Siempre

Siempre

martes, 24 de noviembre de 2009

Heme aquí, seca.

Heme aquí, instalada en mi "estudio" que más bien debería llamarse "trabajo" por la actividad que aquí desarrollo. Afuera las hojas del Gran Brócoli, el fresno añoso que hay enfrente, caen como si fuera lluvia constante, haciendo ruido y un basurero que pa qué. Es bonito, el jardín cubierto de hojas y me recuerda a mi papá que no quería que las barrieran porque amaba verlas y caminar sobre ellas para que sus patitas hicieran ruido chaz chaz, mientras celebraba su cumpleaños que acaba de pasar el día 22... tendría ya sus ochenta otoños, mi papá. El fresno, que es más viejo, ahí sigue y ahora al pensar esto no sé si odiarlo por no haberse muerto en lugar de mi papá o seguirlo amando.
En fin, y seca me encuentro porque tenemos una fuga de agua. Me tenía que pasar esto a mí que soy la cuidadora del agua, la recicladora del agua, la protectora y conservadora del agua. Ya vino un señor que es algo así como el Dr House de los plomeros y que está haciendo, poco a poco, un diagnóstico diferencial para hallar la etiología de la mentada fuga o hidrorragia, diría yo para no ser menos científica. Ya tapa uno de los tubos del desmadre tubario que hay aquí, ya cierra el agua caliente, la fría, tal excusado. En cosa de dos días le hallará y la fuga se clausurará para regocijo de todos, sobre todo del marido que antes de ducharse tiene que poner la bomba para subir el agua suficiente apenas evitando desperdicios, cosa que hace echando mentadas, cual es su ancestral y genética constumbre. Y para mi tranquilidad de conciencia de protectora de los mantos acuíferos.
Mientras, a acarrear cubetas de agua para el baño y a llenar la cafetera directo del agua d ela entrada. No caeré en usar platos y vasos desechables, prefiero lavar con dos cubetas como en los campamentos, no será la primera ni la última vez que lo haga. Sólo hay que tapar la cubeta mientras esté afuera para que no le caigan hojas del Gran Brócoli, como quien tapa el plato de sopa para que no le caigan mochomos voladores recién nacidos o sus alas desprendidas.
Sabiduría de la quincena: Agua pasa por mi casa, no la dejaré correr.
Reflexión sabia: Recuerda que eres único; como todos los demás.
Consejo sapientísimo: Nunca pruebes la profundidad del agua con ambos pies.
Perdón pero dada la carencia, me dio por pensar en agua.

domingo, 8 de noviembre de 2009

Insisto

Insisto: quince días dan para mucho. Para muestra, un botón:
Lado alegre: Fiesta de Jalogüins; cobranza de dos trabajos; recepción de otro trabajo; no tener tiempo para mucho y ya se sabe: mente ocupada no piensa tarugadas ( o no piensa, punto); resultados óptimos en los análisis médicos.
Lado gacho (toda moneda lo tiene): Me sigo quedando sin mayores, ahora le tocó el turno a mi Tía Margarita. Ya la había visto muy malita la semana pasada y creo que le tocaba descansar, pero repito, me quedo sin mayores que me regañen. Lo bonito que hizo fue reunirme con sus hijos, mis primos, y sus nietos, mis sobrinos.
Así que resinsisto: no debe separarse el tiempo en semanas sino en quincenas, con cuatro días libres de fin de quincena entre cada una. Así rendiría más el trabajo y también el descanso, pues cuatro días alcanzan para irse a un paseo más largo o para hacer dos fiestas con sus respectivas crudas y sobrevivir. Dejo la idea al aire, el que la quiera que la pepene.
Me choca: ver a mi familia extendida cada venida de Obispo. Me gustaría aunque estemos desparramados por el planeta, vernos, reunirnos, reírnos.
Me choca también: el frío y la nublazón. Papi, pon el sol pliiiiiiiSSsss.
Mis planes: de salir en navidad van viento si no en popa sí en pompa. Necesito más trabajo o más paga, o menos gastos o algún incentivo tipo Melate.
Sabiduría de la quincena: "Si no fuera por estos momentos y los otros... ¿qué sería de nosotros?
Mantra de la quincena: (para repetir diario) manden lana manden lana manden lana.... Tal vez los poderes universales y nuestros santos favoritos se harten de escucharlo y nos manden $, aunque sea por hartazgo, tipo Juan con la cartera.