Siempre

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viernes, 4 de diciembre de 2009

Cumpleaños feliz

El mini cooper
La Barbie
Televisión Española
Canal Once T.V.
Y yo.
Somos algunas de las maravillas impresionantes que cumpliremos años juntas. Yo soy más viva que la Barbie, a la que sigo odiando por estar tan buenota y tener tanta ropa; soy más espaciosa y más fuerte que el Mini Cooper; más surtida que TVE; menos cultural que Once TV pero tambipen bastante menos aburrida. Así que lo que nos une no sólo es la fecha de nacimiento sino también las diferencias, porque las diferencias y discrepancias unen más que las similitudes, que llegan a ser aburridas.
No sé qué hacer en este tan significativo aniversario: Marcela me dice que celebre por todo lo alto, que haga ciclo de conferencias, exposiciones, cocteles de honor, cena baile, Te-deum, giras, gran desfile militar, torneo de pesca, novilladas y firmas de autógrafos.
Ya hice una gira por España y salió todo bien, hasta compartí acera en Madrid con Mario (Vargas Llosa, para los que no le hablan de tú) y para fin de mes me voy a otra gira por las chulas fronteras del norte.
Para tanto festejo falta tiempo y tengo una fecha inoportuna: diciembre 16, cuando ya todo mundo está comprometido: unos están anotados en la comida de la empresa, otros en el coctel del club de golf y los más en la posada de la pulquería o de su vecindad. Me lo estoy pensando. Por lo pronto ya agarré un voluntario para una conferencia, solicito más para las películas y otros para la preparación de los brebajes empédicos y los appetizers gourmets. Si alguien se apunta a la novillada pues perfecto, la vaquilla la pongo yo, faltaba más.
Y es que cumplir años es bien padre cuando no lo toma una como que se está haciendo más vieja, cosa que es normalísima y naturalísima per se, sino que vuelve a sentir aquella emoción de cuando era chiquilla y le hace mucha ilusión que la feliciten y que le den su regalito amoroso, ese pequeño detalle, baratito pero dedicado y envuelto, que le recuerda a una que se le quiere.
Un maistro pokemón decía que cuando llega uno a edades provectas hay dos caminos a tomar: el de la amargura y el de la sabiduría. El de la amargura es el del típico ruco que se da de topes y se queja de todo lo que no hizo y se agria todito; el de la sabiduría no significa que seamos como los siete sabios de Grecia, sino que tomemos la vida como al debimos haber tomado siemre, por su día a día, encontrando en ella alegría y cotorreo.
Yo, que soy tan sabia, tomaré ese camino desde hoy.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

LORENA , eres GENIALLLLLL
ME ENCANTA TU BLOG , SOY FAN!
Te acuerdas de Ligia Mendizabal?
del cole, bueno ya anda por aquì .
saludos
Patricia Juárez Montiel

Anónimo dijo...

Oyeme mi Lore no se vale, yo quiero poner una conferencia o algo, o un cuadro en la expo o de perdis bailar un cuplé
Felicidades
pauli