Siempre

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jueves, 9 de febrero de 2012

El pollero atómico

Ayer salí a varias diligencias de trabajo y al café a ahorrarme el psiquiatra con Tere, y de regreso pasé a la Comercial. Era tarde, jamás voy a esas horas al súper, y la tienda estaba de bote en bote por ser su miércoles de plaza. había gente esperando carrito y yo di media vuelta y me fui. ¿A dónde iré que no haya tanta gente? -me preguntaba- WalMart debe estar igual. Decidí ir al mugre Soriana al que nadie va por naco y hediondo y que mal que bien me quedaba de pasada al volver a mi pueblo. Pues resulta que me fue bien, estaba vacío de viejas y compré algo que hace mil años no veía y que a mi papá le gustaba mucho: unos pescaditos con piquito llamados pajaritos que se fríen como boquerones.
Había oferta de pollos enteros y, como en esta casa de chuchos, loros y gatos hay clientes para todo, mollejas y patas incluidas, pedí uno. El amable joven autóctono que los despachaba lo pesó, me preguntó si lo quería en piezas y le dije que sí. Comenzó por despegar la piel en la parte alta de la pechuga y de ahí se siguió sacando todo el pellejo entero, hasta las piernas donde iban las patitas, como si de un mameluco se tratara, de una sola pieza. Yo, sorprendida ante tal destreza quirúrgica que no veía desde que estaba en el Servicio Fornse, le alabé su técnica y deseé haber tenido mi cámara para filmar el acto. Dudo que los sacerdotes aztecas desollaran a sus víctimas-lunch con tal habilidad. Con mis alabanzas el muchacho se voló y partió el pollo con presunción y haciendo alarde de su manejo de la tijera pollera. He de reconocerlo, me apantalló.
Mi marido pela las truchas así, pero una trucha es un bicho más parejo, no tiene tantas irregularidades en su anatomía como un pollo gordo, y así se lo dije cuando le conté y como no quiso ser menos me mencionó que él despelleja esos peces como quien quita un calcetín. Sí, pero no es lo mismo calcetín que mameluco, si no, preguntar a las que tejen ropita para sus nietos.
Y decidí pensar, en mis ratos libres, en cosas como la morfología del pavo y del solomillo en lugar de sumar y restar dinero (más lo segundo que lo primero), que lo único que saco es insomnio y cefaleas surtidas además de tener pesadillas en las cuales la señorita del banco se va con el notario de luna de miel a mis expensas y se ríen de mí.
Y la pobre Pachita-Sushi, que maúlla por toda la casa lastimeramente llamando a Silvestre, a Don Gato, a Tom, a Cucho o a Demóstenes. De plano meto a Chika a jugar con ella un rato para que se distraiga de su ninfomanía juvenil, apenas tiene siete meses. Corren escalera abajo, escalera arriba en un alterne perro-gato-gato-perro que da gusto, hasta que Chika encuentra la comida de Pachita-Sushi y se la traga. Ella no se enoja, es muy generosa, no como Chicha que no sólo no convida sino que gruñe, y se quiere comer a la gatita porque para ella todo animal es rata hasta que no demuestre lo contrario.
Y gracias a San Cochado me mandaron trabajo y así me salvé de caer en las baratas de enero para no morir. Además tuve que estar saliendo y ojos que no ven, corazón que no siente. Se salvó mi bolsillo y mi conciencia, que se ha de arrepentir una de gastar en tarugadas y nimiedades sólo porque están rebajadas. Y luego que ponen pura ropa de invierno que en un mes va al fondo del ropero.
Y gracias a Santa María la Ribera algo de razón parece entrar por la ventana, espero.
Sabiduría de la quincena: Todo cae por su propio peso, hasta la caca.
Seguiremos al pie del cañón. Yo creo que nací en un nido pero de ametralladoras.




7 comentarios:

sirpe dijo...

y yo que pensaba que los pollos salían en aquellas bandejitas directamente... :D

Lorenitachula dijo...

Sirpe, cosas de la modernidad. Pa que veas, y si retrocedes en el tiempo de vida/muerte pollesca, verás la muerte del pollo.... digno título para una novela.
Besos
Lore

Anónimo dijo...

Esa Celia es de tiempos del teatro Principal, de tiempos de María Conesa. Si han visto alguna flaca calaca de las de ahora la tiran a la basura!!!! (ahora también pero ellas creen que se ven bien con sus huesos de fuera ajajjaj)
A mí me gusta el pollo al limón y a la mostaza, bueno creo que hasta los rostizados de la panadería de Coyoacán!!!! Mi mamá hacía un pollo en el horno que le quedaba muy bien, como dulzón, creo que le ponía duraznos o manzana, ahora ya no hace nada, con eso de que se volvió loca.
Pau

Ada Madrina dijo...

Lore, ¡qué bonita foto! Me recuerda una de mi abuelita, muy joven, con su peinado años 20, vestido talle bajo, tres largas vueltas de perlas al cuello, tacón de carrete... y aquella elegancia innata que la acompañó, tanto física como moralmente, a lo largo de su existencia. Ni siquiera los siete meses en coma lograron arrebatarle su dignidad, y se fue una noche de agosto, calladamente, tal y como hacía ella todo. Era la mujer más bondadosa y afable que conocí en mi vida; todavía recuerdo su risa. Y su sombrerito negro de piel, que sujetaba con un alfiler de perla.
A mí me enseñó mi mamá a partir el pollo en casa, aprovechando las articulaciones, pues los carniceros tienen la mala costumbre de atizarles machetazos a diestra y siniestra, hasta convertirlos en un amasijo de carne, piel y huesos. Me encanta acompañado de manzana frita en mantequilla y azúcar moreno, ¡mmmmm! ¡Delicioso! Y fácil, Pau, incluso para las que no tenemos ganas de cocinar.
Besinos.

Lorenitachula dijo...

Ada madrina, ganas de cocinar a veces dan, pero como decía mi abuela, no es lo mismo cocinar un huevo que cocinar a huevo.Yo al pollo recurro poco, que el marido no es muy afecto a él.
Mi papá algunos años le dio por deshuesar el pavo navideño antes de hornearlo, era toda una faena quirúrgica y quedaba el bicho algo informe pues perdía el apoyo de su esqueleto, pero toda la carne hasta la de las piernas quedaba jugosa y exquisita, que ni qué. La cocina es,pues, en mi casa, quirófano.

Lola Dark Spiegel dijo...

Venga cuando lo desee a Palm Beach, querida; tráigase a Baldomero.
Beberemos daikiri tumbadas en la hamaca, a la sombra de las palmeras de mi calita privada. Tengo cosas que contarle. Creo que vuelvo a florecer...
Amo.
I'm waiting for you.

Lorenitachula dijo...

Qué gusto, Lola, saber de usted. Llevaría a Baldomero, sí, pero me le han negado la visa americana, ya ve usted cómo se las gastan los gringos.
Pero con o sin mayordomo, caeré por esas sus costas floridenses a por el daikiri que amablemente me ofrece, y cotillaremos, faltaba más, que pa eso estamos.
Flroezca, querida, gánele a la primavera.
beso