche, y la siguió con la vista apretujada hacia abajo. El blanco
de sus muros contrastaba contra el gris plomizo del cielo que estaba decidido a
estropear el día en cualquier momento con un chaparrón. Más abajo, el techo de
la nave del templo, que recordaba más una ermita que una iglesia, era de rojos
ladrillos. Donde terminaban los ladrillos sobresalían vigas de madera que
sostenían la techumbre quién sabe desde cuando y un poco más abajo había unos
ventanucos con sencillísmos vitrales sin más diseño que el tener unos cuadros
de colores sepia, mostaza y naranja. La puerta del templo, que lleva el poco
pretencioso nombre del Señor del Buen Despacho, ahora cerrada, evitó que su
mirada recorriese el interior, pero sus ojos enjutados tuvieron una extraña
visión estereoscópica y en technicolor en la cual estaba abierta: ella, muy
joven y dando el brazo a su padre, descendía de un automóvil vestida de novia y
entraba por el corto pasillo de la nave. Pensó en su progenitor, en sus
palabras de ese día, en su flamantísimo y mancebo esposo esperándola; se rió
sola para regocijo de las viejas chismosas y embozadas que no dejaban de
mirarla con inquietud, al recordar aquel día soleado de abril.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: -42.8pt; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: red;">Entonces</span> volviose a su casa casi corriendo, con
los ojos abiertos como monigote de caricatura japonesa, dejando a las viejas
persignándose y escribió inmediatamente:<o:p></o:p></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin-right: -42.8pt; text-indent: 35.45pt;">
“La vida es, no importa cómo la miremos, una
sucesión de momentos maravillosos que vale la pena recordar escribiéndolos
antes de que se nos olviden del todo”<span lang="ES"> </span></div>
Lorenitachulahttp://www.blogger.com/profile/10732419164283027163noreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-3943068509364227676.post-74823220081128144932013-12-10T17:01:00.001-08:002013-12-10T17:01:09.763-08:00Las pastillas pegadas y la histeria<span style="color: red;">Y</span> que nos cae diciembre de nuevo. Y digo nos cae y no me cae porque: a) me cae se oye feíto y b) nos cayó a todos, no sólo a mí.<br />
<span style="color: red;">Me agarró</span> en curva. Participé en una expo-venta de cuadros y hube de estar dando vueltas a la Casa de la Cultura donde fue, menos mal, aquí en el pueblo. Cada que iba me sentía como de pinta, porque tenía (y tengo) harto trabajo. Es bueno que lo tenga porque a) me caen unos morlacos para navidad, b) aprendo, sobre todo en este tema, el del capítulo cuatro, que me concierne: "anemia hemolítica autoinmune"; es un poco la vanidad de que hablen de una en los libros, aunque no pongan mi nombre, sé que soy yo, como cuando nos reconocemos en la novela de un amigo/conocido (o enemigo que es peor porque nos pone como el perico) y c) porque tengo pretexto para estar histérica a gusto y no ponerme a hacer la parafernalia navideña. ¿Cómo hacer monerías gastronómicas y compras astronómicas con tanto trabajo? Pero me daré tiempito, cómo no, para hacer las galletitas, comprar el pavodonte... Árbol no pondré, puse unos cuantos monigotes y un micro-belén liliputiense en ocho minutos y medio. Y como no podemos dejar sin visita de Santa Claus a los infantodontes, surtiré sus cartas que constan de juegos variados de vídeo, unos tenis, un brazo para micrófono especial, una mesita de madera donde quepa la computadora grande y los rellenadores de calcetas (stocking stuffers) que sean mi voluntá.<br />
<span style="color: red;">Y </span>es que, ya que vamos de diagnósticos, Diego (hijo al fin y al cabo) dijo que ando histérica por que se me junta en lavado con el planchado (observador el chamaco). Sí, por ejemplo hoy: Miss Oaxaca Jr, Maistro Francisco arreglando el techo, con las consiguientes idas por material, revisiones del estado de la obra, abrir y cerrar portón; clientela humana y canina a comer. Pero parece que es mi estado normal, sólo varía la causa. Me pongo de los nervios si tengo mucha chamba y si no tengo pues también aunque haga adobes, es decir, trabajo del no remunerado. Menos mal que tengo pretextos que si no, me calificarían de loca natural y eso sí que no, lo mío no es natural. Nunca.<br />
<span style="color: red;">Para</span> pintar me hago espacio, pero sólo en el taller, nunca en casa. Hice unos pescados que me quedaron a todo dar, luego se me ocurrió hacer unos pequeños y pegarles en el cuerpo un montón de pastillas, comprimidos y píldoras caducas que ya tiraba el esposo, tan lindas, de colores y formitas, y otras que me regaló una amiga a mi petición. Estoy pintando por encima de las pastillas y el profe me pregunta que cómo llamaré a esos cuadros. Pensé un poco y le dije: "Doctor Salmón". Todo vuelve a la base, a la familia. Qué bonito.<br />
<span style="color: red;">Pero</span> siempre hay cosas sabrosas y relajantes en puerta, o en ventana, según. Comidota de mi cumpleaños con mis compis; otra con la family. De viaje creo que este fin de año no habrá, o al menos no planeado, y no me importa, con lo que me gusta estar en mi casa de barro y chuchos. Mejor me tomo mi ponche o mi chocolatote allá atrás, en la discopulquería, para que el esposo tenga pretexto de encender su estufa-chimenea antigua de fierro. Esa, la que era de su padre. Con esa chimeneíta y un buen libro (y un licorsín) qué me dura el frío.<br />
<span style="color: red;">Y</span> ya que empiece enero, que es como una mañana muy larga en la que no acaba de salir el sol, retomaré una novela que tengo en pedacitos, la pegaré como las píldoras de los pescados.<br />
Sabiduría decembrina (de pilón): denle denle denle no pierdan el tino.Lorenitachulahttp://www.blogger.com/profile/10732419164283027163noreply@blogger.com16tag:blogger.com,1999:blog-3943068509364227676.post-57020013277253402102013-10-27T16:40:00.003-07:002013-10-27T16:40:42.021-07:00Dos meses y Doña Sara<span style="color: red;">Y </span>que de repente voltea una y se le han ido más de dos meses.<br />
<span style="color: red;">De</span> los cuales se pasó una unas semanas metida en un agujero negro, como esos de la astronomía o peor, como los de la ciencia ficción que todo se tragan y no dejan ni respirar ni permiten que entre el más mínimo atisbo de luz. De esos sitios oscuros, densos, de donde se sale a cuenta gotas y sudando, cuando cree uno que salió. Por estar ahí sumida tuve que cancelar mi viaje con la consabida pérdida económica y emocional. Pero aprendí. Como dicen, se sufre pero se aprende y hasta se adelgaza, pregúntenle a mis jeans. Malo que no aprendiera una ni a madrazos. Porque la vida es así: está una muy refeliz contenta y bullanguera pensando que es jauja y de repente !zaz! nos da una patada en el culo y, como no puede esperar una sentadota a que el universo arregle todo como muchos dicen, ponemos manos a la obra y tratamos de arreglar la bronca, salir del lío, ayudar al emproblemado cuando tan cercano es. Nos angustiamos, lloramos dormidas y despiertas, nos mortificamos, no estamos para nada más porque el dolor, cuando es tan grande, sea físico o no, ocupa todo y sí, sufrimos.<br />
<span style="color: red;">Por eso hice</span> el solemne juramento de nunca, bajo ninguna circunstancia, ni bajo presión o tortura volverme a burlar de Sara García. Lo que pasa es que sin conocer sus dolores se cree una que son vaciladas y exageraciones pero no, no.<br />
<span style="color: red;">Entonces</span>, estando en ese estado azotado y sufridor, me puse a hacer mi autorretrato en plan catarsis. Como me había dado de baja en el taller para irme, según, de viaje todo el mes, lo pintaba aquí en mi atelier -ese cuarto mío donde hago, escribo, pinto, coso y desparramo- sola. Me dediqué a emplastar mis famosos embadurrnes y, claro, se quedó a la mitad o a tres cuartos más o menos. Tenía el fondo, el pelo y mi suéter, que pinté en camouflage para que se me reconociera. Tenía la mano que tapa la mitad de la cara y me asomaba al espejo del ropero de mi abuelita para verme, como a metro y medio de mí. Volví al taller a principio de octubre y terminé el retrato de Chicha, que como ya había pintado a la gatita y a Chika me lo reclamaron mis hijodontes. Luego me llevé mi inconcluso retrato y comencé a sufrir. El profe me dio un espejo medianito que tiene para esos menesteres y ahí me tienen viéndome. No es lo mismo verse de volada para que los pelos estén más o menos aplacados y ponerse una rayita y rímel que observarse con detenimiento para copiar los propios rasgos. Como me quedara quieta sosteniendo el espejo en mi mano, el profe me pregunta si necesito algo. Sí profe -le respondo con voz angustiosa- bótox. ¿Algún cirujano plástico en la audiencia? El profesor se ríe, claro, es más vetarrín. En serio, profe, mi cicatriz de la frente, esa que aunque nadie me crea no sólo no me acomplejaba sino que me enorgullecía junto con otras heridas de la guerra (de la guerra que me decidí a sostener cuando era niña y adolescente); esa que llenaba mi madre de crema de concha nácar todas las noches con al esperanza de disminuirla; esa, la que me copió el Harry Potter, se me está perdiendo pero entre las marcas de expresión (lindo eufemismo dermatológico para decir arrugas). Total me deprimí bastante. Por la tarde acudí a un restaurante con mis amigas de la prepa y me divertí mucho, tanto que me desdeprinmí bastante. Luego me encontré un libro de Marcela Guijosa que me iba a servir mucho y lo devoré. Lo había leído cuando salió, pero ahora me venía como anillo al dedo: "Mujeres de cierta edad". Gracias Marcela, hasta estoy pensando invitarla a darnos una plática. Para eso son las sabias, para compartir sus sapiencias con otras mujeres.<br />
<span style="color: red;">Y</span> como sigo sin saber qué me depara el futuro -si lo hay. laboral, pondré mi anuncio en la puerta, como esos de "se aplican inyecciones" o los de "se forran botones" que había en las vecindades de mi vieja colonia Roma Sur: Se hacen autopsias artísticas, se sacan muelas a domicilio, se traduce de oído y de escrito, se resucitan muebles viejos, se pintan murales con motivos originales, se bañan chamacos, se hacen ollas de fabada sobre pedido, se reciclan latas, se educan pericos, se cuecen habas como en todos lados.... A ver si algo me cae.<br />
<span style="color: red;">Sabiduría de los dos meses</span>: Cuando el barco se hunde no son las ratas las que primero huyen.<br />
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<br />Lorenitachulahttp://www.blogger.com/profile/10732419164283027163noreply@blogger.com12tag:blogger.com,1999:blog-3943068509364227676.post-978983649258479602013-08-23T17:58:00.001-07:002013-08-23T17:59:06.868-07:00Puebla y congojas ajenas<span style="color: red;">Pues resulta</span> que una servidora se unió al grupazo de sus amigazas de la preparatoria para ir a Puebla. No es que eligiéramos esa ciudad como destino turístico en especial o por algún interés, sino que tres de ellas, que viven allá y siempre vienen a las fiestuqius aquí a la capital nos invitaron. Pues allá vamos, unas en sus camionetas, otras en sus coches, y yo en el autobús con una patrulla de diez muchachas. Corto se nos hizo el camino por ir cotorreando alegremente y llegando allá comenzó la fiesta desde el momento en que nos recogieron en autobús mágico hasta la despedida. Fue como cuando jóvenes y solteras viajábamos en bola: padrísimo. <span style="color: red;">Hubo </span>de todo: deliciosa nadada, opípara comida, fresca bebida, vacilón, paseo, carcajadas. Regresé al otro día con pila renovada, ánimo en el cielo y ganas de más. No tengo llenadero, como decía mi abue.<br />
<span style="color: red;">Dos</span> días antes de irme me dio un ataque de dolorazo horrible, más o menos como el que tenía a dos meses de mi lesión, y me entró pánico: aparte de no ir, de regresar a tan horrorosa dolencia. El viernes me quedé quieta, quieta haciendo cosas sólo con mi manita derecha y recostado todo lo demás junto a mi gatita que dijo: "vamos a reposar". Me retaqué de medicamentos y de optimismo y me alivié oportunamente. Mis amigas me cuidaron y consintieron mucho, hasta vinieron por mi mochila y mi guitarra para que yo no cargara nada. Con amigas así llega una a la luna.<br />
<span style="color: red;">Y pusimos</span> y quitamos exposición en la casa de la cultura Reyes Heroles en Santa Catarina, Coyoacán. Duró quince días y ¡oh surprise!, acumulé varias ofertas de compra de algunos cuadros, lo cual me halaga bastante, y dicho lo cual seguiré pintarrajeando sobre cuanto medio se me atraviese. Ofrecieron buenas sumas que caen bien para acabalar el estipendio. La obra de mi santa madre fue muy festejada.<br />
<span style="color: red;">Y con</span> tanta cosa deja una las penurias, congojas, cuitas y desaguisados en el pasado por reciente que sea, y se olvida de que la gente caca le quiera embarrar a una de su pestilencia. Bueno, hasta se quitan las ganas de decirles "os lo advertí y vos os entercásteis en llevar a cabo tal disparatada idea", "Os lo avisé pero vuestra necedad es tan grande como vuestra estupidez, ignorante de la vida"; "os previne, pero hacéis oídos sordos a todo lo que escape a vuestra oligofrenia". He dicho (amén). No cargaré con penas ajenas, no me amargaré la vida por consecuencias de actos ideoceos. Olé. Ni siquiera necesito poner océano de por medio pero lo haré, cómo no. Si ya tengo casi todo listo para decir agursito.<br />
<span style="color: red;">Y</span> la Disco-pulquería, que así quedó, lista para recibir a cuanto fiestero se atenga a las consecuencias.<br />
<span style="color: red;">Sabiduría de la quincena</span>: No es verdad que los dentistas les pagamos a los empacadores de frijoles para que coloquen piedrecillas en su producto.<br />
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<br />Lorenitachulahttp://www.blogger.com/profile/10732419164283027163noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-3943068509364227676.post-27549011175848182282013-08-05T17:06:00.002-07:002013-08-05T17:07:17.421-07:00Como andar en bicicleta<span style="color: red;">Fui a la boda.</span> Ir implicó un avión a Monterrey donde me recogió el marido/auriga para dirigirnos a la frontera y de ahí continuar tres horas más al norte. Llegamos ya anocheciendo y con un hambre que nos llevó sin necesidad de brújula a nuestro carnívoro restaurante y steak house favorito. Fue una comilona tal que nos hizo olvidar las penurias del camino y nos pintó una sonrisa de oreja a oreja. Yo dije "this is the best meal ever". Así, entre suspiros de satisfacción (creo que ni Diego eructó), pasamos a recoger unas cosas que tenía yo encargadas y a dormir. Al otro día nos dirigimos al B&B donde se realizaría el evento, que está enclavado en la campiña texana, muy bucólico y rústico. Vinos la fauna que eran dos gatos y algunos bichos entre los cuales no sentí moscos. La ceremonia fue muy distinta a lo que se usa por aquí, tan emotiva y amorosa que me dieron ganas de casarme, deveras. Después la cena, la pool party con tanta gente linda y subir varios niveles de escaleras de madera a nuestro cuarto que era un ático enorme con muebles antiguos. La cama era la auténtica cama de plumas de la abuela, enorme y gorda, con algo de inclinación hacia la cabecera, es decir, favorecedora de hernias hiatales yo creo, porque para esos padecimientos las ponen al revés. Pensé que iba a dormir mal, pero sería el cansancio, sería el cava tan buenito que nos dieron, dormí divinamente. Al otro día nos despedimos tras de pagar más caro que el Hyatt Barcelona.<br />
<span style="color: red;">Y</span> a las dos semanas resulta que a Diego, el más pequeño de mis hijos, le entregaban su Roverato Scout y uno, como progenitor, ha de ir. La cosa fue en Meztitla, el campo escuela scout, y la idea era acampar. Algo de miedo me dio, dado el estado de mi disco vertebral rayado en la cara A, e indagué sobre hoteles en Tepoztlán, el pueblo contiguo. Hay de dos: spas "holítsticos" vegetarianos con temazcales y temezcales, masajes nosequé, como para hippies millonarios y sus señoras new age, carísimos, u hostales jiotosos con baño compartido, así que saqué una tienda de campaña adecuada, sleeping bags, comida, estufeta, en fin: desempolvé mi equipo de acampar. Llegamos tras de comer en Cuernavaca y montamos todo en un santiamén. El esposo/sherpa cargó más que yo, y estaba muy preocupado por mi herniesita, a la cual por cierto después de tanto ya debería poner nombre. Se aceptan sugerencias.<br />
<span style="color: red;">Una vez</span> instalados, nos sentamos al frente de la tienda en sendas sillas plegables de campo (una que es previsora y se procura comodidades) y nos dedicamos toda la tarde al perdido arte de conversar viendo pasar manadas de lobatos. Estábamos como esos viejitos de tierra caliente que sacan las sillas al porche de la casa, muy agusto. La amenaza de lluvia se retiró y hubo sol que resaltaba el verdor de estos veranos lluviosos de por acá. Mientras anochecía empezó el show de las luciérnagas, primero una, dos, tres tímidas por aquí y por allá. Hacía años que no las veía, y al rato eran muchísimas. Estuvimos ahí embobados y nos tomamos una copa (es un decir, un vaso de plástico anaranjado) de vino rosado. Fue el mejor día de la vida. Luego me uniformé y a la ceremonia y comenzó a llover... unas gototas, un aguacero, rayos, truenos. Las antorchas no se apagaron totalmente pero disminuyeron su llama. Nosotros nos escondimos tras de unas rocas ya con nuestras mangas de hule y llegó el susodicho con los ojos vendados guiado por su padrino en este menester. Fue muy emotiva y muy importante. Al final Diego me vio, y cómo no, si medía yo dos metros de orgullo y estaba como decía mi abuelita; ancha de gusto. Los relámpagos los puso Spielberg muy atinadamente porque resaltaban las partes más fuertes de la ceremonia. Al terminar el aguacero arreció convirtiéndose en tormentón típico de Morelos y nos fuimos a hacer un micro brindis (un trago cada uno, una botella de vino para todos). Cuando amainó como a la una y media nos fuimos a nuestra tienda temiendo hallarla inundada pero no; a pesar de que atravesamos el campo convertido en río, estaba seco todo adentro.<br />
<span style="color: red;">Puse</span> mi sleeping encima de un colchón playero inflado y dormí tan mal o tan bien como en cualquier otro sitio. De todas formas diario duermo en la cama de piedra de José Alfredo. Me levanté jirita, sin dolencia alguna, y eso me hizo muy feliz. Fue la mejor mañana e hicimos los mejores huevos con chilorio del mundo y bebimos el café más delicioso. Desmontamos el campamento no dejamos ni una brizna de basura y nos fuimos con todo el hijo a casa donde llegué a lavar ropa (muy) sucia y a guardar cosas. <br />
<span style="color: red;">Acampar</span>, entre otras cosas, es como andar en bicicleta: no se olvida.<br />
<span style="color: red;">Y </span>me he hecho esa idea. ¡Este es el mejor día de la vida. Por ejemplo hoy llevé la camioneta a verificar y fui al Sam's, todo en una hora exactamente. Qué bien me fue.<br />
<span style="color: red;">Y </span> los que me faltan....<br />
<span style="color: red;">Y</span> que ustedes los vean.<br />
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<span style="font-size: large;"><br /></span>Lorenitachulahttp://www.blogger.com/profile/10732419164283027163noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-3943068509364227676.post-91825094483536957472013-07-06T17:59:00.003-07:002013-07-06T17:59:46.672-07:00Bajo el volcán<span style="color: red;">Luchando</span> me encuentro contra las inclemencias de la lluvia y del volcán. Contra esa ceniza, finísima arena como de lija del doble cero que empaniza los coches, cubre los suelos y se mete a los ojos como si quisiera que no viéramos los desmanes que hace por doquier. Lucho contra las siete plagas de Coyoacán, hormigas y delgado incluido. De todo esto tengo que deducir que si no soy una luchadora, por lo menos soy bastante luchona y como siempre digo que no hay peor lucha que Lucha Villa, seguiré.<br />
<span style="color: red;">Trabajar</span> por mi cuenta siempre tuvo sus <i>"pros and cons</i>": puedo hacer mi trabajo "tranquilamente" desde mi hogar lo cual era una gran ventaja cuando los hijos eran pequeños y demandaban tanta atención; pero eran esas mismas demandas las que entorpecían mi labor. Ahora llevo unos meses sin trabajo y mis dudas, como <i>freelancera</i>, son: ¿Estoy entre trabajos? ¿Estoy de vacaciones? ¿Me voy a retirar? Esas son las incertidumbres. lo que sé de cierto es que no tengo Seguro Social, pensión, y demás prestaciones de ley. Menos mal hemos estado previendo algo, no somos tan tarugos.<br />
<span style="color: red;">Mientras</span> mi situación se decide yo, que soy tan mona, hago lo más que puedo. Estoy pintando mis animales, no crean que hallarán al gato en <i>tie-die </i>y al perro en colores psicodélicos tipo Combi, no, hago sus retratos al óleo. Terminé el de Sushi Pachita (gato) y estoy en el de Chika (perro Box Perrier). He estado barnizando ladrillo, puliendo cosas, arreglando -componiendo me gusta más, así decía mi abuelita-, colgando, repellando, adaptando. Una vez mi suegro me regaló la cabecera y piesera de una camita antigua para niño (para o niño antiguo, claro), de fierro con algo de latón y remaches de plomo amoldado. Estaba la pobre hecha garras pero la he limpiado con medio limón y bicarbonato como me enseñó mi papá , lijado, tallado hasta dejarla decente, no sin dejar de pensar que seguramente era cama de orfanato y que tal vez algún chamaco murió en ella de difteria, fiebres intermitentes o sarampión en aquellos tiempos preantibióticos. Mi marido/carpintero le hizo su armazón y con tablas un buen asiento en el que caben dos personas o un gordo. Ya sólo me falta elaborarle un colchón/cojinsote y quedará un trono digno de la Gata Hari o de la mismísima CleoPetra.<br />
<span style="color: red;">También </span>hice un descubrimiento arqueológico aquí en Coyoacán: hallé al dios Popocácatl, que en castellano significa "a cagar a su casa". Tiene relación con el Popcatépetl por aquello de las emisiones.<br />
<span style="color: red;">Y yo</span>, que soy tan dormilona que nunca llegaba a ver el Grito de la Independencia porque era a las once y yo azotaba mucho antes, he estado sufriendo de un insomnio desvelado. El marido ya ronca y va por el segundo sueño de bartiaventuras, y yo sigo leyendo. Ya es tarde -me digo al ver el reloj- y procedo a apagar la luz. ir al baño, y acostarme con mi consabido almohadón entre las rodillas, secuela de mi famosa hernia discal. Y nada. Y nada. Que me dan las mil y ahí sigo dando vueltas. Juro que no pienso en tal o cual preocupación, de hecho me hago trucos de pensamientos monótonos y aburridos para arrullarme, pero me tardo muchísimo. Me levanto temprano. Llevo dos noches tragándome un sirope embijoso que se llama Pasiflorine a ver si así, no quiero entrarle a las píldoras. Me preguntan qué pasa y me acuerdo de aquella tira de Mafalda en que dicen que qué pasaría si estuviera todo aquí y alguien alucina con Los Beatles, Jerry Lewis, el Kremilin... tal vez eso sea lo que tengo, una bola de bronquitas que ya juntas me echan montón, me atosigan o como dicen ahora, me hacen "bullying".<br />
<span style="color: red;">Pero</span> como los kilómetros se hicieron para alejarse, los usaré. Pondré millas y leguas entre esos problemas y yo. Me iré con un señor que a veces me desespera, que tiene un genio de los mil demonios, que es un apresurado y que en el millón de años que tengo con él jamás me ha decepcionado ni un quinto.<br />
<br />Lorenitachulahttp://www.blogger.com/profile/10732419164283027163noreply@blogger.com14tag:blogger.com,1999:blog-3943068509364227676.post-32577645041638334622013-06-03T17:55:00.002-07:002013-06-03T17:55:48.873-07:00Lo cotidiano<span style="color: red;">Se me ha pedido </span>que cuente de mis aventuras en lo cotidiano. No sé qué tanto se apegue a la cotidianidad lo que he estado haciendo estas últimas tres semanas: remodelaciones de casa. Resulta que hasta atrás del terreno había lo que llamábamos la pulquería: un espacio con piso de barro, techo de tejas, de doce y medio por cinco metros, cuarto de trebejos incluido. Ha sido usado, dicho lugar, para fiestas, comidas, paellas, asados y taquizas, ahí fue el festejo de los ochenta añitos de mi mami. Se hacía el taller de autobiografía de Marcela Guijosa; ha sido asiento de pernoctadas de scouts y no scouts, de juegos de rol, de trabajos escolares y, cuando el cielo me dice que es un crimen estar encerrada, se ha convertido en improvisada oficina canpirana. Como da todo al jardín, es parte de él. Pero cuando llueve, si el aire inclina la lluvia, se moja todo y todos; cuando hace frío de todas maneras carga uno platos, vasos y botellas y se mete a la casa y, para ir al baño, había que atravesar el jardín lloviendo o no.<br />
<span style="color: red;">Entonce</span>s nos decidimos a hacer algo que planeábamos desde hace tiempo: cerrarlo con herrería y vidrio de manera que siga siendo parte del jardín pero resguarde personas y cosas de la intemperie y hacer un baño de visitas. Ya está. Ahora estamos pintando paredes y detallando, mi marido/maistro con un aspersor tipo paint-zoom que es su nuevo juguete favorito, yo con brocha y cepillo; barnizando muebles e instalando la estufa de hierro antigua que era de mi suegro (la de mi papá, que también la tengo, quedará de adorno). Menos mal ya no tengo a los herreros, el albañil, el plomero, que ya parecía campamento de la sección 22 de la CNTE.<br />
<span style="color: red;">Como</span> estuvimos encerrados a querer y no, fuimos a la Feria de las Culturas Amigas en la avenida Reforma. En el camino hubo pleito, mi marido/chofer casi choca por esquivar un ciclista que salió de la acera hecho la mocha a la calle y le gritó un improperio. En el siguiente semáforo el ciclista lo alcanzó y le dijo "la $%& es tu &/% madre" y siguió pedaleando despacito. Era un hombre joven, de unos treinta años, alto, fuerte. Sobra decir que mi marido/Kid Louis se bajó y se lo agarró a tortas. Volaron las gafas (del ciclista, no las de mi marido/Mil Máscaras y me di cuenta que con el tipo venía un perrote que salió corriendo con todo y correa. Una vez golpeado el tipo, los vendedores y transeúntes de esa esquina aumentaron su vergüenza con su desaprobación y nos fuimos. Yo creo al ver calva, lentes, canas, se pensó que era un viejillo al cual podía insultar impunemente. Quedan vengados todos los señores calvos y canosos. En Reforma había mucha gente y los stands son pequeños para atender al público así que sólo compré en el de Francia un salchichón (exquisito) y un vino (no le he probado). Para comer íbamos a Polanco a un restaurante pero fuimos a dar al final al Centro Asturiano. Es bueno ir a dónde sabe. uno que comerá perfectamente y donde lo recibe a la entrada la estatua gigante de Don Pelayo que bien podría ser Diego: enorme y con el mismo peinado y las mismas barbas. No se cree, pero es por esto que Don Pelayo me inspira sentimientos maternales.<br />
<span style="color: red;">Y como</span> les recomendé a mis compañeras de la prepa una señora que hace comidas a domicilio, acabé siendo parte de la organización de la pachanga, No me gusta porque siempre queda una como el cohetero. Última vez, palabra (de organizar, porque de ir seguiré yendo; son el grupo más divertido y querido).<br />
<span style="color: red;">De libros</span> dos: Cometas en el cielo y Mil soles espléndidos, ambos de Khaled Hosseini, afgano, prestados por mi prima Lourdes. Soy famosa entre otras tantas cosas por devolver libros prestados, así que no corre riesgos mi prima amada. Recomendables las dos novelas, y se entera una de todo por lo que ha pasado ese pueblo.<br />
<span style="color: red;">Sabiduría de la quincena</span>: Hay bichos malos que sólo se retiran para dar el topetazo, como las cabras, los chivos y algunos humanos. Tener cuidado con esto.<br />
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<br />Lorenitachulahttp://www.blogger.com/profile/10732419164283027163noreply@blogger.com15tag:blogger.com,1999:blog-3943068509364227676.post-13410234808749696792013-05-06T18:21:00.002-07:002013-05-07T08:11:38.249-07:00Guadalajara en un llano<span style="color: red;">Volviendo </span>del taller de pintura paré en el mercado a preguntar por una gatita que tuvo gatitos (raro sería que hubiera tenido periquitos), y mientras hablaba con el dueño de la fonda vi una olla enorme en la que hervían unos pedazos de algo en un caldo colorado de algo y que meneaban con una pala de algo; olía a algo y me dio náuseas. Me despedí rapidísimo y salí a la puerta a coger aire pero tosiendo y tratando de no vomitar (así de delicadita soy a veces, pues). Una viejita limosnerita me hacía señas tocándose el cogote. Cuando acabó mi ataque me dijo que me cuidara, que ella padecía de bronquitis. Platicamos y me contó que cantaba para pedir limosna.Le pregunté qué canciones y nos echamos, cómo no, "Solamente una vez", de Agustín Lara, a dos voces. Sus ojitos verdes estaban re contentos, compartí con ella un dinerín, que yo había cobrado un día antes y hay que compartir. Además ya éramos como las hermanas Águila. Seguí mi camino a casa y vi lo que pensé era un pleito de tórtolas. Pues no, era una rata que atacaba a uno de esos pájaros. Espanté al depredador malvado amenazándolo con grito y patada, que para eso soy cinta negra octavo dan en mambo. Esto para que digan que la vida diaria y rutinosa no tiene aventuras.<br />
<span style="color: red;">El día del trabajo</span>, miércoles, día de marchas pero no de tráfico, me fui otra vez<i> on the road</i>. A media carretera me pregunté y estuve a punto de preguntarle al marido/chofer a dónde íbamos a riesgo de que pensara que, ahora sí, se me había caído el único tornillo que me queda. Vaya si sabía yo a dónde iba, a la ciudad más bonita de Latinoamérica, pero es que iba yo tan metida en el camino que en el fondo no me importaba tanto el destino como el trayecto. Veracruz, Guanajuato, Monterrey, en esos momentos daba casi igual. Entonces pensé que es como la vida misma: lo que me gusta es vivirla; sé perfectamente dónde acaba.<br />
<span style="color: red;">Y llegamos</span>, y nos metimos directo a San Pedro Tlaquepaque (San Pedo Paquepaque, que decía Diego de muy pequeño), y comimos y vimos el futbol en los portales del Parián. Y recorrimos aquellas calles tantas veces andadas y queridas.<br />
<span style="color: red;">Arribamos</span> al hotel y por la noche nos salimos a caminar por Lafayette (sí, ya sé que hace años le cambiaron el nombre a Chapultepec pero no me importa; tampoco me aprendí los números de los Ejes Viales del D.F. y seguiré diciendo Eugenia, Popo y Ángel Urraza). Cuando era chica, en Guadalajara sí nos dejaban a las niñas salir a la calle y era justo por ahí por donde mi hermanita Lili y yo paséabamos. Muchas casonas, convertidas ahora en borracherías, nos recibieron con tapas y cervezas surtidas.<br />
<span style="color: red;">El jueves</span>, como el marido/gerente tenía que trabajar, yo me dí a caminar. Buscaba la casa que fuera de mi tío Fausto entre aquellas mansiones de Colonias, unas en abandono, otras convertidas en oficinas y tiendas elegantes, pero no dí con ella. Salí a Hidalgo y seguí mi marcha. Poco a poco iba atravesando el túnel del tiempo: comencé en la colonia donde vivían mis tíos abuelos y las construcciones se iban haciendo más viejas conforme avanzaba hacia el centro. Me metí a la casa del oftalmólogo que operó a mi hermanita; ahora tienen el consultorio su hija y su nieto. Vi esa casa que tiene fama de embrujada, atravesé la calzada y cuando acordé estaba frente a catedral. Entonces entré a la Iglesia de las Mercedes, donde iba a misa mi bisabuela del mismo nombre que heredó mi mamá. A dos calles entré a San José, templo construido en el terreno donde estuvo la casa donde nació mi bisabuelo Louis, su esposo; atravesé la calle y vi la casa donde murió. Pisé las aceras de cuadritos rojos y blancos. Oí el acento de la gente, bobeé las tiendas, compré algo pero no compré una bolsa porque el de la caja era un chino viejo, o un viejo chino, es igual. Me tomé mi café en las sombrillas como debe ser, me asolee de lo lindo y entré a una librería: Sartre de a veinte pesotes. Volví al hotel cansadísima pero sulibeyada y esperé al marido/patrón para irnos a tomar un Valpolicella con harta comida italiana. En la tarde todavía salí a caminar para mostrarle la casa más bonita del planeta, que está a dos calles del hotel, y el árbol de su esquina me sorprendió: ¡nunca bahía visto un árbol de morcillas! Ahora sé de dónde las sacan, le decía al marido/recolector, que cortó una para mí y era una vaina larga y seca, negra, dura y llena de semillas. Luego en la calle vi un árbol que da conejitos, blancos y peludines.<br />
<span style="color: red;">Regresé </span>el viernes, justo a tiempo para arreglarme e ir a la inauguración de la Exposición del taller de hartas plastas en que participo. Salío rete chula la cosa, lleno total, buen ambiente. Extrañé a mi hermanote pero se fue a una convención a trabajar, a mis BFF una porque se le murió el amigo y la otra porque se fue a Acapulco con su ruco. Me sorprendió la asistencia de gente linda y buena. Los demás que no fueron pipipipipi. Mi marido/mecenas me convidó a elegante cenota con vino, hijos y mi mamá.<br />
<span style="color: red;">Y a mí</span>, entre tantas distracciones que la vida me pone, me importa un rábano que haya gente mala. Me importa un camote que haya gente que carezca de la primera virtud del ser humano decente, que es la gratitud. Esta es la sabiduría de hoy, disfrutar el camino aunque veamos gente gacha por la ventanilla, total, con no abrirles la portezuela....<br />
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