Siempre

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miércoles, 16 de mayo de 2012

Boda y consejos

No voy a dignificar el día de la(s) madre(s) mencionándolo. Ya pasó. He dicho.
La alegría de la vida llegó en forma de boda. Siempre es lindo celebrar inicios, comienzos, uniones. El empezar una vida juntos es símbolo de la renovación de las generaciones. Ya ni le pregunté a mi vástago si se confesó, pero vi que hizo su primera comunión, eso si. La fiesta fue muy alegre, la pareja rete chula, muy feliz; la cena opípara y la luna más grande del año nos saludó el día siguiente en la piscina del hotel comiendo pastel de bodas (yo mucho, por favor).
Cuando uno se casa, los mayores tienden a dar consejos. A mí me dieron surtido rico, como las galletas. Veamos:
Tío Manuel Alcaraz: "Así que has decidido perder tu libertad para ganar un esclavo". Luego añadió, con su eterno humor: "El primer año de casados es difícil, después quisieras no haber nacido". A mí, la verdad, el matrimonio se me ha hecho fácil, no tanto así la vida de casada, como decía Susanita.
Mi abuelita Titita (refiriéndose a las diferencias entre las personas, que dificultan la convivencia: "Toma en cuenta que te casas con un extraño que ni es de la familia". Este consejo no se lo puedo pasar a mi hijo ya que su matrimonio nos hizo re-emparentar con una parte de mi familia que siendo cercana parecía lejana, al menos geográficamente. Y qué bueno, porque redescubrí amorosísimas y bellas personas, y recibí mucha felicidad. Creo que los dos abuelos -mi papá y mi tío Güero- de los flamantes esposos estarían muy contentos.

Y después de tanta alegría, tanto celebrar y sentirse acogido y arropado, viene lo que las abuelas llaman "un desguance", esta vez acompañado de abollamiento ciático y descomposición de la rabadilla superior, justo entre ambos ijares. Pero fue cosa de reposar un poco viendo lo aguaceros de mayo, meterse algunas pildorillas, y seguirle. Además hay cambios en lo laboral y eso como sea distrae mientras prende uno las veladoras y cruza los deditos. Mientras, me declaro pobre de solemnidad y mantengo en espera uno que otro proyecto turístico y adquisitorio.
El siete de mayo cumplí un año de mi ataque de disco hernio-comatoso. Por eso sí que deberían felicitarme, por aguantar y recuperarme y no por las madres esas.
Y parece que fue ayer, como dice Manzanero en sus cursiladas, que fui a aquella fiesta de los ochenta años de Carlos Fuentes invitada por mijo; todavía estaba ahí Monsivais. De sus novelas la que más me ha gustado siempre es Las buenas conciencias, que retrata la mentalidad de las familias del Bajío aunque creo que no se reduce a esa área.
Y la casa con un loro y dos canarios menos, pero como para compensar, dos pájaros carpinteros vienen todos los días a picotear la jacaranda y a saludar. Pachita extraña a los canaritos, con lo que se le antojaban.
AÑADIDO: el nuevo primer ministro de Grecia tiene un nombre que me mató de risa; parece que se lo hubiera puesto yo: ¡¡¡Panajiotes Pikamelo!!! Mira que picarle los jiotes al dirigente de un país tan encrisisado.....

15 comentarios:

Dr. Gastón Froid-Chaud dijo...

Ha cumplido usted con su palabra, doña Lorena. Bien: así se hace. Ahora hemos de gozar por un par de semanas de su bella efigie, no nos la vaya a cambiar por uno de sus tiliches de anticuario, ni por uno de sus mascotas talismán (¿cómo se le puede tomar cariño a un loro?; cuando veo que hablan me producen desasosiego, tal que si un gnomo maligno hubiese anidado en la carcasa de un pájaro, para desde allí adentro sobrecogernos con profecías de mal agüero...).
Digo que luce usted flamígera y hermosa, doña Lore. Me hubiese gustado verle las manos que, presumo, llevaba entrelazadas pero que quedan fuera de encuadre. Y ese es uno de mis gustos por cumplir... Pero antes de nada he de decirle para tranquilidad suya que sé que es usted una mujer de México y que por esos pagos no se estilan las lisonjas dirigidas a las damas casadas o con compromiso, por entender que constituyen osadía o imprudencia temeraria (¡Bang!). Si yo lo hago, sin embargo, es porque soy un profesor en edad provecta, que se está agarrando a las retamas del último talud, antes de caerse en la quebrada. Me mueve sólo el interés antropológico, el estudio de las psicologías, la lectura de los rasgos faciales, de la maraña de unos dedos trenzados, del rictus de unos labios... Por cierto: percibo que el arco circunflejo de los suyos aparece en la foto más distendido, más abierto, pese a que no llega a conformar una elipse equilibrada, mucho menos una medialuna con los cuernos apuntando hacia los ojos. Hay cierta modestia sorpresiva en su pose, un ladeamiento de la figura que busca apoyo, aunque avanza el mentón hacia adelante...
No es usted mujer de joyas, ni de aparatosa indumentaria (aunque se metió una vez en el pellejo de una Frida Kahlo exuberante; pero aquella era Judith, ¿verdad?).
La hacía más morena, aunque es sabido que los pelirrojos tienen una tez característica: quizá luce usted una miriada de bellas pecas.
El Manuel que se desposa tiene una sonrisa anglo (y no lo digo porque en una de las fotos abra la boca tal que si fuese el logo de los Rolling), y se parece mucho a un tal Harold YanKiver (curioso apellido para un yanky) que conocí hace muchos años. Es un muchacho jovial, sin duda.
El coloso de su derecha, su hermano menor (!), aterrorizado de ser tío en ciernes...
Don Manuel senior, apuesto y franco de expresión. Mándemelo un día de estos a consulta: así me dará más claves para conocerla mejor a usted (que es lo que me interesa).
La joven de cutis de porcelana es la reina de la fiesta, of course.

...... pero, dispénseme, doña Lore, que me llaman por dos celulares a la vez y he de dar término a esta perorata.
Le vaticino que le esperan días de esperanza: si perdío un loro halló a una joven garza real.
A disfrutar.

PD.- Y no me hable de la rabadilla superior: ¿acaso tiene usted dos?
Mujeres...

Lorenitachula dijo...

Pues la anatomía post Vesalio nos enseña que la rabadilla se divide en tres: inferior, de la cual forma parte el cóccix; media y superior, que se relaciona con la espalda propiamente dicha y cuyas curvaturas son causa de más de una giba. Las tres partes poseen, a su vez, derecha e izquierda, esto, para poder describir la localización de las lesiones.
Manuel no estaba precisamente cantando Satisfaction, pero podía haberlo hecho, cómo no, con su hermanito.
En efecto, no soy de joyas ni creo que el portarlas haga más bella o menos fea a una mujer; sólo habla de su categoría económica la cual, sinceramente, no me interesa mucho. Prefiero darle otros destinos a mis morlacos cuando los hay. Y me dice que me imaginaba morena... ¿no serán prejuicios estereotipoides de su parte dada mi nacionalidad?
Al señor Menéndez, mi caballero de la piedra oxidada, no le verá pronto en consulta, que anda muy ocupado, ya ve cómo son los maridos.
No use dos celulares que el que acabará en la Casa de la Risa es usted.
Provecho

Ada dijo...

¡Qué guapa, Lore! Y eso que la foto es pequeñita, y no te puedo ver bien; seguro que más grande lucirías aún más linda. Me encantó el aliño indumentario: negro, sencillo y sin joyerío. Donde lo importante sigue siendo la persona, que diría Mafalda (por tu alusión a mi admirado Quino). Debo confesar que el negro es color dominante en mi ropero (¡es tan elegante, tan fácil de combinar... y hace tan esbelta!). Tampoco soy de joyas, aunque me gusta la bisutería sencilla, con diseños peculiares.
Me alegra mucho que lo hayáis pasado tan bien; se nota lo felices que os sentís todos, desde tus hermosos (en todos los sentidos, ¡impresionante altura!) "hijuelos", el distinguido padre (¡¡¡más alto todavía!!!), y la bellísima y atractiva mamá, que más bien parece la hermana (yo, por el hecho de ser mujer, puedo piropear libremente, sin que peligre mi integridad física). ¡Ah! Y la novia, monísima y resplandeciente, aunque me pareció advertir en su rostro un apenas perceptible gesto de inquietud. ¿Habrá entrado alguna vez en tu blog, Lorenitachula?
¿Padecerá ornitofobia, quizá? (¡querido Dr. Froid, quién lo dijera...!).
También lamento, cómo no, tu afortunadamente breve "momento rabadilla", Lore. ¡Qué bueno que eres una superwoman, y te recuperaste en un abrir y cerrar de pestañazas!
Ahora estoy leyendo "Sostiene Pereira", de Tabucchi. Es la segunda vez que lo empiezo, y la primera que lo continúo; una vez superada la impresión de pesadez que me produjo, en un principio, la reiteración del verbo "sostener", resulta que me enganchó. Es conveniente seguir las recomendaciones de los sabios. ¿Y vosotros, en qué andáis, carissimos?
¡Besazos para todos!

Anónimo dijo...

Ada Madrina nupcial, qué gustazo saber de ti.
La novia es rete chula, tal vez con tu sexto sentido hayas captado que se vino a vivir ahora casada a la capital del país, la ciudad de México, cosa que por muy lunamielera que venga, es para asustar, ella viene de una ciudad chica del norte, que ya dije también existe.
Traía el collar que me dio mi Tía Márgara, lindo, fino y discreto, pequeño, elegante.
Acabo de leer por tercera vez (creo) La familia vino del norte, de Silvia Molina. la protagonista cuenta la historia de su abuelo, que es similar a la del mío, en muchas cosas parece copiada, en otras no. Ahora que acomode (siempre digo eso) mis libreros, hallaré Aura, espero. No he ido a la librería de viejo, a ver si mañana, con eso de que no tienen ni horario fijo.
Besos al por mayor
Lore

Fred troyano y albalongo dijo...

¿Y qué me dices, doña Lore, de un antepasado mío que, con diecisiete años, se clavó una daga en el costado y murió?
Sé que era de la guardia del divino Eneas, que huía de Ilión incinerada. Sé que lavaron su cadáver en un ribazo del Escamandro. Sé que se llamaba Aetos y que su dulce amiga, Euterpe, pereció sepultada bajo un montón de escombros del paño occidental de la muralla.
¿Acaso no era un antepasado mío, el noble Aetos? ¿No murió en la flor sin dejar hijos que fundaran Alba Longa?
Conservo la cartilla militar del buen troyano; es apenas un jirón de piel de oveja renegrido, que se me deshace entre los dedos. Se habla allí del arrojo de un joven lanzador de jabalina...
Y es el pariente que más quiero.

Léalo sólo Fred Shütze, bitte). dijo...

¡Ay, Fred, Fred, Fred...! Qué poco le cunde el tiempo que me digno dedicarle las tardes del Café Voltaire... Es una pura incongruencia esto que acaba de colgar en este blog mexicano: ¿a qué viene este presuntuoso escarceo con la lírica-épica?, ¿a quién le interesan los juegos florales al bronce troyano? Mire que doña Lorena Salmónides manifestó bien clarito que le traían al pairo las melopeas románticas y que la poesía era disciplina ajena a sus inquietudes intelectuales: que para ambas lucía la coraza de un erizo (más o menos dixit).
Lo propio podría decirle referido a doña Ada (¿o se escribe con H?), cuyo pragmatismo le hacer quedar a usted como una enfermiza flor de invernadero. ¿No ve que este es un blog desenfadado y amigo de la frivolité? No se me ponga, pues, trascendente o afecte una solemnidad impropia: sea más viril, leñe (auhgentüner en mi dialecto), déjese de hacer el perrillo faldero.
Y ajuste mejor el lenguaje (¿y se lo ha de decir este suizo?): dificilmente el jovencito troyano que menciona hubo de ser un "antepasado" suyo, dado que usted mismo manifiesta que murió sin dejar descendencia; así no hay "antepasado" que valga; querrá decir usted un pariente suyo remoto o una rama cortada se su linaje (por muy ilustre que sea, lo que me consta).
Y hablando de ancestros, le hago saber que ya obra en mi poder el informe que le prometí sobre el DNA mitocondrial. Se lo mostraré mañana en el Café Voltaire.

PD:_ Me dicen que Charrasqueado ha pasado una noche en comisaría; al parecer se peleó con un aposentado de Sinaloa por un no sé qué de una moza tapatía. Fíese de los flematicos.

Auf wiedersehen.

Lorenitachula dijo...

Me apunto al cotilleo porque sé de buena fuente que el Charrasqueado ha pasado una noche en comisaría;pero no por haberse peleado con el sinaloense de la canción sino porque mató dos chinos de los que trabajan en la vía férrea Altata-Culiacán. Creyóse que era el mismo y que estaba viendo doble por efectos de la borrachera.
El antepasado adoptivo es válido, según las leyes de la herencia no-biológica de Goyito Mendeleyev, primo octavo por las mismas reglas del Mendel. Así que si mi tía Márgara me dio un collar y una estatura, bien puede haber heredado de él algún gen de los llamados adquiridos (de estraperlo).
La herencia es caprichosa, fijaros, si mi abuelo no hubiera estado encerrado en su casa por tantos meses cuando Obregón mandó matar a Serrano, no hubiera nacido mi papá porque él ya no vivía con la abuela; sólo regresó a esconderse y no salió sino hasta que asesinaron al mismísimo General Obregón. Entonces, ¿quién sería yo?
Meditándolo
Lore

Mendel (Guisantes al por menor) dijo...

Si hubiese sido el caso que su abuelo resultara que era filatélico pos que hubiese matado el tiempo resobando sus estampillas en el zulo, a la luz de un quinqué de queroseno, mientras arriba los milicos abrían a culatazos los arcones de la ropa, forzaban las cerraduras de las alacenas y metían la bayoneta hasta la boca del cañón en los sacos de frijoles.
Pero no: y las reconciliaciones están servidas a poco que uno se esfuerce...
Lo mismo le digo si un militar gallego y matachín, acomplejado por sus baja tasa de testosterona, no se hubiera despertado un mal día con ganas de hacérselo pagar al viril pueblo español. Pos acontecería que su señor padre político (pequeñito y delicado lo imagino) no hubiese cruzado el Atlántico para acogerse a la cárdena y hospitalaria tierra azteca. Y usted, doña Lore, no hubiera hecho eclosión. Y -por lo mismo- no estaría hoy este clérigo platicando con usted, para alegrarle la oreja diciéndole lo rechula que luce en la foto de aquí arriba..., aunque sea poco propio que un cura diga esto, que mejor me dedicaba a destripar las vainas de mis guisantes y me dejaba de otras vainas que me angostan la sotana.

Wort Gottes...

Mendel (2) dijo...

He tenido un lapsus froid-chaudiano: claro que hubiese eclosianado usted; pero lo que hubiese acontecido si su papá político no hubiese arribado a esas costas, probablemente hubiese supuesto que, esta tarde en que le escribo (hora de España), el que le estaría echando un ojo a las preteridas estampillas sería un servidor: usted se ocuparía en contarle los empastes a un fiambre zapoteca, antes de pasar a recoger a su nietecita mulata en la guardería municipal.
Cosas más raras se han visto, ¿no, Lore?

Anónimo dijo...

Hubiese (one more time.

Anónimo dijo...

Más raras y más gachas, en efecto, se han visto. Yo este fin de semana me ausenté de mis lares para acudir a San Rafael, Veracuz, y pasar el tiempo entre el calorón, la humedad, los platanares y las acamayas (no guaamayas). Pasé a saludar a Monsieur Coutourier, a M. Cagnant, ambos parientes lejanos de mi santa madrecita, a sus haciendas. Ellos vinieron de otras tierras y por otas razones, pero también se quedaron, mire usté, a cultivar las vacotas y fabricar los quesotes.
Mi padre político era pequeño,sí, de 1.83 o algo así, más bajo que mi padre, pero con más peso: mientras que el mío era flaquito, este era un fortachón de muchas arrobas de piedra. Guapo y querido como el que más. Si no hubiese venido a estas tieras, me hubiera casado con Tom Selleck.
A los zapotecas y demás oaxaqueños siempre les ha gustado lo barroco, churrigueresco y rococó, por ello prefieren que se les hagan marcos de oro en sus dientes anteriores, como signo de pudencia económica, y los colegas de por allá siguen haciéndolos como en 1920, al público lo que pida.
cariños surtidos. Lorena

Cosas de F. sindicalista, o Primo Levi y la pelirroja dijo...

Primo Levy había levantado con cuatro tablas un precario chiringo en el que pensaba colgar con pinzas las revistas sindicales y los pasquines militantes. Sabía que los highlanders de Brigadoon eran duros de pelar y que recelaban de los forasteros.
Cuando comenzaron a definirse entre la niebla los primeros rústicos, se le alegró el corazón -era un joven entusiasta- y comenzó a repartir entre ellos la propaganda. La mayoría aceptaba los papeles con desgana y algunos con hostil antipatía.
Se volvieron a difuminar entre la borrina, de regreso a casa.
Y entonces surgió del mar de algodón Fiona Campbell: piernas larguísimas, talle de centeno, cabello rojo como el brezo...
Demoró una mirada acariciadora en el rostro de Primo, tomó un puñado de folletos y, cuando partía..., el joven la tomó de la mano, entrelazó sus brazos con los de ella, se adosó hombro con hombro... Y ambos, lentamente, como suspendidos en el aire, comenzaron a levantar la pierna exterior -según se mira una pareja que permanece amartelada-, las pantorrillas tersas, el empeine en la máxima extensión, con los dedos de los pies (toes) apuntando oblicuamente a la copa de los abedules presentidos, que no vistos.
Fueron describiendo círculos cada vez menores hasta posar los pies en el suelo de tierra apisonada... Fionna se desprendió de las manos de Primo y, como una gacela que trisca y que pareciera que queda suspendida en el aire cuando se eleva hacia el cielo, se fue alejando de punteras hacia el puentecillo. Allí se quedó inmóvil, con las manos apoyadas en el pretil, la mirada absorta en las agua del riachuelo, que parecían estancadas.
Y entonces Primo gira vertiginoso sobre la punta de los pies, y va replegándose sobre sí hasta que casi toca el suelo con las posaderas. Inicia un molinete ascendente y se desplaza luego hacia la joven en cabriolas y trenzados altísimos..., hasta ponerle las manos en la cabellera flamígera...
Pero fue entonces cuando empezó a oírse un rumor de pasos atropellados sobre la grava, y la cacofonía de un habla áspera y airada los sobrecogió.
Cuando emergieron de la niebla, armados de palos de abedul y de cinchas de cuero claveteadas, se desplegaron en un arco amenazador en torno al amedrentado sindicalista (Fiona Campbell había puesto tierra de por medio).
Y comenzaron a lloverle los palos, los zurriagazos y las patadas de los toscos zuecos montañeses. Un remolino de kilts -poco aseados- le envolvía, como los capotes de los peones a un toro de lidia estoqueado. Logró rodar hasta el talud del río y se dejó caer al agua. Corrió como un gamo, aguas abajo.
Iba dejando a sus espaldas las brutales imprecaciones de los highlanders:
-¿Qué se te perdió en Brigadoon, gandul? A levantarnos las mozas, claro...
-¡Puto sindicalista de mierda! ¡A qué vienes a revolver aquí, ¿eh?
-Eso, ¿por qué nos viene a ofender con que si no nos tenemos que conformar con la escudilla de nabos y la grasa de cerdo? Que somos pobres pero decentes, y no queremos liantes que vengan a perturbar la paz de Brigadoon...
Hasta que toda la turbamulta se fue diluyendo en la niebla espesísima y Primo pudo descansar al pie de un roble centenario (Quercus robur).

Curado de las magulladuras, Primo Levi se dio de baja en el sindicato. Hoy vende biblias por los mercados.
"Maldito pueblo sumergido...", se le escucha murmurar cuando algo le contraría. Que son muchas cosas.

Anónimo dijo...

Triste historia, pero no única. Suele vérseles vendiendo alfileres por los pueblos y tunas por las aceras donde las hay. Un día, de esos en que la neblina no deja ver más allá de un palmo y que hace que choque uno con los demás transeúntes, no sé si sería Primo Levy o no, pero tiróme del cabello al pasar y cuando volteé ya no estaba, habiáse perdido entre la niebla otra vez. Se me quedó en la nariz el olor de la hierba que vendía: pápalo.
Por eso me da grima ir a los pueblos montañeses, donde las cimas sólo se ven un ratito y donde no se ve a veces dónde termina la empinada calle.
Lorena

Fred dijo...

La tristísima historia me manó después de haber visionado por enésima el film "Brigadoon" (Vicente Minnelli, 1954), secuela del musical de Broadway homónimo. Trata de una aldea escocesa presa de un sortilegio que mantiene a los habitantes dormidos por espacios de cien años, transcurridos los cuales despiertan por dos únicos días, para luego dormir por otro siglo más... Tommy (Gene Kelly) y su amigo ( no recuerdo el nombre del personaje que interpreta Van Johnson), son dos turistas norteamericanos que han viajado a Escocia de vacaciones y, casualmente, se dan de bruces con Brigadoon en uno de los despertares -por dos días- de la aldea.
Magnífico números de baile y atmósfera de hechizo: la legendaria Factoría de Sueños en todo su esplendor...
Casualmente, acababa de leer el escueto pero emotivo poema de Primo Levy "No es mi culpa":

"Retrocede, déjame solo, pueblo sumergido,
vete. No he desposeído a nadie.
No he usurpado el pan de nadie.
Nadie murió en mi lugar. Nadie.
Vuelve a tu bruma.
No es mi culpa si vivo y respiro,
como, bebo, duermo y me cubro de ropas."

Primo Levy sobrevivió al Holocausto nazi; hay quienes piensan que este poema trata de exorcizar un sentimiento de culpabilidad que le amargaba la vida: como si hubiese de pedir perdón a sus hermanos judíos por haber sobrevivido. Un alma grande, sin duda.
La conjunción de ambas excelencias -una buena producción musical y un destello diamantino de humanidad- me han llevado a pergeñar esa historieta que, no estará a la altura de aquellos , pero sí lo está a la mía.
Beso (sin dispersar en esta ocasión).

F. dijo...

Me faltó explicar que los rifirrafes sindicales y las movidas sociales (esto se está poniendo pero que muy feo), fueron el otro determinante del cuento.