Siempre

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domingo, 28 de septiembre de 2014

Naturaleza salvaje

La naturaleza, dicen, es sabia como yo. Pero a veces se azota.
Hace nueve días cayó en esta casa de flores y chuchos una granizada tipo bombardeo nazi que dejó el jardín hecho jirones. No avisó con lluvia sino que comenzó en seco, como las malas noticias, haciendo un ruidazo tal en los domos que la gatita y yo nos asustamos bastante. Yo corrí a preguntarle a Diego si había pedido "granos", porque desde muy pequeño demostró sus poderes al decir "ojalá caigan granos (granizo en lengua bebé)" y se dejaron caer al instante tantas canicas de hielo como esta vez. Me dijo que no y bajamos a la cocina para meter a las perras. La mensa de Chela estaba debajo del emparrado y yo le llamaba para que viniera pero le daba miedo. Al fin acudió a mis llamados angustiosos indignada bajo el apedreo y cerrando los ojos a cada golpe. Duró mucho rato y todo quedó blanco y encharcado. Salimos a comenzar el recuento de los daños y nos dimos cuenta de que el emparrado se había caído. Por poco le cae encima a la pobre Chela.
Al día siguiente fue descubrir que los rosales, el olivo, los aguacates, la higuera, estaban rasurados. Los tomates despachurrados, las ramitas tronchadas y las bolas amoratadas, golpeadas y abolladas. Lástima, les faltaba poco para madurar. Las flores aplastadas salvo los alcatraces que aún no abrían; la citronella cacariza, perforada como la Nochebuena; el huele de noche hecho papilla; los helechos ralos. El naranjo, el aguacate, el limón y los lichis aguantaron mejor, pero a las diez de la mañana aún había hielo entero. Llevo varios días sacando hojarasca y ramas gigantes del Gran brócoli y del Brocolilón que son los fresnos centenarios; las más secas irán a la estufa de hierro para el invierno de la pulquería. Me ayuda el señor esposo, porque en Oaxaca hubo un desmadre, o sea que a Miss Oaxaca y a la Sustituta (es que da susto, la pobre) se les enfermaron las progenitoras. Estoy segura que ha de haber alguna festividad zapoteca por aquellos lares, pero en fin.
Y agarré un resfrío gacho por salir a pisar el suelo congelado en chanclas. Ya se sabe que existe una extraña conexión entre los pies y la garganta, así es la anatomía humana de rara, Me dio dolor fantasma: me dolía justo donde me amputaron las amígdalas cuando tenía catorce años.
Pero resfriada y todo fui a la presentación del libro de la mamá de Ana, amiguísima de la preparatoria. Fue un acto muy amoroso, comelitoso y bebedoso entre buenas cuatitas que compramos el libro muy monas. Me apalabré con las de la editorial porque me sonaron bien. Luego me lo pensé porque dejaron bastantes faltas ortográficas, pero como yo, que soy tan mona, no uso corrector sino al contrario, corrijo, no me importaría mucho, a ver.
Y me embarqué en apoyar al profe de pintura con cuatro clases a la semana porque le van a operar. Como si no tuviera que hacer y justo ahora que me quedé desoaxacada. Pero nobleza obliga, el profe siempre ha sido muy bueno conmigo y le tiene harta paciencia a mi mamá que da dos pinceladas y pregunta qué estaba haciendo; da otras dos y vuelve a preguntar...ad infinitum. El otro día ya tenía hecho un suelo de barro muy lindo frente a una chimenea y se puso a embarrarlo de azul cobalto alegremente, le pregunté por qué y sólo me dijo: "no importa, ahorita se lo quito con un trapo". El alzheimer me la está volviendo surrealista.
Por otro laredo, al fin salió la colección de películas de ocho y dieciséis milímetros de mi papá que se donó a la Cineteca Nacional. Nos las entregaron en un DVD de formato súper computarizado e hicimos cinito con palomitas y todo. Pensé que iba a llorar por estar viendo a mi papá, a mis abuelitos, a mis tíos que ya no están, pero no. No sé si mi mamá aguante verlas porque sale mucho su padre y últimamente le ha dado por acordarse de él y anegar los ojitos... Salió un rollo que no recuerdo yo, no sé porqué lo tendría mi papa. Son tomas inéditas del dos de octubre de 1968 en Tlaltelolco. Es fuerte.
Sabiduría de la semana: cuando veas el jardín de tu vecino congelar pon el tuyo a tapar.