Siempre

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jueves, 11 de junio de 2009

Moscos y encuentros

Siempre he preferido el calor al frío, como la pepsi a la coca o una mentada de mi mejor amiga a un piropo hipócrita de una falsaria Salomé.
Pero todo tiene un límite, menos la estupidez, claro está, y anoche abrí todas las ventanas de mi cuarto para que entrara el fresquito. De ese nada sentí, pero se metió el aroma del Huele de Noche, que hacía evocar noches tropicales junto al mar así como de Ipacaraí. Al ver la ventana abierta, una docena de moscos se introdujo, sin permiso, a mi casa y se dedicó a molestar.
Ya se sabe que los moscos son los animales más molestos y más inteligentes del planeta Tierra: llegan a picar justo en la vena, con mejor tino que muchas enfermeras que me han espoleado para esxtraer mi preciada sangrecita. Otra muestra de su inteligencia es su enorme capacidad para esconderse: se colocan sobre algo oscuro para no ser vistos, se esconden en los pliegues de la cortina. En cuanto enciende uno la luz parece que han desaparecido, cuando un segundo antes zumbaban jubilosos en nuestra oreja.
Total me puse repelente en los hombros y cerca de las orejas para poder dormir, pero dieron cuenta de mis piernas que el calor aventó fuera de la sábana.
O sea que no se puede todo. Ya por la mañana me armé de flit y maté dos o tres, pero estoy segura que aún los hay, escondidos y listos para vamiprearme en cuanto apague la luz. Los odio.

FE. Le tengo retiharta fe a mi nueva producción terminada. Cuatro opiniones de gente que sabe y que suele ser tirana en sus juicios me la refuerza.
ESPERANZA. En que las cosas vayan a mejor en todo. En que mi Capulín no se atore. Que mi producción salga adelante.
CARIDAD. )¡Qué feo nombre para una muchacha! Como de monja antigua) Por caridad, manden trabajo, OK, pero con cheque incluido.

ENCUENTRO: Me encontré enfrente de la Comercial al mismísimo Diego, en otra colonia. Sabía yo que iba al Burguer, a empacarse algo hipercalórico. Él con sus cuates y yo con mi best friend.
MORALEJA: No se porten mal, que me los encontraré. Y si no yo, alguien que raje.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

yo creia que era calor de hogar! ke pocaaaaaaaa
Pau

Manuel Menéndez dijo...

A mi no me pican los moscos. Tal vez sea porque duermo poco y, cuando ya estoy en los brazos de morfeo, estoy muy cansado para notarlos

Unknown dijo...

Odio los moscos, me hacen mucho daño!